Exterior
Otro de los legados indeseados de la dictadura fue dejar de lado un sistema de transporte que, por más de un siglo, fue esencial para el crecimiento de nuestro país, en su momento fue la “columna vertebral de la economía”. Y hoy, el paro de los empresarios dueños de camiones revela el error que cometió el Estado chileno al dejarlo de lado y lo otro, el paro nos da una lección, que es extremadamente peligroso “tener todos los huevos en una canasta”.
Hoy somos un país “camionero dependiente”. Por lo mismo, los empresarios ejercen su enorme fuerza y se nota cuando el presidente de la Federación de Camioneros del Sur, José Villagrán es recibido en la Moneda por el ministro Víctor Pérez y da un ultimátum al gobierno al decir: “Una quema más de un camión y vamos a reaccionar“. Si los dirigentes Mapuches fueran recibidos y escuchados con la misma premura, quizás, el conflicto Mapuche ya estaría solucionado.
El invento del tren revolucionó la economía del siglo XIX al acelerar el crecimiento económico global, estimulando el comercio y reduciendo los costos de producción.
Si queremos saber lo importante que fue el tren para Chile hay que retroceder a 1913, cuando se terminó la red ferroviaria longitudinal que unía el país de Iquique a Puerto Montt, este hito permitió y facilitó el desarrollo de los pueblos y ciudades por donde pasaba. En torno a sus estaciones se creaban focos comerciales y sociales. En resumen, los beneficios que trajo el ferrocarril fueron fundamentales para la integración económica y social de las regiones más alejadas. Es muy parecido a lo que sucede en torno a las estaciones del Metro de Santiago, sube la plusvalía de las viviendas y aumenta la actividad comercial.
Preguntémonos ¿qué sería de Santiago sin el Tren subterráneo?. El transporte de superficie no daría abasto, las calles y avenidas tendrían tacos eternos, con paraderos y buses atiborrados de gente estresada por culpa de largas esperas. Y la contaminación ambiental con gases y ruidos significaría estar en un permanente estado de emergencia ambiental. Al visualizar esta situación comprendemos por qué el Tren Subterráneo es la columna vertebral del transporte capitalino.
Es verdad que el transporte ferroviario no se autofinancia y el Estado lo tiene que subsidiar, pero, lo hace entendiendo que genera diversas utilidades de forma indirecta, que superan con creces los costos monetarios para su financiamiento, por ejemplo, mejoran la calidad de vida de los ciudadanos que viven en los lugares donde llega. Imaginen el tiempo que ahorran hoy quienes utilizan el Tren Central a Santiago para trabajar o ir a sus hogares y cuanto tiempo ahorrarían si lo tuvieran quienes viven en Melipilla, El Monte y Pomaire. Otro importante beneficio para la economía es generar gran cantidad de puestos de trabajo de forma directa e indirecta.
Además, es un medio de transporte rápido, seguro, que puede transportar grandes cargas en largas distancias, incluso puede llevar camiones, disminuyendo así la congestión y contaminación, destacando que una vía doble de ferrocarril equivale a una carretera de 16 pistas.
El mundo desarrollado reconoce la importancia del tren y lo consideran una herramienta básica para el desarrollo económico global, por esta razón, Estados Unidos, Europa y China tienen planeado invertir miles de millones de dólares en mejorar y aumentar sus sistemas ferroviarios. Es decir, si en el pasado revolucionó la economía del siglo XIX, en el futuro inmediato va a revolucionar e impulsar la economía del siglo XXI.
Nosotros, debemos seguir esos ejemplos y recuperar el tren para Chile para que sea, nuevamente, la columna vertebral del transporte de carga y pasajeros, complementario con los otros medios de transporte. Así, podríamos descentralizar el país y de paso, al ser el medio de transporte más eficiente en el consumo de energía, serviría para dejar de poseer el triste récord de tener la peor huella ecológica del mundo hispano.ElQuintoPoder.com
Otro de los legados indeseados de la dictadura fue dejar de lado un sistema de transporte que, por más de un siglo, fue esencial para el crecimiento de nuestro país, en su momento fue la “columna vertebral de la economía”. Y hoy, el paro de los empresarios dueños de camiones revela el error que cometió el Estado chileno al dejarlo de lado y lo otro, el paro nos da una lección, que es extremadamente peligroso “tener todos los huevos en una canasta”.
Hoy somos un país “camionero dependiente”. Por lo mismo, los empresarios ejercen su enorme fuerza y se nota cuando el presidente de la Federación de Camioneros del Sur, José Villagrán es recibido en la Moneda por el ministro Víctor Pérez y da un ultimátum al gobierno al decir: “Una quema más de un camión y vamos a reaccionar“. Si los dirigentes Mapuches fueran recibidos y escuchados con la misma premura, quizás, el conflicto Mapuche ya estaría solucionado.
El invento del tren revolucionó la economía del siglo XIX al acelerar el crecimiento económico global, estimulando el comercio y reduciendo los costos de producción.
Si queremos saber lo importante que fue el tren para Chile hay que retroceder a 1913, cuando se terminó la red ferroviaria longitudinal que unía el país de Iquique a Puerto Montt, este hito permitió y facilitó el desarrollo de los pueblos y ciudades por donde pasaba. En torno a sus estaciones se creaban focos comerciales y sociales. En resumen, los beneficios que trajo el ferrocarril fueron fundamentales para la integración económica y social de las regiones más alejadas. Es muy parecido a lo que sucede en torno a las estaciones del Metro de Santiago, sube la plusvalía de las viviendas y aumenta la actividad comercial.
Preguntémonos ¿qué sería de Santiago sin el Tren subterráneo?. El transporte de superficie no daría abasto, las calles y avenidas tendrían tacos eternos, con paraderos y buses atiborrados de gente estresada por culpa de largas esperas. Y la contaminación ambiental con gases y ruidos significaría estar en un permanente estado de emergencia ambiental. Al visualizar esta situación comprendemos por qué el Tren Subterráneo es la columna vertebral del transporte capitalino.
Es verdad que el transporte ferroviario no se autofinancia y el Estado lo tiene que subsidiar, pero, lo hace entendiendo que genera diversas utilidades de forma indirecta, que superan con creces los costos monetarios para su financiamiento, por ejemplo, mejoran la calidad de vida de los ciudadanos que viven en los lugares donde llega. Imaginen el tiempo que ahorran hoy quienes utilizan el Tren Central a Santiago para trabajar o ir a sus hogares y cuanto tiempo ahorrarían si lo tuvieran quienes viven en Melipilla, El Monte y Pomaire. Otro importante beneficio para la economía es generar gran cantidad de puestos de trabajo de forma directa e indirecta.
Además, es un medio de transporte rápido, seguro, que puede transportar grandes cargas en largas distancias, incluso puede llevar camiones, disminuyendo así la congestión y contaminación, destacando que una vía doble de ferrocarril equivale a una carretera de 16 pistas.
El mundo desarrollado reconoce la importancia del tren y lo consideran una herramienta básica para el desarrollo económico global, por esta razón, Estados Unidos, Europa y China tienen planeado invertir miles de millones de dólares en mejorar y aumentar sus sistemas ferroviarios. Es decir, si en el pasado revolucionó la economía del siglo XIX, en el futuro inmediato va a revolucionar e impulsar la economía del siglo XXI.
Nosotros, debemos seguir esos ejemplos y recuperar el tren para Chile para que sea, nuevamente, la columna vertebral del transporte de carga y pasajeros, complementario con los otros medios de transporte. Así, podríamos descentralizar el país y de paso, al ser el medio de transporte más eficiente en el consumo de energía, serviría para dejar de poseer el triste récord de tener la peor huella ecológica del mundo hispano.ElQuintoPoder.com