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El antiguo y pujante pueblo que cayó en desgracia con el cierre de la empresa de lácteos que le dio vida.
Como las medialunas en Chascomús o la parada en Dolores para estirar un poco las piernas, los viajes a la Costa Atlántica incluyeron durante muchos años la parada obligada en un pueblo que hacía a todos rememorar el sabor cotidiano de uno de los dulces de leche más populares: Gándara. Con el tiempo y la mala fortuna de la fábrica, el próspero pueblo que se había creado en torno al edificio donde se producía el famoso dulce de leche sufrió un éxodo del que nunca se recompuso y quedó allí, como un pueblo fantasma.
Cerca la Autovía 2 que une el Área metropolitana de Buenos Aires con Mar del Plata, está la vieja localidad de Gándara, unos kilómetros antes de Chascomús. Este actual paraje fantasma fue alguna vez el epicentro económico y social de una población pujante que creció entorno a la fábrica y la estación.
Durante más de un siglo, la empresa láctea Gándara dio vida al pequeño paraje bonaerense, hasta su cierre en 2003, cuando comenzó el irremediable éxodo de sus trabajadores. Fue normal en un tiempo que se crearan pueblos en torno a una fábrica manufacturera, por lo que el grueso de los vecinos trabajaba en esa empresa; cuando muchas de estas cayeron en la década del noventa (como las estaciones de tren), los pequeños poblados terminaron por dispersarse.
Con la caída de la fábrica, cayó la vida social y comercial que se hizo rápidamente palpable con la falta de empleo. Actualmente quedan solo algunas viviendas, la escuela “25 de Mayo” y la estación de trenes que todavía funcionan, como testigos del silencio que reina en el viejo y pueblo fantasma de Gándara.
La melancolía reina en lo que fue un pujante pueblo, pero también la voluntad de los pocos vecinos de mantener viva la identidad de Gándara. Es por esto que los propios habitantes, dispersos por la zona, buscan escribir un nuevo capítulo de la historia del pueblo que sigue detenido en el tiempo y en la época en que cerró la vieja fábrica, corazón de lo que hoy es solo un caserío.
La fábrica, desde hace unos años, volvió a fabricar y a comercializar su productos, pero no en el antiguo pueblo, sino a muchos kilómetros de allí. En el polo industrial del partido de Pilar, en la misma provincia de Buenos Aires, Gándara volvió a abrir sus puertas y hoy vende sus productos en distintos supermercados del país.www.mdzol.com