Gremiales
Los
gremios de la CATT se reúnen mañana para definir detalles de la huelga del
próximo martes. Sumarán la adhesión de las centrales opositoras y los bancarios
Con
el desafío de ejecutar una contundente demostración de fuerza que presione al
Gobierno a apurar cambios sobre el impuesto a las Ganancias, el frente de
gremios del transporte se reunirá mañana para delinear los últimos preparativos
de cara al paro nacional del 31 de marzo, protesta que sumará el respaldo de
las distintas variantes del sindicalismo opositor y de poderosas organizaciones
gremiales independientes.
El
encuentro de los gremios que integran la denominada Confederación Argentina de
Trabajadores del Transporte (CATT), que se concretará mañana desde las 17 en la
sede del sindicato de Aeronavegantes, servirá para definir los alcances
concretos de la medida de fuerza. Ella tendrá el formato de una huelga
tradicional, sin actos ni movilizaciones, y paralizará en forma total el
transporte ferroviario, de pasajeros, de cargas, aeronáutico y la actividad
marítima-portuaria.
Además,
la reunión permitirá al sector hacer un conteo del apoyo que el paro cosechará
en otras organizaciones sindicales, que prevén participar de la medida.
"Creemos que va a ser una protesta muy importante", aseguró a este
diario el titular de la CATT, Juan Carlos Schmid (dragado).
Es
que apenas horas antes del cónclave de los sindicatos del transporte, el líder
camionero Hugo Moyano reunirá a la conducción de su CGT para oficializar la
adhesión de esa entidad a la huelga. Moyano tenía decidido hace semanas la
participación de su central en el paro, pero postergó la confirmación para
evitar repetir el traspié de diciembre pasado, cuando debió levantar otra
huelga nacional tras el anuncio de la presidenta Cristina Fernández de
exceptuar el aguinaldo del pago de Ganancias.
Cerca
del camionero y dentro de la CATT descuentan que la CGT Azul y Blanca, que
conduce Luis Barrionuevo, anunciará su respaldo a la protesta, un paso que
también dará la CTA disidente, de Pablo Micheli, y un conjunto de
organizaciones sindicales de izquierda.
Pero
el entusiasmo de los gremios del transporte se extiende, además, a la
posibilidad de obtener la adhesión de algunos sindicatos independientes,
molestos por la demora oficial en avanzar con la reforma del polémico impuesto.
Dentro de ese grupo sobresale el sindicato bancario que ayer formalizó su
determinación de sumarse a la huelga. "Hay que ser claro, el único
responsable de la pérdida de poder adquisitivo a manos de ese impuesto es el
Estado, y el Gobierno es quien administra el Estado nacional", se quejó el
titular de la AB, Sergio Palazzo, al justificar la decisión del gremio de
paralizar la actividad el próximo martes.
No
obstante, Palazzo aclaró que la adhesión de los bancarios está condicionada a
que el gremio de los choferes de la UTA, que lidera Roberto Fernández y que
integra el sector que organiza la medida, mantenga la decisión de parar.
"Esperamos que consoliden esa medida y que garanticen que van a parar. Si
llegamos 48 horas antes y alguno de los gremios decide bajarse, es difícil ser
efectivo", advirtió.
La
inquietud de los bancarios respecto a la actitud de la UTA es compartida por
otros gremios, que temen que a último momento Fernández se baje de la protesta
para avanzar en una negociación directa con el Gobierno por demandas
particulares de los choferes. Sin embargo, los aliados de Fernández en la CATT
rechazan esa posibilidad: "La UTA está comprometida con el paro y no hay
ningún cambio de posición", afirmaron voceros del sector.ElCronista.com
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