Los 1.318 kilómetros que separan a las dos mayores ciudades chinas, Pekín y Shanghai, se podrán recorrer a partir de ahora en menos de cinco horas en el tren de alta velocidad inaugurado este jueves, lo que ha llevado a las compañías aéreas a una guerra de precios.
El primer ministro Wen Jiabao declaró la línea "operacional" en la estación al sur de Pekín poco antes de subirse al tren que trasladaba a los primeros pasajeros a Shanghai, mientras las fuerzas del orden vigilaban la estación.
Esta línea de alta velocidad debe "mejorar el sistema de transporte moderno, promover el desarrollo social y económico y responder a las necesidades de desplazamiento de la población", declaró el primer ministro.
La nueva línea, a prueba desde mediados de mayo, reduce a la mitad la duración del viaje en tren entre las dos megalópolis chinas.
El AVE chino "podría transformar la dinámica económica de la China costera (...) creando un efecto benéfico para las regiones situadas a lo largo de la línea de alta velocidad", según Ren Xianfang, analista de IHS Global Insight en Pekín.
Los precios de los billetes entre las dos ciudades están entre 410 yuanes (44 euros) y 1.750 yuanes (190 euros), repartidos en tres clases, frente a los cerca de 1.300 yuanes (140 euros) que cuesta un billete de avión en clase económica.
Se espera que unos 80 millones de pasajeros utilicen al año esta nueva línea, abierta con un año de antelación y cuyo costo ascendió a 23.000 millones de euros. Unos 90 trenes asegurarán todos los días el recorrido en ambas direcciones.
El tiempo del recorrido es de 4h48 minutos para los trenes más rápidos, frente a las dos horas del avión.
Pero para el sector aéreo, el impacto de la nueva línea podría ser "destructor", advierte Ren. Temiendo perder clientes, algunas compañías aéreas han bajado los precios hasta un 65%, lo que hace que viajar en avión sea ahora más barato que viajar en tren, señalaron los medios chinos, citando cifras del portal de reservas ctrip.com.
"El AVE es más rápido y más práctico que el avión", confirmó en la estación de Pekín, Xu Yuhua, antes de subirse con su hija de 10 años al tren que salió a las 15h00 (07h00 GMT).
Para Frédéric Campagnac, director general de Clevy China, sociedad de consultores sobre transportes y logística, este AVE va a tener un efecto positivo en las líneas aéreas obligándolas a ser puntuales.
Como en otras líneas de gran velocidad de China, la velocidad de los trenes estará limitada a 300 km/h pese a que pueden alcanzar los 350 km /h, para reforzar la seguridad y aumentar la vida de los materiales.
La red ferroviaria de gran velocidad de China pasará de los 8.358 kilómetros actuales a más de 13.000 kilómetros en 2012 y a 16.000 kilómetros en 2020.
Pero el rápido desarrollo del sector, a golpe de enormes inversiones -700.000 millones de yuanes (77.000 millones de euros) el pasado año- no ha estado exento de corrupción, según una auditoría pública divulgada en marzo, que hace hincapié en el costo y la fiabilidad de las líneas de alta velocidad.
El ministro de Ferrocarriles chino, Liu Zhijun, que supervisaba el ambicioso programa de desarrollo ferroviario, fue cesado en febrero a raíz de una investigación por "graves violaciones disciplinarias". Había recibido sobornos por más de 800 millones de yuanes (unos 88 millones de euros), según la prensa oficial.(Fuente y foto: AFP)
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