Debería ser una jornada de celebración y orgullo para las autoridades del Museo Ferroviario de Santa Fe, pero no podrán festejar mucho. Menos aún, después de la lluvia que anoche empapó la ciudad. El cumpleaños número 16 -se fundó el 20 de noviembre de 1995- encuentra al edificio en una situación edilicia indeseable: los techos están rotos y se filtra el agua sobre los elementos de valor y archivos históricos.
Pésimo estado. La planta alta del edificio, “núcleo de la cultura ferroviaria”, ya se desmoronó. Los últimos arreglos se hicieron hace unos 8 años
Las autoridades del museo, en la voz de Andrés Alejandro Andreis -encargado de Relaciones Institucionales- están preocupados por el mal estado de una parte de la estructura y solicitan una “inmediata intervención del gobierno local y provincial” para mejorar el edificio.
“La situación edilicia es caótica. Se desmoronó la planta alta y se filtra agua por los techos. Tenemos que correr los archivos y computadoras para que no se arruinen. Hace años, las autoridades nos iban a ayudar con algún dinero, pero no ocurrió nada”, denunció Andreis en diálogo con El Litoral.
Recordó también que hace tres años se declaró al edificio Monumento Histórico Provincial y “en algún momento también fue sede de la Municipalidad”. Andreis repasó los tiempos de recolección de elementos: “Pudimos crear el museo en base a mucho sacrificio. Éramos pocas personas las que nos abocamos a recuperar las piezas desperdigadas por un montón de lugares. Son 16 años de muchas alegrías, pero también de tristezas”.
Según el encargado de Relaciones Institucionales del museo, el intendente electo, José Corral, recorrió las instalaciones y confirmó el mal estado del edificio. “Hace siete u ocho años se pudieron arreglar unas paredes, con una mano de pintura. Fueron refacciones sencillas que hicieron los propios colaboradores”, indicó.
Recuerdos
Para Andrés Andreis, la incorporación del museo dentro de las obras emblemáticas cobró importancia desde el mismo momento en que el ferrocarril se degradó y finalizó su función en el territorio nacional.
“Inmediata e inexplicablemente se convirtió en algo del pasado, pero quedaron objetos importantísimos: archivos de planimetría, campanas, teléfonos, repuestos de las locomotoras, de elementos remolcados y un sinnúmero de reliquias que hicieron la historia del ferrocarril”, precisó.
Para concluir, Andreis realizó un pedido en nombre del museo: “Valoramos lo que hicieron desde la Municipalidad y Provincia en estos últimos años, en restaurar edificios patrimoniales del ferrocarril, que pertenecen a todos los ciudadanos. Sin embargo, el núcleo de la cultura ferroviaria que se encuentra en nuestra entidad corre serios riesgos, por lo tanto pedimos ayuda a todos los poderes públicos”.El Litoral
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