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1 de marzo de 2012

UN INTERVENTOR DE PASADO MENEMISTA

ACTUALIDAD

Acuciado por la situación que siguió al choque de un tren de la línea Sarmiento que hace exactamente una semana dejó 51 muertos y más de 700 heridos en la estación porteña de Once, el Gobierno anunció ayer la intervención de ese ramal y también del Mitre, ambos a cargo de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) y designó para ello a Raúl Jorge Baridó, un funcionario con décadas de experiencia que ocupó cargos importantes durante el menemismo.

Señor Raúl Jorge Bariló

Baridó tendrá a cargo la intervención durante 15 días o hasta que haya conclusiones de los peritajes que realiza la Justicia sobre el tren de TBA, empresa del Grupo Cirigliano. El funcionario fue designado a sugerencia del titular de la Sindicatura general de la Nación (SIGEN), Miguel Reposo.

Al anunciar su designación, De Vido destacó la larga trayectoria del funcionario.

Baridó fue gerente de Capacitación y Desarrollo de la SIGEN y director del Instituto Superior de Control de la Gestión Pública. Pero uno de los cargos más importantes lo desempeñó en 1998, cuando ocupó la Subsecretaría de Control de la Secretaría de Control Estratégico de la Jefatura de Gabinete, durante la gestión de Carlos Menem.

En ese cargo, Baridó respondía a Miguel Solé y al entonces jefe de Gabinete Jorge Rodríguez. Según escribe hoy Carlos Pagni en La Nación, por ese entonces el funcionario estaba apadrinado por Eduardo Bauzá.

Ayer fue puesto en funciones por Schiavi y el interventor de la CNRT, Eduardo Sicaro. Formalmente, su tarea plena arrancó hoy: debe garantizar la prestación de los servicios y controlar el destino de los subsidios tarifarios.Clarín

2 de noviembre de 2011

LAS LECCIONES DE LA HISTORIA. LA DECADENCIA DEL TREN CUMPLE MEDIO SIGLO


El 50 aniversario del Plan Larkin debe servir para fortalecer un nuevo modelo con mayor participación ferroviaria.

Se cumplió medio siglo del Plan Larkin, que marcó un punto de inflexión descendente en la parábola ferroviaria argentina.

Frondizi gobernaba la Argentina bajo la orbita de los Estados Unidos. En el contexto de lo que en ese entonces se llamó "la batalla del petróleo", se adoptaron medidas para acentuar el diseño caminero generado por la Ley 11.658. Es así como en 1959 se sanciona un decreto de reconversión automotriz, y se contrata un equipo de expertos, para elaborar un plan de mediano y largo plazo para los transportes. El jefe de ese equipo fue un general norteamericano de apellido Larkin. Mucho se habla de este plan, aunque pocos lo han estudiado a fondo. Lo que si queda claro es que el sistema ferroviario argentino aún padece las repercusiones de su aplicación irregular en el tiempo.


El plan proponía, sin vueltas, la supresión de los servicios y ramales ferroviarios deficitarios, y su reemplazo por el transporte automotor. Curiosamente por esos mismos años, Richard Beeching, director de los Ferrocarriles Británicos, llevaba adelante un plan similar, que contemplaba el cierre de numerosas líneas y su reemplazo por ómnibus.

Según un estudio realizado por Alfredo Armando Aguirre, fueron los gremios ferroviarios lo que advirtieron los propósitos del plan, cual era el de favorecer al complejo caminero automotriz en desmedro del sistema ferroviario y de la navegación de cabotaje

Esa percepción fue el motivo de la gran huelga ferroviaria de 1961, lucha que no impidió que se comenzaran a clausurar ramales y a despedir personal.

Formalmente el plan fue entregado a la administración Frondizi, en febrero de 1962, pocas semanas antes de su derrocamiento. De los alrededor de 45.000 kilómetros de vías (que llegaban a 50.000, si se les agregaba los ferrocarriles económicos y la red tranviaria), el plan proponía reducir la red a 29.000 kilómetros. Todo ello estaba consignado minuciosamente.

Su primera implementación determinó el levantamiento de 10.000 kilómetros de vías en algunos ramales que no tienen aun explicación, como no fuera favorecer al complejo caminero automotriz. Además, la densidad y calidad de los servicios iba bajando ostensiblemente.

Segunda vuelta

La inspiración del Plan Larkin, regresó durante los gobiernos de Carlos Menem (1989-1999. Los trabajadores ferroviarios volvieron a organizarse y resistieron las políticas privatizadoras con la huelga de 1991 que duró 45 días.

Bajo la consigna de ramal que para, ramal que cierra?, más de un millón de personas tuvieron que abandonar sus ciudades y pueblos, miles de familias se desmembraron y cientos de localidades se convirtieron en fantasmas hiriendo de muerte a las economías regionales.

Por eso, para muchos ferroviarios, la década de 1990 es definida como la del Plan Larkin II, con clausura de ramales y franquicias en todo el país.

En la actualidad sólo funciona el 20% de los ferrocarriles y el 80% de la carga es transportada por camiones.

El modelo automotor es seis veces más caro que el transporte ferroviario. La suspensión del 80% de los trenes terminó en una tragedia porque todo el transporte de carga y de pasajeros pasó a las rutas con las consecuencias lógicas de vidas perdidas por accidentes de tránsito, contaminación, mayor ocupación del suelo, y consumo de combustible.

De 2003 a la fecha, el gobierno nacional propone un despertar de los ferrocarriles. Varios ramales se abrieron, y otros seguramente lo harán en un futuro cercano. Sin embargo, habrá que bregar mucho para enderezar aquella curva descendente iniciada hace medio siglo por los consejos de Larkin. (Fuente y foto: Cronista.com)

20 de octubre de 2011

RÍO NEGRO: INQUIETUD POR EL FUTURO DEL TREN PATAGÓNICO


En la mañana de hoy se conocieron las primeras declaraciones sobre el próximo gobierno. El gobernador Carlos Soria eligió al diario de General Roca para hacer público los lineamientos generales de su próxima gestión provincial. Del Tren Patagónico aún no se sabe nada, pero, desde su actual administración esperan un pronto contacto. Llamil Direne, en diálogo con la radio se mostró seguro de que este medio de transporte mantendrá su actual marcha.

Direne se refirió a la extensa trayectoria del tren que a lo largo de los años reunió el mar y la cordillera en la extensa geografía rionegrina, habló de Jacobacci y San Antonio, lugares en donde funcionaban los talleres, con “capacidad, en otras épocas, para fabricar vagones” y adelantó que “todo eso hoy no está operativo pero en algún momento se puede llegar a recuperar”.

Estación SAN CARLOS DE BARILOCHE - Foto: Carlos A. Salgado

Más adelante, Direne celebró el coraje del ex gobernador Massacchesi quien optó por mantener activo el trazado durante la gestión menemista, tristemente recordada en ese sentido por aquello de “ramal que para, ramal que cierra”.

Recordó el titular del Tren Patagónico que cuando las políticas neoliberales, de la mano de Carlos Menem y Domingo Cavallo, promovieron el desmantelamiento de los ferrocarriles lo justificaron en que estos generaban pérdidas de un millón de pesos diarios, lo que ahora resulta en 12 millones diarios, en subsidios, que abona el gobierno nacional con una flota infinitamente menor.

Direne subrayó que a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, “en la Provincia se le ha dado valor, hemos llevado la administración en la forma que se puede, con los recursos que tiene el Estado provincial” y en ese marco exhortó, “ojalá que esta nueva gestión tenga la capacidad de poder acordar con Nación la inversión en nuestro ferrocarril”.

En otro párrafo el administrador del Tren Patagónico subrayó los beneficios del ferrocarril para transporte de carga, dijo “en el resto del mundo, la incidencia del flete en el producto terminado, en el producto que se consume, es de entre el 7 y el 10 %, por que es con transporte ferroviario; en nuestro país es entre el 28 y el 35 %, llegando al 40 % de recarga por flete, en algunos casos”, en tanto que aquí se utiliza el transporte por camiones.

Para finalizar, consultado sobre las necesidades del Tren Patagónico, Llamil Direne sostuvo que en cuanto a lo social, las necesidades están cubiertas, pero, dijo, “creo que lo que hay que hacer ahora es incorporarle carga” por que “produce ingresos genuinos”. (Fuente: VYP)

TUCUMÁN: EL REORDENAMIENTO FERROURBANÍSTICO


A lo largo de la historia, los medios de transporte han sido fundamentales para la comunicación y el desarrollo económico entre los pueblos. El tren fue clave en el progreso de las naciones, incluyendo la nuestra. Mientras en otras latitudes se ha perfeccionado el ferrocarril por ser bastante seguro y que no causa perjuicios al medio ambiente como el Tren de Gran Velocidad (TGV), en otras, el servicio se fue precarizando hasta recibir el golpe mortal de su levantamiento en una gran parte del territorio nacional. En la década de 1990 cuando la administración de Carlos Menem privatizó las empresas del Estado, el ferrocarril desapareció y sus innumerables inmuebles se fueron exterminando en gran parte, como consecuencia de la indolencia por conservar el patrimonio y del saqueo de parte de la ciudadanía. Desde hace tres lustros se viene hablando de un remodelación ferrourbanística en la ciudad y hace cuatro, se dijo que se iba a reflotar el ramal Capital-Tafí Viejo.

Los siete aspirantes a ocupar uno de los cinco cargos de diputado nacional por Tucumán que se renovarán en los comicios del domingo, han expresado su intención de generar proyectos para romper con el cinturón ferroviario que rodea a la ciudad y que mantiene cerradas las calles Mendoza, Córdoba, Corrientes, Marcos Paz y Santa Fe, impidiendo la circulación vehicular y peatonal. Otros son partidarios de la reactivación de los ramales cerrados (Tucumán-La Cocha del Belgrano Cargas) y exigir la reapertura de los talleres de Tafí Viejo. Un postulante señaló que primero hay que hacer funcionar el ferrocarril en el país, y que la salida global es hacer la estación multimodal de cargas en Cebil Pozo, así como efectuarse una evaluación global sobre las 43 hectáreas de infraestructura ferroviaria que hay en la ciudad y no tomar sólo la franja de las calles cerradas.

Las propuestas para la apertura de las calles Córdoba y Mendoza fueron variadas. En 1998, se quería trasladar la playa de maniobras del Ferrocarril Belgrano Cargas a Pacará y en diciembre de 1999 se firmó un convenio por el cual iban a llevar la estación del ferrocarril a Los Vázquez. En 2004, se planteó la necesidad de construir dos puentes elevados por sobre las vías ferroviarias. También se anunció que el Central Córdoba se convertiría en estación de pasajeros. El 15 de marzo de ese año, el secretario provincial de Obras Públicas anunció que en breve iba a llegar la autorización para construir los puentes y que la realización de la obra iba a concluirse antes de que finalizara 2004. Tras diversos anuncios en 2005 y 2006, en abril de 2007, se reactivó el proyecto que contemplaba dos puentes elevados sobre la playa de maniobras del ferrocarril, para abrir al tránsito en ambas calles. Sin embargo, en junio de ese año, el Poder Ejecutivo ya se había olvidado de los puentes y anunció la idea de construir túneles por debajo de las vías. En julio, redobló la apuesta y dijo que no sólo habría túneles, sino también puentes peatonales. Incluso, se arriesgó una fecha para el llamado a licitación.

Sería positivo si los legisladores nacionales trabajaran en conjunto no sólo en este asunto en beneficio de los tucumanos, de manera que los anuncios se hicieran finalmente realidad por aquello de que "mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar". Si se concretara el reordenamiento ferrourbanístico sería un buen regalo para la ciudad en el bicentenario de la Declaración de la Independencia.(La Gaceta)

5 de julio de 2011

NÉSTOR KIRCHNER Y LOS TRENES DE PASAJEROS

Servicios públicos: fuerte apuesta del Gobierno, si bien aún no hay precisiones.

El Estado retoma los trenes de pasajeros de larga distancia. Se derogó un decreto dictado por Menem que suprimía los servicios ferroviarios nacionales.

“El gobierno de Néstor Kirchner decidió retomar la prestación de los servicios de larga distancia de la red ferroviaria nacional (entre provincias) que el decreto 1168 dictado por Carlos Menem, en julio de 1992, había condenado a la desaparición.

Ayer, en el Boletín Oficial, la administración kirchnerista –que se jacta de ser la antítesis del menemismo– publicó una normativa en la que dispone que el Estado nacional reasuma la prestación de los servicios interurbanos de transporte ferroviario de pasajeros, hoy inexistentes.


El proyecto del Gobierno es rehabilitar, a partir del próximo año, los tendidos que considera clave. En una primera etapa, focalizará las tareas en el mejoramiento de los ramales que unen Buenos Aires con Tucumán, Mendoza, Neuquén, Bariloche, La Pampa y Posadas...”

Luego la ONG Médicos Humanistas, se reunión con el Dr. Néstor Kirchner el viernes 5 de agosto de 2.005 por el Tren Retiro Mendoza San Juan. Desde aquél día la ONG viene “empujando” este servicio de tren que tiene un claro beneficio popular. Tal es así que los voluntarios de la ONG llevan el mote de “los locos de la vía” que les fue puesto por algunos periodistas.

En esa ocasión –el Dr. Roberto Santilli- describió sobre el subsidio que el Estado le otorga a los ferrocarriles desde el tesoro nacional –impuestos que pagan los ciudadanos- y beneficia solamente a una porción y no a su totalidad. Los ciudadanos del sur de Córdoba, y la totalidad de las provincias de San Luis, San Juan y Mendoza pagan sus impuestos que van al tesoro y luego se beneficia a un sector de la población que viaja en tren, siendo olvidadas las mencionadas provincias en ese servicio en trenes de pasajeros.

“si el derecho existe, sería bueno que fuese para todos”.

Quizás hoy, muchos funcionarios solamente mencionan al maestro político que cambió a la Argentina, Dr. Kirchner y se muestran en las fotos con él, por pura conveniencia política del voto, pero no hacen lo que él “maestro” les indicó.

¿Qué ganamos todos los ciudadanos, con el tren?

Hay elementos que son llamados ‘externalidades’. Esta modalidad para observar elementos gananciales es reconocida en el mundo, por las propias Naciones Unidas ONU ya que esta los ha adoptado bajo un sistema inteligente para medirlas y cuantificarlas y hacer proyecciones a futuro.

Externalidades:

Se designa de ese modo a los beneficios que un servicio aporta a una comunidad en forma directa e indirecta. Por ejemplo se puede medir con ello cuánto disminuye el tráfico por las rutas por un servicio ferroviario de pasajeros, cuánto reduce el deterioro de las mismas, la baja de automóviles que ingresan a las ciudades, la disminución de los ruidos (contaminación sonora) que deben soportar las personas, la reducción de la contaminación ambiental, ahorro del consumo de combustibles, la baja en las crisis de stress que liberan a las poblaciones y producen un ahorro fenomenal en las arcas del Estado en cuanto al presupuesto de salud, reducción de accidentes viales, la gran cantidad de personas que dejan de vivir en las ciudades, etc.

Esas ‘externalidades’ son las que invierten el resultado de la ecuación, tornándola positiva para el operador, y ello permite que el boleto de tren que deba pagar el ciudadano por utilizar el servicio resulte accesible o, directamente, muy barato.

El Dr. Néstor Kirchner decía que sólo el Estado puede tomar en cuenta dichas externalidades, ya que debe asumir el costo total del presupuesto nacional para ahorrar y hacerlo más eficiente así debe ofrecer un transporte ferroviario de pasajeros eficiente, confiable y para todos los ciudadanos. Aquí está la gran diferencia de las dos clases de funcionarios, unos son solamente administradores y los otros son funcionarios que gobiernan con la gente dentro de la Casa Rosada.

Esta fue una de las primeras cosas que vimos en Néstor Kirchner, esa obligación de que sea el Estado, dirigido por el gobierno en todos sus niveles, quien gobierne, invierta y administre los ferrocarriles de pasajeros. Para que esto sea posible hay que ofrecer fuertes subsidios a los ferrocarriles, como forma de compensarlos por el resultado negativo que -al no considerar en ella a las externalidades- sin dudas surgirá de la ecuación. Esto tiene que ser así hasta que todo quede en funcionamiento. Los trenes de pasajeros deben ser usados por todos los argentinos a lo ancho y a lo largo del país.

El Estado debe actuar en el control de las empresas de ferrocarriles, debe inspeccionar, como si el Estado fuese una empresa privada, y las autoridades tanto las privadas como los funcionarios públicos deberán rendir acabada cuenta de su gestión, como si tuvieran accionistas ante quienes responder por el cumplimiento de los objetivos determinados. Los accionistas somos todos los habitantes argentinos.

Los Voluntarios de la ONG Médicos Humanistas más allá de las fronteras, en todo el país han decidido apoyar la reelección de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner en el 2011, pero siempre, a cada segundo seguiremos reclamando el Tren Retiro Mendoza San Juan.

Así miles y miles de ciudadanos apoyan nuestra solicitud con su firma tanto en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis, Mendoza y San Juan.(Fuente: Diario La Nación Miércoles 29 de septiembre de 2004 http://www.medicoshumanistas.com.ar/ )

Ver video:

http://www.youtube.com/watch?v=vtEKmjwv3UE&feature=email

19 de junio de 2011

TRANSPORTE DEL FUTURO

Una comentada afirmación del ex presidente justicialista Carlos Menem, relacionada con lo que aparecía como algo muy cercano sobre el uso masivo de cohetes intercontinentales para el traslado de los habitantes del planeta a enorme velocidad, ha sido reflotado en un espacio publicitario que se difunde en forma intensiva.

Todo hace suponer que el ex mandatario, hoy senador nacional por La Rioja, se adelantó demasiado en la tecnificación humana y en lo que hace al transporte de mercaderías y bienes, las metas que se vislumbran son bastante más realistas.

La infraestructura del transporte y la comunicación en el sudeste asiático es uno de los elementos fundamentales del avance que esos países han tenido en las últimas décadas. Dentro de la globalización de la producción y el comercio, tener métodos y sistemas avanzados representan un factor de competitividad evidente, en el cual la Argentina no debería dejar de insertarse.

Recientemente, la Municipalidad de Tres Arroyos adhirió a un proyecto que se viene enunciando desde hace años, el Plan Laura para construir sin peajes, con un aporte mínimo a través de los combustibles, miles de kilómetros de carreteras o autopistas, capaces de brindar esa infraestructura eficiente que se requiere.

Un especialista en esos temas consideró que era indispensable avanzar en ese terreno, para buscar remedio a las filas que hoy llegan a 35 kilómetros de extensión, de camiones para descargar granos en el puerto de Rosario. Además de mencionar que muy poco se ha avanzado en cuanto a la reactivación del ferrocarril para el transporte de larga distancia, indica que aquel desperdicio de tiempo significa un perjuicio directo a la economía, desde recursos humanos a energía, de capital inmovilizado y de tiempo de utilización e inclusive encareciendo los costos de las exportaciones.

La Asociación de Cooperativas Argentinas, que promueve un proceso de revitalización del ferrocarril, consigna el dato de que en el ciclo agrícola actual se gastarán 6000 millones de dólares para el traslado de cereales y oleaginosos, incluyendo los fletes internos (el 86% en camiones) y los externos, por vía marítima. "Queda en evidencia -agrega- la enorme gravitación de este rubro en el costo final de producción y que es absorbido por el hombre de campo. Con el tren se ganaría en optimización de recursos, rapidez y eficiencia", añade.

Es bueno recordar que si existen 500.000 camiones en funcionamiento, significa empleo para más de un millón de personas.

Planteaba igualmente aquel especialista la necesidad de advertir que un aumento en las exportaciones puede originar crisis de transporte aún más serias, como si fuese un descalabro difícil de remediar. Se pregunta inclusive la razón por la cual los períodos de bonanza de la Argentina no fueron utilizados por los gobernantes para transformar aspectos esenciales que permiten un desarrollo más sostenido, sin cuellos de botella, como es el caso del transporte.

Otro sociólogo menciona, en el mismo contexto, que se invierten 11 millones de pesos por hora en subsidios, que son indispensables para que no haya una explosión social, pero se deben ir realizado inversiones públicas que vayan permitiendo atenuar esas mejoras artificiales de precios, al menos para los sectores que pueden absorberlos.

El ejemplo de Ferrobaires (con episodios mortales que debe asimilar la Provincia) y el de Belgrano Cargas (con un ensayo de cogestión que no funcionó y requiere ahora un esfuerzo de la Nación para evitar que los 7 millones de toneladas que acarreaba en los '80 no sigan cayendo del apenas millón de toneladas actuales), no son ejemplos imitables si se quiere reactivar los ferrocarriles para traslados de larga distancia, mucho más económico que el camión y que daría nueva actividad a muchos pueblos.

No debe olvidarse, sin embargo, que las enormes inversiones ferroviarias que se puedan acometer, darán resultado en el mediano y largo plazo y siempre que exista una política permanente.

En este momento, según los anuncios oficiales, hace falta construir 3200 kilómetros de vías nuevas, en reemplazo parcial de las más que deterioradas existentes, con un costo de 5800 millones de dólares, contando ya para ello con financiamiento nacional y externo. El anuncio parece mostrar que se ha trazado un programa que aconsejaban los expertos desde hace muchos años, pero que junto con el Plan Laura debería mantenerse a través del tiempo.

En un reciente seminario de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas se estimó que en este año el transporte de cargas sumaría 50 millones de toneladas pero que la inflación y la degradación paulatina de las infraestructuras del transporte es un freno que debe eliminarse, asegurándose que la congestión de camiones crecerá en la medida que se cumpla el vaticinio de que este año se incorporarán 20.000 unidades nuevas y la superficie de logística o distribución, llegará una cantidad millonaria de metros cuadrados.

Trenes y GNC

Los trenes de alta velocidad para transporte de pasajeros no agregan nada a la competitividad en el transporte de cargas. El mundo asiste a un crecimiento paulatino del sistema de monorrieles, es decir los trenes que circulan en forma elevada sobre el suelo, con un solo riel y en el traslado de pasajeros. En San Pablo, Brasil, se construye un sistema capaz de transportar 500.000 pasajeros por día, en tanto que en Japón desde hace casi medio siglo se construyeron varios trazados que llevan también enorme cantidad de gente.

Es interesante reflejar que cada vez más, para abaratar los costos del transporte, se presiona al Estado para que facilite un mecanismo financiero que ayude a los camiones a eliminar el consumo de diesel y pasen a abastecerse de GNC, aunque debería asegurarse la provisión de este combustible. Otra etapa estaría encaminada a transformar los ómnibus. En Madrid, todos los colectivos urbanos deben funcionar obligatoriamente con gas natural.

Los miembros de la Cámara Argentina de GNC aseguran que debería tenerse un impulso muy grande en la conversión de automóviles, al eliminarse la venta de nafta común, ya que los 400.000 vehículos que la usaban seguramente pasarán a GNC por una razón económica. Ya circulan en el país 1.800.000 unidades (el 20% de 8,5 millones del parque automotor), pero la capacidad instalada de las casi 2000 estaciones proveedores de GNC quintuplica lo que realmente se consume, es decir que pueden abastecer mucha más demanda, si no hay problemas de abastecimiento. En los últimos 10 años, las estaciones de nafta disminuyeron en un 30% y las de GNC crecieron en 2010 apenas uno por ciento.

El GNC resulta 75% más barato que la nafta súper, lo que es un argumento sólido parta la conversión. Una novedad: así como las naftas y el diesel se deben mezclar con biocombustibles, el GNC podría comenzar a mezclarse con gases alternativos, como el hidrógeno producido en centrales eólicas como las que se proyecta realizar en este distrito.(Fuente y foto: La Voz del Pueblo)

13 de marzo de 2011

18 AÑOS SIN TRENES DE PASAJEROS


Gacetilla de prensa de los AMIGOS DEL TREN TAFÍ VIEJO

En Tafí Viejo, al igual que en varias estaciones y pueblos de todo el país, el pasado 10 de marzo se recordó los 18 años de la cancelación del los servicios de pasajeros urbanos y de larga distancia dispuesto por el ex-presidente Carlos Menen en 1993.


La medida significó el "tiro de gracia" a la empresa estatal Ferrocariles Argentinos, a màs de 80 mil ferroviarios y 900 pueblos que tenián al tren como único medio de comunicación y transporte. Si bien la convocatoria no centró el interès de los organizadores, debido a un problema de difusión, los ex ferroviarios y vecinos que se dieron cita en la estación de Tafí Viejo aunaron criterios con al finalidad de continuar en la prédica a favor del tren.

En tal sentido, se formalizó el grupo AMIGOS DEL TREN TAFÍ VIEJO que nucleará todas la iniciativas al respecto, sin banderías políticas y con la participación de todos los sectores. Ariel Romano Espinoza, tècnico elèctromecànico y ferroaficionado, uno de los entusiastas impulsores de la inciativa, manifestó: "No es la primera vez que esto pasa, la apatía de la gente es atendible, existe mucho exceptisísmo por las promesas imcuplidas, y tengamos ademàs en cuenta que una generación completa creció sin la presencia de los trenes", por lo que finalizó diciendo: "La clave está en la difusión. Hemos juntado miles de firmas y ahora brindaremos charlas en las escuelas sobre las bondades y ventajas del tren. Ademàs, estamos elaborando un proyecto muy ambicioso y realizable para poner a consideración de las autoridades, pero parecería que algunos políticos consideran al tren y al ferrocarril en general, como una especie de "cuco". Tenemos que desmitificar ese preconcepto y mostrar que el regreso de los trenes es una empresa posible".

3 de marzo de 2011

ASÍ CUIDA METROVÍAS EL PATRIMONIO HISTÓRICO


Construcciones precarias en andenes de estaciones de la linea A y graffitis en el interior de coches construidos en 1911 son las últimas muestras de cómo trata la empresa al subterráneo más antiguo de Latinoamérica. La red es cada vez más "tierra de nadie" ante la anuencia de las autoridades que debieran controlar a la concesionaria

Un nuevo capítulo se suma esta semana al ya deterioro terminal que sufre la red de Subterráneos de Buenos Aires desde que fue concesionada a Metrovías. Durante la década del 90, la empresa quizo demostrar las ventajas de la privatización de manera rápida y barata. Mientras destruía las antiguas estaciones de la línea B, reemplazando sus originales azulejos blancos, higiénicos y duraderos, trajo una serie de dudosas mejoras: estaciones oscuras y sórdidas pintadas de azul, violeta, verde oscuro e incluso marrón, mientras imponía los invasivos carteles diseñados por el estudio de Ronald Shakespear (¿es útil para los pasajeros una tira continua de carteles que anuncia 5 veces el nombre de la estación en cada andén, pero están colocada a tal altura que no se lee desde adentro de los vagones?).






Ante tanto avasallamiento al subte que miles de porteños recorremos todos los días, en esa época la Comisión Nacional de Monumentos Históricos finalmente decidió hacer algo. En 1997, el entonces presidente Carlos Menem firmaba el decreto que declaró Monumento Histórico Nacional a las estaciones originales de las cinco líneas de subterráneos construidas entre 1911 y 1966. Pero la medida llegó tarde y no solucionó lo que ya estaba arruinado: chapas oxidadas, revestimientos de falso granito plástico que se pudren con la humedad y la pintura ya descascarada y mohosa siguen ahi, a casi 14 años del decreto de Menem. Metrovías nunca dio marcha atrás, sino que profundizó los errores del comienzo.

Coche Alstom vandalizado con grafittis, detenido en Palermo rumbo a Congreso de Tucumán. 

Luego de la crisis de 2001, la emergencia ferroviaria declarada por el presidente Eduardo Duhalde fue la excusa perfecta para dejar el mantenimiento en el pasado, y los vecinos y trabajadores de Buenos Aires y el Conurbano tuvieron que ver cómo trenes y subtes iban cayendo en el abandono total: los concesionarios se desentendieron de lo que era su obligación. La frecuencia de los servicios fueron empeorando, la suciedad y el olor a cloaca fueron cada vez más insoportables y terminaron apareciendo en diarios y noticieros, las formaciones tuvieron que subsistir en base a los parches que intentan improvisar los mecánicos del subte, y el ruido de los vagones llegó a ser medido en decibeles frente a las cámaras de Telenoche para demostrar que podía llegar a causar sordera crónica. Ni siquiera los nuevos coches Alstom de la línea D se salvaron: con menos de diez años de servicio, ya están cubiertos de pegatinas de publicidad ilegal, y hasta los graffitis van cubriendo de a poco estos trenes que fueron construidos entre 2001 y 2008.

El primero de Latinoamérica, víctima de la desidia

La línea A fue inaugurada el 1 de diciembre de 1913 entre sus estaciones Plaza de Mayo y Plaza Once de Septiembre (hoy Plaza Miserere). Dicho tramo fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1997 y es uno de los más abandonados hoy en día. Entre 2001 y 2008 el Gobierno Nacional llevó adelante un plan para restaurar sus estaciones que se mantenían apenas modificadas, reemplazando los deteriorados azulejos originales por otros idénticos, respetando la estética original. Pero a la buena iniciativa le siguió una mala noticia: pocos meses después de la importante obra, los azulejos recién colocados comenzaron a desprenderse en varias estaciones: la empresa se limitó a emparchar todo con otros de diferente color. Los azulejos originales habían aguantado casi 100 años, fijos en las paredes de la línea más antigua.

Cabina cerrada del coche La Brugeoise 39 de la línea A.  Nótese a la derecha el asiento curvo con sus maderas rotas y la basura dentro

En la misma línea A, algo insólito sucedió en la estación Lima. Hace ya algunos meses, se construyó en uno de sus andenes un pequeño cubículo de paredes de Durlock; mientras en la estación Congreso se levantó uno aún más grande, que incluso tiene puertas y ventanas y fue pintado con el color de la estación. EnelSubte.com no pudo descifrar si la construcción fue realizada por Metrovías o por una empresa subcontratada para alguna obra en particular, pero es absurdo ocupar los andenes de una estación tan saturada en hora pico como Lima -donde combinan las líneas A y C- con estos cubículos que no respetan el trato que debe darse a un Monumento Histórico Nacional, por ley.


Los grafittis son un capítulo aparte. Hasta ahora aparecían solamente en las estaciones, todo gracias a que el Gobierno de la Ciudad nunca puso personal policial, ni Metrovías contrató seguridad privada para proteger a los pasajeros en las estaciones y evitar el vandalismo. Pero hace poco tiempo, llegaron a los trenes del subte, y ya cubrieron completamente varios vagones de la línea B. Incluso aparecieron algunos graffitis en coches de las líneas A y D.

Los coches de la línea A, fabricados los primeros en 1911 y en servicio desde 1913, son los más antiguos del mundo en servicio comercial y parte del patrimonio histórico, cultural y turístico de la Ciudad de Buenos Aires. Todos los años reciben miles de visitas de turistas que se maravillan al verlos andar, e incluso vienen aficionados de todas partes del mundo especialmente a verlos. Pero a Metrovías no le importa nada de esto, ni siquiera por lógica de buen comerciante, y no hace nada para para impedir que los grafitteros pinten no sólo vidrios y exteriores, sino también los paneles de madera del interior. Hasta los arreglos precarios hechos por el personal de la empresa se ven completamente improvisados, con materiales inadecuados y llenos de suciedad.

Para cerrar este artículo con una pizca de ironía, es interesante saber que los "nuevos" coches Mitsubishi que se utilizan en la línea B desde 1995, con sus asientos aterciopelados con resortes y sus sirenas ensordecedoras; fueron comprados usados de la línea Marunouchi del subterráneo de Tokio. Allí habían prestado servicios durante 35 años, y son ya considerados piezas de museo, así que los japoneses se sorprenden cuando visitan Buenos Aires y descubren a sus "antiguos" vagones, cubiertos por capas de graffiti, suciedad y grasa en los túneles de la Avenida Corrientes. Pueden verse en YouTube los videos filmados por turistas orientales en los que se muestran a dónde fueron a parar los trenes que ellos ven como antiguedades, pero que acá aún cumplen el trabajo de llevar todos los días a miles de trabajadores por la línea más calurosa de la ciudad.

Así cuida Metrovías el patrimonio de la red, desde coches, estaciones y murales a simples azulejos. Por esa misma negligencia se expone a los pasajeros a viajes no sólo peligrosos por la falta de mantenimiento de la infraestructura y del material rodante, sino que se deja a merced de los vándalos todo aquello que se le dio al Subte para evitar que, como decía Cortázar, "los ojos se mueran de hambre".(Fuente y fotos: EnelSubte)

23 de febrero de 2011

SUEÑO CUMPLIDO


Cartas de Lectores

Señor Director:

Leo siempre Crónica Ferroviaria. Hoy he podido ver, por fin y aunque sea por un rato, a Pedraza preso. Fui una de las casi 100 mil personas que quedamos en la calle por su exclusiva culpa avalada por Menem. No sé que importancia tendrá esto para Ud., pero para mí fue como un sueño cumplido porque nosotros en Paraná fuimos la seccional engañada personalmente por el mal Presidente Menem como por el mismísimo Pedraza que me dejó en la calle. Gracias por entenderme. Saludos.
Dante Gaspari
fundacionexplorar@yahoo.com.ar

20 de febrero de 2011

EL ESTADO GASTA POR DÍA CASI 4 MILLONES DE DÓLARES

Por cada boleto, de ida y vuelta, se pagan 15 pesos de subsidio

La sucesión de yerros ferroviarios que ocurrieron en los últimos años tiene un costo no menor al que aportan todos los argentinos de a pie. ¿Cuánto? Nada menos que 15 millones de pesos por día, algo así como 3,7 millones de dólares por cada 24 horas. A escala humana, la cifra es elocuente: cada vez que un pasajero pone un pie en un tren, urbano o interurbano, o en un subterráneo, el Estado aporta en promedio 7,66 pesos por cada boleto. Algo más de 15 pesos para ir y volver a un lugar.

La cifra está lejos de aquel millón de dólares diarios que importaba mantener la red ferroviaria que unía todo el país en época de las privatizaciones del ex presidente Carlos Menem. Ha quedado muy poco de las vías que veían pasar los maltrechos trenes estatales por todo el país; ahora la mayoría de los servicios se concentran en el área metropolitana y cubren trayectos cortos.

De aquellos 11,7 millones de pasajeros que compraban boletos de larga distancia en 1989, se pasó a 2,15 millones que usaron este medio de transporte para cubrir trayectos largos 20 años después. El tren se hizo urbano.

Las boleterías porteñas y bonaerenses vendieron 268 millones de pasajes en 1989 contra 430 millones de 2009. Si bien no hay datos oficiales aún, en el sector creen que el grupo de trenes urbanos transportó 450 millones de personas; el subte llevó 289 millones, y los trenes de larga distancia, 2,25 millones. Tal es la falta de federalización de los recursos que el área metropolitana se llevará 3393 millones de los 3603 millones de pesos que el Ministerio de Planificación Federal presupuestó para la política del sector para 2011.


Los números fueron artesanalmente compilados por La Nacion sobre la base de estadísticas de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), de la Unidad de Coordinación de Fideicomisos de Infraestructura y de datos de ejecución presupuestaria de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) y del Ministerio de Economía.

El año pasado, los concesionarios de trenes Metrovías, Trenes de Buenos Aires (TBA) y Ferrovías recibieron subsidios por 2980 millones de pesos para poder operar, en su gran mayoría, los servicios urbanos. Esto no es todo lo que el Estado pagó al sector privado el año pasado en materia ferroviaria.

Presupuestos millonarios

Desde 2002, cuando se declaró la emergencia de transporte, rige el Sistema Integrado del Transporte (SIT), un fideicomiso que se integra con porcentaje, alrededor del 20% del precio del gasoil que consumen todos los argentinos. De ahí se deriva dinero para obras viales, para colectivos y trenes. Los rieles se llevaron de ahí 535 millones de pesos el año pasado. El mes pasado, y según informó la Ucofin, ese fondo entregó a las concesionarias 252 millones de pesos.

Las dos empresas estatales ferroviarias hace un par de años, la ADIF -encargada de administrar la infraestructura ferroviaria- y la SOF -cuya finalidad es operar ramales que estén en poder del Estado-, tuvieron en 2010 un interesante presupuesto. La primera contó con 229 millones de pesos; la operadora tuvo una chequera de 21 millones.

Hay más. Otra de las grandes aspiradoras de fondos públicos de los últimos años es la empresa Ferrocarril Belgrano SA. Se trata de una sociedad del Estado que vivía con respirador artificial desde épocas de Menem y casi no tenía actividad. Pero el kirchnerismo la revivió. El año pasado, tuvo un presupuesto de 1123 millones de pesos, casi 272 millones de pesos más de lo que necesitó para funcionar en 2009.

Belgrano no es ni más ni menos que la empleadora y encargada de pagar los sueldos de los empleados del ferrocarril que trabajan en las líneas Belgrano Sur, Roca y San Martín, los ramales que pasaron a manos del Estado después de que se le rescindiera la concesión a trenes Metropolitanos, una compañía del empresario Sergio Tasselli.

La cifra indica muchas cosas, ya que como la gran mayoría de los fondos se destinan a sueldos, es fácil determinar cómo crece la nómina salarial de un año a otro. Por caso, de 2009 a 2010 el aumento fue del 31 por ciento.

Para este año, el presupuesto nacional estableció 3511 millones de pesos para lubricar el maltrecho sistema ferroviario argentino; la gran mayoría estará destinado a subsidios, unos 2900 millones. Más allá de lo presupuestado, seguramente la chequera no alcanzará y habrá que sumar dinero fresco al sistema, tal como viene ocurriendo año tras año, básicamente impulsado por los mayores costos laborales.

Así sigue la danza de los millones; con empresarios y funcionarios contentos y usuarios cada vez más cansados de un servicio deficiente.(Fuente: La Nación)

30 de enero de 2011

TENER MEMORIA

Nota de Opinión

Por: Facundo Javier Frattini (Para Crónica Ferroviaria)

Como toda persona que intenta informarse, trato de ver la mayor cantidad de puntos de vista de quienes escriben en este foro y en otros, cruzarlo con la poca información oficial y sacar mis propias conclusiones.

Tomando como referencia el hecho de que queriendo la mayoría de los suscriptos a Crónica Ferroviaria (esto es una suposición mía) que el ferrocarril en la República Argentina , no diría vuelva a ser lo eficiente y grande que fue porque no estoy seguro que eso no fuera mejorable, pero si que tenga en la actualidad todo lo bueno que supo tener en sus tiempos de gloria, y todo lo que no llegó a tener, pero hubiera sido posible con tiempo y esfuerzo, sino se hubiera interrumpido su senda de autodesarrollo.

Sabemos que hay intereses políticos, generalmente conservadores que siempre se opusieron a todo lo que implique desarrollo nacional, y de más está decir que el ferrocarril trae aparejado desarrollo indefectiblemente, el único momento en que no se opusieron al ferrocarril fue durante el colonialismo llevado adelante por Gran Bretaña a lo largo de un siglo.

También hay intereses sectoriales, de hecho todo el modo automotor en su conjunto, ineficiente como es en transporte masivo de cargas y pasajeros a medias o largas distancias, comparándolo con el modo ferroviario tiene su rama empresaria, que en parte ya sabemos lo nefasta que es, y su rama sindical, que tiene sus propios negocios, pero que también representa en la actualidad a centenas de miles de familias que viven del modo (automotor).

Y por último, podemos identificar tres importantes períodos en los cuales se llevó a cabo los ataques mas feroces contra el modo (Ferroviario), destruyéndolo en parte y dejándolo debilitado para el próximo embate. Estos periodos fueron:

El plan Larkin allá a principios de los 60. La última dictadura con Martínez de Hoz a la cabeza, y el “menemato” del Río de la Plata.

Y ahora trataré en función de la descripción previa, hacer hincapié en aquello que me preocupa.

Hace 60 años que dos medios gráficos son los de mayor tirada nacional, Clarín y La Nación. Es sabido qué intereses representan independientemente de que partido o persona ejerza el gobierno.

Es sabido también que durante los períodos nefastos antes mencionados (Plan Larkin, última dictadura y “menemato”), esos medios y sus satélites, siempre estuvieron a favor de quienes desde el Estado actuaban contra el mismo, y contrastando con eso, el único foco de resistencia al remate del patrimonio publico y que luchó por la conservación de todo aquello que finalmente se perdió, fueron los trabajadores y el sindicalismo de base (tal vez se puede agregar algún sector de la sociedad minoritario).

Por lo anteriormente descrito, me veo en la obligación de comunicarle mi descontento con las reiteradas citas de dichos medios como fuentes en este blog, para la comprensión del estado de algunos ramales o la denuncia de algún hecho comprobado o posible de corrupción o negligencia, sabiéndolos parte del arribo del modo ferroviario al estado actual; me creo en condiciones de poder afirmar que el ferrocarril no está en ese estado por lo que se hizo, o no se hizo en los últimos 5 o 10 o 15 años, sino que podríamos empezar a contar a partir del 60.

Si estoy en lo correcto, estos sectores que tuvieron asidua participación orientando la opinión pública y presionando a quienes ejercían el poder político, son corresponsables, a mi juicio, desde la intención.

Motivó que escriba estas líneas, ver la cita de una noticia cuya fuente es Clarín y la imagen publicada es la cara de López Murphy, de quien ya sabemos que puede opinar sobre cómo deben funcionar los servicios públicos, sólo basta ver su propuesta para la educación universitaria durante su fugaz paso por el Ministerio de Economía en el 2001.

Sí me parecería educativo, a pie de nota, recordar la postura del medio o personaje en cuestión, sobre el mismo tema en otro momento histórico.

Estamos en democracia y todos tienen derecho a opinar y ser libres, pero a un médico que comete un error levemente grave en su actividad le quitan el título por mala praxis, mientras estos señores por error, omisión o mala fe, se dan el gusto de decir y hacer cualquier burrada, total con el tiempo la gente se olvida y pueden plantear lo opuesto sin que les de la más mínina vergüenza.

Si analizamos un poco la historia, nadie puede privatizar o malvender una empresa que cumple medianamente bien con el servicio que está obligada a prestar, por eso desde el 76 a todas las empresas públicas (incluyendo los ferrocarriles) se las endeudó, se aumentó su personal y se colocó en los puestos claves a gente poco idónea (para ser delicado en el adjetivo), para que 10 años después, la misma fuera un caos y la prestación del servicio sea financieramente inviable y estén sentadas las bases para su posterior desguace, regalo o entrega…

Para finalizar, digo que me había sentido indignado al leer los primeros párrafos hasta la foto del señor López Murphy, pero observando toda la nota publicada por el diario Clarín, las fuentes citadas como expertos son, en primer lugar, Ricardo López Murphy, del cual algunos antecedentes mencioné previamente y a los que se podría agregar que fue fundador del Partido Recrear y ex aliado del Pro, partido que logró arrebatarle el control de su propio partido, y Luciano Laspina que según se cita en la nota es economista en jefe del Banco Ciudad, entidad timoneada por gente del Pro.

Si a esto agregamos que por dicho partido pasaron también, entre otros, Federico Pinedo (nieto), que en declaraciones recientes dijo que había que pagar deuda con más deuda (y no cobrando retenciones, declaración del 2008, en la actualidad dijo lo mismo para con el uso de reservas), y se declaró en contra de las pocas reestatizaciones llevadas a cabo en los últimos años (declaraciones que repitió hasta el hartazgo su jefe político y líder del Pro, Mauricio Macri).

Tampoco me puedo permitir, para cerrar, dejar fuera de la lista a Carlos Melconian, coautor junto a Domingo Felipe Cavallo de la estatización de la deuda privada, en el año 82, durante la última dictadura, mientras Cavallo presidía el B.C.R.A., cabe destacar que dicho señor, Carlos Melconian, fue el candidato a Ministro de Economía de Carlos Menem, en la formula Menem-Romero, en las elecciones presidenciales del año 2003.

Es decir que no cabe duda a mi juicio, que la ideología de estos señores define por consiguiente la forma de gestión y los fines que todos estos personajes pasados, actuales y futuros desean para las empresas estatales de servicios públicos

5 de enero de 2011

VIEJO EXPRESO

Nota de Opinión

Por: Dr. Mario Ignacio Arcusin

Basavilbaso ha sufrido hasta casi su desaparición como pueblo por la decisión tomada por el gobierno peronista del Dr. Carlos Menem, allá por el '92, de cerrar los ferrocarriles por considerarlos deficitarios.

Tenemos varios editoriales escritos y firmados en los que demostramos que eso era una falacia, ya que el supuesto déficit (sólo económico) que producía la explotación por parte del estado del trasporte de pasajeros y carga, siguió existiendo bajo la forma de subsidios a las empresas que devinieron en concesionarias, con la única condición de compartir lazos familiares o de amistad con los dueños del poder. Desde el gobierno, en aquél entonces, nunca se dijo que son deficitarios desde el punto de vista económico en casi todas las partes del mundo, por lo menos aquellos que cumplen una función social (obviamente que no los que llevan gente a las pistas de esquí, por ejemplo). Pero es justamente por esa función social que no cumple ningún otro medio de transporte que los países adelantados lo mantienen en vigencia.

Una de las consecuencias queridas de esa decisión conjunta de privatizar y cerrar ramales, fue la que creció a valor exponencial el transporte por vía terrestre, tanto de pasajeros como de carga, usufructuando la abrupta falta de oferta que significó el hecho de que de un día para el otro dejaran de circular convoyes de treinta o más vagones, los que debieron ser sustituidos por otros tantos camiones o colectivos, según el caso.

Esta forzada opción no sería tan preocupante si no hubiese tenido como correlato algunas otras realidades que hasta el día de hoy conviven con nosotros, y que lejos de mejorar nuestra vida la han empeorado.

Nunca nadie estudió, con la finalidad de encontrarle una solución, y no por la mera anécdota que justificara un documental fílmico o un más o menos serio artículo periodístico, la crisis social, cultural y económica que generó en pueblos como el nuestro, "nacido a la vera del ferrocarril", el cierre de un día para el otro de una fuente de trabajo que ocupaba a casi mil personas, que fueron a incrementar, también de un día para el otro, la cifra de desocupados, subocupados, cuentapropistas, clientes políticos, empleados públicos innecesarios, etc. (etcétera quiere decir, en latín "y lo que falta", y acá lo que falta, hablando de consecuencias, es mucho todavía). Esta situación, si hubiera provenido de un gobierno de facto o de signo político no peronista, hubiese sido catalogada, seguramente, como el tercer genocidio del siglo 20, y sus autores materiales e intelectuales hubiesen terminado sus días en la cárcel, sin que ninguna ley pudiera ampararlos bajo el manto de la obediencia debida o el punto final. Los organismos de DDHH afines al actual gobierno, y los medios periodísticos gráficos, radiales y televisivos obsecuentes se regodearían haciendo el panegírico de quienes lucharon y dieron su vida (quizás no heroicamente, pero la dieron al fin) enfrentando al poder político y económico que entregó un baluarte de nuestra soberanía nacional.


Pero no. Como el gobierno era del Partido Justicialista, las reacciones no fueron tales. Todo el mundo "se comió el garrón", y las tibias expresiones en contra de esas medidas, cuando se escucharon, débilmente, ocultaron que Menem era, al mismo tiempo, presidente del PJ, con lo cual asignarle la responsabilidad de las medidas neoliberales de los '90 a un supuesto "menemismo", es poco menos que sacarle el cuerpo a la identidad política. Por más que tenga entre sus 20 verdades una que dice "como doctrina económica, el justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del bienestar social".

Cuando uno, leyendo la política argentina, se asombra del poder adquirido por Hugo Moyano y sus hijos, no puede dejar de relacionar el hecho de que aquella (la decisión de cerrar los ramales) fue la causa para estos efectos (el crecimiento de un poder hegemónico en las rutas argentinas, "gracias" a la eternización gremial en camioneros y peajes). Y como solemos decir, uno no puede primero exaltar las causas y luego agraviarse por los efectos.

Algo parecido sucede con el trasporte público de pasajeros, que en ese mismo tiempo, y aún sin una figura emblemática a su frente (por lo menos no abiertamente, pero sí en materia de especulaciones) dejó casi todo el servicio de colectivos en manos de una sola empresa, que como una flecha disparada al viento conquistó mercados impensados, directamente con su nombre o bien adquiriendo otras que, tras largos años de lucha competitiva, debieron ceder el dominio económico conservando su nombre, en el mejor de los casos. Eso hace que, tal como sucede con algunos medios de comunicación periodísticos, uno no sepa que se trata de la misma comida con distinto olor. Pero, como estamos entre amigos, no se escucha ningún reclamo desde el kirchnerismo para terminar con éste que sí es un monopolio, muy fácil de probar.

Esta larga introducción sirve para entrar en el tema central, por lo menos desde el aspecto coyuntural, y que termina por magnificar la insólita y precaria situación en que se encuentra la prestación del servicio en la Argentina, y, lo que es peor, su control.

Una integrante de la familia tomó el pasado jueves 23 el micro de la empresa Nuevo Expreso, que sale de Santa Fe a las 12,40 y debe llegar a Basavilbaso a las 17 hs. Recuerde el amigo lector, y sépalo aquél que no es de acá, que ese fue uno de los días más calurosos del año, con temperaturas por encima de los 36°C. A poco de emprender el viaje se notó que no funcionaba el aire acondicionado, lo que ameritó que, una vez ingresado a la capital de nuestra provincia, se dirigiera a los talleres de la empresa (¿San José?) para arreglarlo. Luego de más de una hora demorada en ese propósito, y aún cuando se informó que estaba solucionado el problema, la temperatura interior del vehículo era, seguramente, cercana a los 60°C, ya que no solo nunca funcionó el sistema, sino que, además, era imposible abrir las troneras que, en el techo del vehículo, sirven al doble propósito de circulación de aire y salida de emergencia. ¡Estaban obturadas con un sellador!

Al llegar a Crespo, ya eran para esto las 16 hs. y estaban todavía a más de 150 km. de Basavilbaso, la situación se hizo insostenible, tanto por la precariedad de la prestación, cuánto, más que nada, por la difícil situación de los pasajeros, al borde de la asfixia, y que no recibieron de parte de la empresa ni siquiera una bebida fría para paliar los efectos del calor.

A través del teléfono celular, y aprovechando la facilidad que la profesión de este editorialista le brinda, una vez puesto en conocimiento del tema se inició una serie de contactos que comenzaron primero con la empresa, a fin de que cambie el vehículo y atienda mientras tanto a los viajeros como seres humanos y no como bestias. Allí el resultado fue nulo, acompañado de malos tratos y burlas. Continuó, entonces, en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), desde donde, no obstante la cordialidad, nos reconocieron que nada podían hacer al respecto, cuánto más no sea tomar la denuncia y luego aplicar sanciones. ¿Tardías?

Recurrimos, entonces, a nuestra policía provincial, en este caso a la Departamental Nogoyá, que, aunque parezca mentira, pudo hacer lo que otros no. Que el vehículo quedara en esa ciudad, impidiéndose su circulación en ese estado. Los pasajeros llegaron finalmente a Basavilbaso a las 19,30 hs., en otro servicio. La tramitación del reclamo sigue en marcha, y terminará, seguramente, dentro de 60 días, con la devolución del importe del pasaje a aquellos que todavía conserven el comprobante. Y encima estarán obligados a decir ¡Muchas Gracias!

Si los controles funcionaran, el servicio debería haber sido abortado y prestado con otro vehículo, ya al salir de Santa Fe. Todo lo demás es consecuencia de la negligencia, la impericia y la inobservancia de los deberes, y constituye, en materia legal, un caso de culpa, por omitirse la conducta debida para prever y evitar un daño.

¿Se acuerdan de Cromañón?

Semanario Crónica de Basavilbaso