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Ambientalistas que lucha por preservar el último pulmón verde del distrito resaltaron los avances y reconocieron que la solución hallada es "más amigable" con el entorno. Ahora estudian apertura de pasos peatonales.
La salvaron. Después de dos meses de lucha, organizaciones ambientalistas y de vecinos autoconvocados de Lomas de Zamora lograron que Trenes Argentinos Infraestructura desista de colocar un muro de hormigón a ambos lados de la vías del ferrocarril que atraviesan la Reserva Natural Santa Catalina, que la habría partido en dos y ocasionaría un “impacto negativo irreversible”, según la opinión de sus defensores.
El jueves pasado, funcionarios de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIFSE) se reunieron con representantes de Vecinos en Defensa de Santa Catalina, las asociaciones Fuenteovejuna y Pilmayqueñ, guardaparques y funcionarios del municipio, a quienes confirmaron que pondrán una reja, lo más cerca del tendido de vías, que tendrá una altura de 1,10 metros y contará con aberturas pasafaunas. Una solución “más amigable” con el entorno, reconocieron ambas partes.
De esta manera, también quedó contemplada la necesidad de Ferrocarriles Argentinos de brindar un mínimo de seguridad y prevenir accidentes ante el paso de las formaciones que conectan las estaciones de Temperley y Haedo.
Se acordó, además, la construcción de un paso peatonal a la altura de la estación ferroviaria, con portón, para permitir, especialmente, el paso de los guardaparques, y se analiza la apertura de otro cruce, quizás más cerca de la calle Garibaldi, porque uno solo no es suficiente. Para ello será necesaria la intervención de la CNRT (Comisión Nacional de Transporte), que es la encargada de regular la apertura de pasos. para ello, será necesario que los vecinos eleven un pedido formal a la comuna y que éste haga lo propio con la CNRT.
"Nos escucharon y entendieron los argumentos técnicos, ambientales, históricos y arqueológicos, para avanzar con una alternativa que minimice el impacto ambiental". Alberto De Magistris
Cabe recordar que a comienzos de este año, en un informe elevado a la Secretaría de Medio Ambiente lomense, los Guardaparques de Santa Catalina, alertaban que la construcción de un muro de hormigón contemplaba “la remoción de vegetación nativa, compactación de suelo y destrucción de la barranca”, donde habitan especies en peligro de extinción. A pesar de ello, el gobierno de Martín Insaurralde hizo poco y nada para frenar la obra que estaba a cargo de Conisa SA. Fueron los autoconvocados los que pusieron el grito en el cielo para y lograron detener el daño a la “rica biodiversidad” de esta reserva.
Avance significativo
En diálogo con Diario Popular, Alberto De Magistris, miembro de la ONG Pilmayqueñ y docente e investiador de la Facultad de Ciencias Agrarias de Lomas de Zamora, recalcó que los “significativos avances” logrados con la empresa, que terminaron por descartar la construcción de muros divisorios de concreto a lo largo de toda la reserva.
Nos escucharon y entendieron los argumentos técnicos, ambientales, históricos y arqueológicos, para avanzar con una alternativa que minimice el impacto ambiental y cumpla con las necesidades en materia de seguridad”, subrayó el docente.
La reunión que se llevó a cabo dentro de la reserva natural, se prolongó por más de dos horas, donde los ambientalistas volvieron a insistir con su propuesta de instalar “una alambrada rural baja con pasafauna”, pero fue descartada por dos motivos: 1) La CNRT no las aprueba y 2) por la facilidad con que son vandalizadas.
El pulmón de Lomas
La Reserva Natural Santa Catalina es el último pulmón verde que le queda a Lomas de Zamora. Posee una superficie de 700 hectáreas que incluye una laguna homónima de 43.000 kilómetros cuadrados.
Alberga una riquísima biodiversidad: 1.200 especies de plantas, hongos y algas; más de 400 especies animales, incluyendo aves, mamíferos, peces, reptiles, anfibios, moluscos e insectos; y una docena de edificios históricos de fines del siglo XIX rodeados de parques.DiarioPopular.com (Nota enviada por nuestro colaborador señor Jorge Zatloukal)
Ambientalistas que lucha por preservar el último pulmón verde del distrito resaltaron los avances y reconocieron que la solución hallada es "más amigable" con el entorno. Ahora estudian apertura de pasos peatonales.
La salvaron. Después de dos meses de lucha, organizaciones ambientalistas y de vecinos autoconvocados de Lomas de Zamora lograron que Trenes Argentinos Infraestructura desista de colocar un muro de hormigón a ambos lados de la vías del ferrocarril que atraviesan la Reserva Natural Santa Catalina, que la habría partido en dos y ocasionaría un “impacto negativo irreversible”, según la opinión de sus defensores.
El jueves pasado, funcionarios de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIFSE) se reunieron con representantes de Vecinos en Defensa de Santa Catalina, las asociaciones Fuenteovejuna y Pilmayqueñ, guardaparques y funcionarios del municipio, a quienes confirmaron que pondrán una reja, lo más cerca del tendido de vías, que tendrá una altura de 1,10 metros y contará con aberturas pasafaunas. Una solución “más amigable” con el entorno, reconocieron ambas partes.
De esta manera, también quedó contemplada la necesidad de Ferrocarriles Argentinos de brindar un mínimo de seguridad y prevenir accidentes ante el paso de las formaciones que conectan las estaciones de Temperley y Haedo.
Se acordó, además, la construcción de un paso peatonal a la altura de la estación ferroviaria, con portón, para permitir, especialmente, el paso de los guardaparques, y se analiza la apertura de otro cruce, quizás más cerca de la calle Garibaldi, porque uno solo no es suficiente. Para ello será necesaria la intervención de la CNRT (Comisión Nacional de Transporte), que es la encargada de regular la apertura de pasos. para ello, será necesario que los vecinos eleven un pedido formal a la comuna y que éste haga lo propio con la CNRT.
"Nos escucharon y entendieron los argumentos técnicos, ambientales, históricos y arqueológicos, para avanzar con una alternativa que minimice el impacto ambiental". Alberto De Magistris
Cabe recordar que a comienzos de este año, en un informe elevado a la Secretaría de Medio Ambiente lomense, los Guardaparques de Santa Catalina, alertaban que la construcción de un muro de hormigón contemplaba “la remoción de vegetación nativa, compactación de suelo y destrucción de la barranca”, donde habitan especies en peligro de extinción. A pesar de ello, el gobierno de Martín Insaurralde hizo poco y nada para frenar la obra que estaba a cargo de Conisa SA. Fueron los autoconvocados los que pusieron el grito en el cielo para y lograron detener el daño a la “rica biodiversidad” de esta reserva.
Avance significativo
En diálogo con Diario Popular, Alberto De Magistris, miembro de la ONG Pilmayqueñ y docente e investiador de la Facultad de Ciencias Agrarias de Lomas de Zamora, recalcó que los “significativos avances” logrados con la empresa, que terminaron por descartar la construcción de muros divisorios de concreto a lo largo de toda la reserva.
Nos escucharon y entendieron los argumentos técnicos, ambientales, históricos y arqueológicos, para avanzar con una alternativa que minimice el impacto ambiental y cumpla con las necesidades en materia de seguridad”, subrayó el docente.
La reunión que se llevó a cabo dentro de la reserva natural, se prolongó por más de dos horas, donde los ambientalistas volvieron a insistir con su propuesta de instalar “una alambrada rural baja con pasafauna”, pero fue descartada por dos motivos: 1) La CNRT no las aprueba y 2) por la facilidad con que son vandalizadas.
El pulmón de Lomas
La Reserva Natural Santa Catalina es el último pulmón verde que le queda a Lomas de Zamora. Posee una superficie de 700 hectáreas que incluye una laguna homónima de 43.000 kilómetros cuadrados.
Alberga una riquísima biodiversidad: 1.200 especies de plantas, hongos y algas; más de 400 especies animales, incluyendo aves, mamíferos, peces, reptiles, anfibios, moluscos e insectos; y una docena de edificios históricos de fines del siglo XIX rodeados de parques.DiarioPopular.com (Nota enviada por nuestro colaborador señor Jorge Zatloukal)
gente al pedo que nada tienen que hacer.y si se fijan todos antitrenes todas medidas encontra del tren y el progreso
ResponderEliminarHay que escuchar a todos. Al final se cambió una pared por una reja y listo. Por qué despreciar la opinión del otro si el tren es de todos y lo pagamos entre todos?
Eliminarno se merecen tener servicio de tren muchas personas
ResponderEliminarno son los usuarios, los que cortan el servicio...!!!
EliminarTampoco estoy de acuerdo que levanten un muro de concreto al mejor estilo de Berlín, considerando que sería suficiente un cerco rural con pasa faunas y cada cincuenta metros un guardafauna con una ametralladora para extinguir a los animales humanos que quieran depredar. He dicho.
ResponderEliminarRafael Antonio Papasidero
PODES PONER REJA EN LUGAR DE BLOQUES DE HORMIGON.
Eliminarlegalmente se puede levantar un muro donde es tu propiedad. En Mexico, el pais le pide a los americanos que no pongan el muro (porque ellos se benefician en su transito ilegal a.... ) pero desde el punto de vista americano, si es "mi" territorio yo puedo hacerlo. Digamos, que los de afuera se quejan de lo que no es de ellos. El problema de la fauna se puede arreglar de otra forma que no es precisamente combatiendola. Mejor combatir a los anti trenes. Lo malo es que muchas personas que tienen un auto se creen capitalistas porque tienen "un bien" que continuamente esta devaluandose, que hace sentir a la persona importante, pero que en realidad es solo un auto y que se puede prescindir de el si se quiere vivir mejor, con menos gasto y menos presupuesto y contaminando menos, pues el automovilista paga una patente simbolica mas que nada por la parte administrativa, pero la reparacion de las calles como de los caminos vecinales como de las rutas lo pagan todos los habitantes, ciudadanos como campesino, y en la mayoria de los casos en las ciudades no hay veredas apropiadas para el transito peatonal obligando al peaton a caminar por la calle (a quien le corresponde reparar la vereda legalmente?); y ademas el automovilista NO PAGA por el daño ambiental que produce siendo que todos respiramos el aire que los que tienen autos contaminan. Muy injusto))). Y el ancho de las calles en las ciudades es injusto tambien porque sus medidas aproximadas de ancho de 7 metros no contemplan el transito de la bicicletas. Todo premeditado para que solo dependamos del automovil porque quienes hacen la planificacion y las politicas generales son las petroleras y automotrices - por supuesto que empresas ferromotrices no cuentan.
ResponderEliminarMe parece una visión un tanto pasada de moda. En el 2018 el automóvil es la revolución, no los trenes. El ferrocarril fue la revolución en el 1800. De hecho no había automóviles ni buses ni camiones ni aviones y casi no había bicicletas. El mundo se estructuró sobre la base del tren. Hoy el mundo cambio y también las consideraciones sobre el impacto ambiental y social de cada cuestión. Una pared entre México y EEUU es un problema simbólico no un tema de potestad de hacer o no la pared de uno u otro. En el caso de los paredones ferroviarios el problema es de tipo ambiental y social también. En Rosario hasta hace 30 años la ciudad no tenía acceso ni vista al 80% de la costa del Parana por ser terrenos ferroviarios. Había largos paredones de 10 metros de altura en muchos tramos. Hoy el acceso es pleno al 100% de la costa y se desafectaron terrenos ferroviarios para permitir el desarrollo urbano. Esto no significa que el tren no sea importante, pero la realidad es que por su naturaleza, divide a la gente. Es importante tomar en cuenta todos los factores, no solo que un tren funcione sino cómo afecta esto las zonas por donde pasa.
EliminarNo se trata de hacer lo que el estado quiere sin escuchar quejas de los afectados . Aquí no se impidió el fin sino se cambió una pared por una reja que esalgo mejor para todos y cumple el mismo objetivo. No hay que despreciar la opinión de otros cuando todos somos dueños del tren.
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