28 de febrero de 2012

INDUDABLE CULPABILIDAD DE LA EMPRESA T.B.A. UN ELEMENTO CRUCIAL EN EL LAMENTABLE ACCIDENTE DE ESTACIÓN ONCE

CARTAS DE LECTORES

Señor Director de Crónica Ferroviaria:

Leyendo los relatos periodísticos y los comentarios que se filtran de pericias, acusaciones y envidencias, veo que no está considerando un factor fundamental que fue el causante de tantas muertes en el lamentable accidente del 22 de febrero en Once: EL PARAGOLPES HIDRÁULICO DE LA ESTACIÓN ESTABA ANULADO, DESCARGADO Y RETRAÍDO.

Sin la amortiguación hidráulica, llevarse ese paragolpes por delante es lo mismo que chocar contra una roca.

Los peritos pueden simplemente verificar el resto de los paragolpes "ex hidráulicos" de ese tipo que tiene la estación en las restantes vías, y podrán ver que se encuentran en las mismas condiciones de inoperatividad.

No deben funcionar ni las bombas de agua (quizas ni siquiera existan), ni nadie nunca les habrá propinado el mínimo mantenimiento.

El paragolpes hidráulico tiene 2 vástagos que deben salir aproximadamente 1,5 m.... la viga frontal del paragolpes está montada sobre unas rueditas que van encarriladas en los mismos rieles, si el sistema amortiguador hidráulico hubiera estado funcionando como debería, con la viga paragolpes separada y los vástagos salidos y contrarrestados con la presión adecuada de agua, el impacto a 20 Km/h se habría morigerado y tal vez la deformación entre el 1ro. y segundo coche hubiese sido mínima o nula, pero el frente del coche se topó con un punto totalmente rígido, sin amortiguación ninguna, y la inercia del tren se descargó en el punto más débil, quizá donde alguna reparación anterior se habría realizado con calibres de chapa menores a los especificados. O donde hubiese problemas de oxidación avanzada tapados burdamente con kilos de masilla y pintura...

Entonces, por más que estén tratando de instalar la culpabilidad del conductor y teorizando si los frenos andaban o no, he aqui un elemento contundente, que llevó el accidente a las tristes proporciones que enlutan a todos los argentinos.

En la desidia de anular un elemento de seguridad tan vital, no recae la culpa en el conductor, ni el guarda, ni nadie más.

Una vez más la negligencia, el abandono y la desidia de TBA. ¡FUERA TBA!. Atentamente,
Ernesto Falzone
Ingeniero Mecánico
ernestofalzone@gmail.com