Exterior
Un proyecto en el cual participan expertos de la Universidad Nacional
busca recuperar las estaciones del ferrocarril antioqueño para convertirlas en
un corredor cultural.
Se trata de una iniciativa en la que se está haciendo no solo una
adecuación física de las antiguas paradas del tren, sino una reconstrucción
histórica del desarrollo que trajo consigo el ferrocarril para las comunidades,
que en su mayoría se encuentran olvidadas.
César Augusto Lenis, historiador de la Universidad Nacional Sede
Medellín y doctor en Historia de América Latina, es uno de los integrantes del
equipo de trabajo, conformado por arquitectos, restauradores y antropólogos,
entre otros.
Con su experiencia en archivos históricos de la región, el profesor
Lenis estuvo encargado junto a otra profesional, de indagar sobre la historia
de un trayecto del Ferrocarril de Antioquia, que comunicaba al Valle del Nus
con el cañón del Porce.
Debido al corto tiempo, el investigador solo trabajó con fuentes
impresas como el periódico oficial del Ferrocarril de Antioquia, que se publicó
de manera seriada desde finales del siglo XIX hasta 1930, cuando se inauguró el
túnel de La Quiebra.
“Tratamos de darle al proyecto un juego de escala. En el siglo XIX el de
Antioquia fue uno de los muchos que se construyeron en Colombia y América
Latina, donde hubo una especie de fiebre acelerada por la instalación de
ferrocarriles después de la revolución industrial europea y de la llegada de la
ciencia y la técnica”, explicó el historiador.
El plan, desarrollado en Antioquia por el Instituto de Cultura y
Patrimonio, la Universidad San Buenaventura y los municipios de Cisneros y
Santo Domingo, busca que a largo plazo el resultado más importante sea la
apropiación de este patrimonio por parte de sus habitantes. Así lo manifestó
Mónica Henao, antropóloga del Instituto de Cultura de Antioquia, quien explicó
que la iniciativa consistía en articular tres líneas: inventario arqueológico,
difusión del patrimonio y desarrollo de un museo, conjugadas con un proyecto en
torno a las estaciones.
“Queremos crear un corredor cultural y que todo ese material
arqueológico e histórico sea usado por los grupos de vigías del patrimonio que
se han venido instaurando en varias poblaciones influenciadas por el
ferrocarril”, agregó.
Por eso, la información recolectada servirá para las guías museográficas
y para quienes se han empoderado de conservar y difundir lo generado a partir
del estudio.
Según Germán Jaramillo, arquitecto restaurador y coordinador de parte
del proyecto, la investigación se centró en la región que antes se conocía como
el distrito de La Quiebra, la cual comprende las antiguas estaciones Botero,
Porce, Santiago, El Limón y Cisneros.
Entre lo encontrado en materia de vestigios, están piezas, herramientas
y sitios muy importantes, como un acueducto que funcionaba durante el tiempo en
que operó el ferrocarril, talleres, bodegas, muros y otros rastros de
edificaciones.
En Antioquia
Entre 1850 y 1914 se construyeron en Colombia, según el profesor Lenis,
aproximadamente nueve ferrocarriles.
En la región existían inicialmente dos secciones: la de Porce, que unía
a Medellín con El Limón, y la sección Nus que unía el río Magdalena con
Cisneros (apellido del ingeniero encargado de la construcción de la primera
parte).
Hasta ese punto llegó el tren, pero un gran obstáculo natural conformado
por la Cordillera Oriental evitaba que por el nivel de pendiente se pudieran
poner rieles. Por esta razón, fue necesaria una obra que permitiera salvar esta
barrera denominada la Quiebra, para comunicar los valles del Magdalena y de
Aburrá.
Finalmente la solución fue la construcción del túnel, resultado de la
tesis del estudiante Alejandro López, de la entonces Escuela de Minas de la
U.N. Sede Medellín. La obra, años más tarde, sería retomada y llevada a cabo
con dineros entregados a la Nación por la pérdida de Panamá.
/Por Agencia de Noticias UN -
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