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Florencia Guzmán, Junmara Piñango y Karina Turiaci ocupan diferentes roles que hacen al funcionamiento del subte y que antes eran asociados exclusivamente a tareas masculinas.
La inserción laboral de la mujer supera barreras constantemente y se aleja de los criterios de décadas atrás en los que algunos trabajos eran exclusivamente para hombres. Florencia Guzmán, Junmara Piñango y Karina Turiaci son tres ejemplos de este avance femenino en tareas masculinas.
Las tres son trabajadoras de los subtes porteños y llegaron con sus particularidades. Mientras que Florencia y Karina contaban con CV ajenos a su trabajo actual, Junmara enfrentó el desafío de ser extranjera. Florencia tiene 25 años, había trabajado en un callcenter y ahora viaja 3 horas desde San Miguel para cumplir con su rol de operadora de sistemas electrónicos de Seguridad en Metrovías.
"Lo mío es un monitoreo en vivo para poder evitar situaciones, poder mantener todo bajo control. Frente a una situación se envía personal de seguridad, personal del SAME", explicó en diálogo con DIARIO POPULAR.
La joven agregó: "Soy estudiante de odontología. Tenía todo lo que uno dice "no me van a tomar tan lejos. No tenía nada que ver. Y sí, ingresé".
Sobre su contexto laboral, precisó: "Tengo varios compañeros, mujeres y varones. No soy la única mujer en el sector. Y la verdad es que estoy super cómoda. Me explicaron todo muy bien, tengo compañeros que me acompañaron con el aprendizaje".
Oriunda de Venezuela, Junmara (32) llegó a Buenos Aires con la experiencia de haber trabajado en el Metro de Caracas. "Hasta donde sé, soy la única mujer en la parte de Laboratorio de señales. En el metro de Caracas yo era parte de mantenimiento eléctrico y mecánico de los sistemas por cables. Acá había un tabú al principio. No estaban acostumbrados a que una mujer técnica "eche llave" por así decirlo. Pero ya se rompieron todos esos tabú y en el trabajo vamos a la par", aseguró.
"Por la nacionalidad no me he sentido menos ni nada. Al principio he sentido el choque de hombres de ver que una trabaja codo a codo con ellos a pesar de ciertas limitaciones que una pueda tener por el peso pero cuando tienes actitud y ganas de echarle ganas al trabajo se les olvida todo de lo que es 'ay, mira es una mujer'", indicó. Sobre su rol en Metrovías, detalló: "En el día, por lo general es en Federico Lacroze, supervisando todas las señales que se estén dando, visualizando las salas técnicas, que están reflejando el funcionamiento de equipos como escaleras mecánicas, ascensores, todo eso. En la noche, ahora se está haciendo la renovación de todo el sistema de visualizaciones en el PCO para no afectar el servicio al público".
Nancy Moreno. Maestra de inglés y bailarina clásica, Karina (50) tiene el rol más a la vista de los pasajeros: Desde hace 6 años es conductora. "Te ven los pasajeros y se asombran cuando ven que estás manejando una formación. Pasa también que hay hombres que siguen con su machismo y cuando ven una mujer que está viniendo con la formación, se tiran para atrás y no suben, toman la siguiente si es un hombre", recordó.
"Yo hace 22 años aproximadamente que estoy acá en Metrovías. Empecé como seguridad al lado del molinete. Me tomaron por medio de una agencia de seguridad tercerizada. Justo me había separado y necesitaba trabajar porque soy maestra de inglés y soy bailarina clásica. Nada que ver ninguna de las dos cosas con esto pero necesitaba trabajar y sacar adelante a mi hija. Empecé de seguridad, tuve la oportunidad de pasar a boletería y después pude pasar a tráfico donde estoy hace 11 años, 5 años de guarda con los trenes de madera y 6 años ahora de conductora en la línea A", detalló. "Al principio costó un poco, como que la mujer empiece a estar con tráfico porque la parte de tráfico era vista como un empleo masculino más que nada. Pero ahora, gracias a Dios, tuvimos la oportunidad de que se expandió todo, nos capacitan continuamente así que estamos a la par de los hombres", destacó. La reflexión de Karina sobre la actualidad de la mujer sintetiza las vivencias de muchas. "Ahora está mucho más aceptado ver una mujer en todos lados, manejando un taxi, un tren, un colectivo. Ya no es tan asombroso. Por lo menos nos da la posibilidad de que podemos. Estamos continuamente capacitándonos y las mujeres además somos bastante detallistas en muchas cosas así que eso también nos ayuda".
Y al respecto, Junmara agregó: "Para mí, un problema más allá está en la falta de iniciativa de la mujer. A veces nosotras mismas nos autocastigamos y pensamos que no podemos. Pero si uno se traza metas puede. Ahora vemos mujeres policias, bomberos, cada vez la mujer va rompiendo barreras porque se ve que tiene su autoestima y podemos ir más allá. Me pasó a mí, que al principio mi mamá me dijo que no me iba a inscribir para técnico electrónico porque había 13 niños e iba a estar sola. Y yo le dije dale porque me gusta la electrónica. Una siempre tiene que tener el poder de decir sí se puede".Popular.com
Florencia Guzmán, Junmara Piñango y Karina Turiaci ocupan diferentes roles que hacen al funcionamiento del subte y que antes eran asociados exclusivamente a tareas masculinas.
La inserción laboral de la mujer supera barreras constantemente y se aleja de los criterios de décadas atrás en los que algunos trabajos eran exclusivamente para hombres. Florencia Guzmán, Junmara Piñango y Karina Turiaci son tres ejemplos de este avance femenino en tareas masculinas.
Las tres son trabajadoras de los subtes porteños y llegaron con sus particularidades. Mientras que Florencia y Karina contaban con CV ajenos a su trabajo actual, Junmara enfrentó el desafío de ser extranjera. Florencia tiene 25 años, había trabajado en un callcenter y ahora viaja 3 horas desde San Miguel para cumplir con su rol de operadora de sistemas electrónicos de Seguridad en Metrovías.
"Lo mío es un monitoreo en vivo para poder evitar situaciones, poder mantener todo bajo control. Frente a una situación se envía personal de seguridad, personal del SAME", explicó en diálogo con DIARIO POPULAR.
La joven agregó: "Soy estudiante de odontología. Tenía todo lo que uno dice "no me van a tomar tan lejos. No tenía nada que ver. Y sí, ingresé".
Sobre su contexto laboral, precisó: "Tengo varios compañeros, mujeres y varones. No soy la única mujer en el sector. Y la verdad es que estoy super cómoda. Me explicaron todo muy bien, tengo compañeros que me acompañaron con el aprendizaje".
Oriunda de Venezuela, Junmara (32) llegó a Buenos Aires con la experiencia de haber trabajado en el Metro de Caracas. "Hasta donde sé, soy la única mujer en la parte de Laboratorio de señales. En el metro de Caracas yo era parte de mantenimiento eléctrico y mecánico de los sistemas por cables. Acá había un tabú al principio. No estaban acostumbrados a que una mujer técnica "eche llave" por así decirlo. Pero ya se rompieron todos esos tabú y en el trabajo vamos a la par", aseguró.
"Por la nacionalidad no me he sentido menos ni nada. Al principio he sentido el choque de hombres de ver que una trabaja codo a codo con ellos a pesar de ciertas limitaciones que una pueda tener por el peso pero cuando tienes actitud y ganas de echarle ganas al trabajo se les olvida todo de lo que es 'ay, mira es una mujer'", indicó. Sobre su rol en Metrovías, detalló: "En el día, por lo general es en Federico Lacroze, supervisando todas las señales que se estén dando, visualizando las salas técnicas, que están reflejando el funcionamiento de equipos como escaleras mecánicas, ascensores, todo eso. En la noche, ahora se está haciendo la renovación de todo el sistema de visualizaciones en el PCO para no afectar el servicio al público".
Nancy Moreno. Maestra de inglés y bailarina clásica, Karina (50) tiene el rol más a la vista de los pasajeros: Desde hace 6 años es conductora. "Te ven los pasajeros y se asombran cuando ven que estás manejando una formación. Pasa también que hay hombres que siguen con su machismo y cuando ven una mujer que está viniendo con la formación, se tiran para atrás y no suben, toman la siguiente si es un hombre", recordó.
"Yo hace 22 años aproximadamente que estoy acá en Metrovías. Empecé como seguridad al lado del molinete. Me tomaron por medio de una agencia de seguridad tercerizada. Justo me había separado y necesitaba trabajar porque soy maestra de inglés y soy bailarina clásica. Nada que ver ninguna de las dos cosas con esto pero necesitaba trabajar y sacar adelante a mi hija. Empecé de seguridad, tuve la oportunidad de pasar a boletería y después pude pasar a tráfico donde estoy hace 11 años, 5 años de guarda con los trenes de madera y 6 años ahora de conductora en la línea A", detalló. "Al principio costó un poco, como que la mujer empiece a estar con tráfico porque la parte de tráfico era vista como un empleo masculino más que nada. Pero ahora, gracias a Dios, tuvimos la oportunidad de que se expandió todo, nos capacitan continuamente así que estamos a la par de los hombres", destacó. La reflexión de Karina sobre la actualidad de la mujer sintetiza las vivencias de muchas. "Ahora está mucho más aceptado ver una mujer en todos lados, manejando un taxi, un tren, un colectivo. Ya no es tan asombroso. Por lo menos nos da la posibilidad de que podemos. Estamos continuamente capacitándonos y las mujeres además somos bastante detallistas en muchas cosas así que eso también nos ayuda".
Y al respecto, Junmara agregó: "Para mí, un problema más allá está en la falta de iniciativa de la mujer. A veces nosotras mismas nos autocastigamos y pensamos que no podemos. Pero si uno se traza metas puede. Ahora vemos mujeres policias, bomberos, cada vez la mujer va rompiendo barreras porque se ve que tiene su autoestima y podemos ir más allá. Me pasó a mí, que al principio mi mamá me dijo que no me iba a inscribir para técnico electrónico porque había 13 niños e iba a estar sola. Y yo le dije dale porque me gusta la electrónica. Una siempre tiene que tener el poder de decir sí se puede".Popular.com
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