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Vías y puentes no están en condiciones de soportar el paso de las
locomotoras.
Serios problemas viene evidenciando la puesta en marcha de los trenes
chinos, no sólo entre nuestra ciudad y Constitución, sino también entre la
terminal porteña y Bariloche, pasando por aquí.
De los dos ramales disponibles para llegar a Capital, sólo la vía
Lamadrid ofrecería garantías para utilizar las flamantes formaciones.
El principal problema radica en que el fabricante, por una cláusula del
contrato, no se responsabiliza de las fallas que pudiesen producirse por el
pésimo estado de los rieles.
Al mismo tiempo, las locomotoras chinas CNR, modelo CKD, pesan 120
toneladas, bastante más que las 109 toneladas de las GT 22 que emplea
Ferrobaires, lo que hace imposible su paso seguro por los puentes del ramal
Pringles y lo torna complicado por estructuras similares de la vía Lamadrid.
Ambos ramales se dirigen a Constitución desde la Estación Sud y
confluyen en Olavarria. La vía Pringles pasa por Grünbein, Cabildo,
Saldungaray, Sierra, Pringles y Laprida, mientras que la restante une
Tornquist, Dufaur, Saavedra, Pigüé, Suárez y Lamadrid.
Esto hace que hasta tanto las vías no sean mejoradas, el cuento de hadas
no se hará realidad y no habrá trenes 0 km entre Bahía y Constitución, como un
servicio serio y ajeno a metas electorales.
Primero se estimó que el debut se iba a producir el 10 de febrero y
luego a mediados de marzo. Sin embargo, ahora el silencio imperante en los
despachos oficiales dice mucho más que mil palabras. Lo concreto es que ocho
maquinistas de Ferrobaires hicieron el curso para conducir las máquinas chinas.
Rumores vinculan los atrasos con la política, más concretamente con las
aspiraciones presidenciales dentro del oficialismo del gobernador Daniel Scioli
y del ministro del Interior y Transporte de la Nación, Florencio Randazzo,
quien viene buscando fortalecer su imagen de la mano de los nuevos trenes y
resulta difícil obtener una foto del material chino donde él no aparezca.
De todas formas, todo parece indicar que la verdadera razón de la no
puesta en marcha de los nuevos servicios tiene que ver con el estado lamentable
de las vías.
En algunos tramos los rieles no permiten que los convoyes de pasajeros
adquieran una velocidad superior a los 20 km por hora cuando la velocidad
comercial mínima para que puedan competir con el ómnibus es de 80.
A tono con las versiones circulantes parece estar el acuerdo firmado por
Randazzo con el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck para que pueda volver
a funcionar el Tren Patagónico entre Viedma y Bariloche.
La Nación garantizó el envío de dos locomotoras y el arreglo de tramos
de vías afectados por la última gran inundación, aunque el convenio nada dice
de la recuperación de los servicios entre Constitución y Bariloche, pasando por
Bahía, pese a que se habían realizado anuncios concretos en tal sentido.
Por lo pronto todo indica que los nuevos trenes circularán en otros
puntos del país y aquí seguirán siendo puro cuento chino.La Nueva Provincia