El vocero de la empresa concesionaria y el líder del cuerpo de delegados del Sarmiento debatieron sobre la realidad ferroviaria
“Con las privatizaciones nos mintieron. El tren tiene que volver a ser un servicio público”, dijo uno. “Lamentablemente, el servicio ferroviario es el que hay y ya se llegó al límite”, replicó el otro.
A pocas semanas de los incendios de formaciones de la línea Sarmiento en las estaciones de Haedo, Ramos Mejía, Ciudadela y Liniers, el líder del cuerpo delegados del servicio que une Moreno con Once, Rubén Sobrero y el vocero de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), Gustavo Gago, se cruzaron en el programa radial “Oeste Saigón” y, cada uno desde su prisma, debatieron sobre el servicio ferroviario.
De izq. a der.: Rubén Sobrero y Gustavo Gago
La discusión sobre las concesiones de los trenes metropolitanos volvió a ponerse en la agenda tras los destrozos en el Sarmiento, al igual que la necesidad de modernizar el material ferroviario. TBA tiene la concesión del servicio de las líneas Sarmiento y Mitre desde mayo de 1995 cuando el gobierno de Carlos Menem decidió la privatización del hasta ese momento estatal servicio de trenes. Para muchos especialistas, los acuerdos significaron la sentencia de muerte de los ferrocarrilles. Para Sobrero y los gremios, también.
En los hechos, los contratos (y la posterior declaración de la Emergencia Ferroviaria tras la crisis de 2001 por parte del ex presidente Eduardo Duhalde) deslindan de buena parte de la responsabilidad del estado del servicio a la empresa y ubicaron al Estado como el principal inyector de dinero en las firmas concesionarias. El año pasado la Nación le aportó a las empresas ferroviarias casi 3 mil millones de pesos en subsidios.
En rigor, toda la infraestructura ferroviaria le pertenece al Estado Nacional y TBA se ocupa del mantenimiento del equipamiento. Sin embargo, la reparación de los vagones siniestrados semanas atrás las debe afrontar la Nación. “Las obras de inversión va por cuenta del Estado. La compañía es la operadora de gerenciar el servicio y de todo el mantenimiento de la estructura ferroviaria. Todas las obras nuevas de renovación las hace el Estado”, puntualizó Gago.
En un principio, el acuerdo era distinto. Por ejemplo, TBA podía hacer obras o sustituir pasos a nivel. Pero las modificaciones implementadas por la administración de Fernando de la Rúa cambiaron el esquema. “El gobierno decidió hacerse cargo de obras que luego no ejecutó”, dijo el vocero.
Por su parte, Sobrero manifestó que el sistema de señalamiento de la línea Sarmiento es “de principios del siglo pasado” y que el material rodante es “de la década del ‘60”.
“Hay un atraso estructural”, admitió Gago. “El ferrocarril es lo que hay y se opera el servicio con lo que está. Hasta que no se cambie no se puede hacer demasiado”, manifestó el vocero de la empresa e insistió:”Eso (en referencia a las obras de modernización) le corresponde al Estado nacional”.
Además, el funcionario detalló que TBA recauda 12 millones de pesos mensuales en concepto de venta de boletos y que debe erogar 50 millones por mes en el pago de salarios. Las cuentas no cierran.
“Es todo mentira. Las privatizaciones fueron una mentira. Vinieron para hacer inversiones y no se hizo nada”, replicó Sobrero quien se autodefinió como “un romántico por la reestatización” del servicio ferroviario.
La vuelta a manos estatales parece, a priori, lejana dado que TBA tiene el control de las líneas hasta 2019 con posibilidades de extender el plazo durante cinco años más.(Fuente y foto: Notio.com.ar)