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8 de junio de 2024

Escapada: Cómo es el pueblo ferroviario que se esconde a menos de 100 km de Buenos Aires

Estaciones Ferroviarias

Este pueblo con historias de trenes es ideal para una escapada en un feriado o fin de semana largo.

Los feriados nacionales que caen entre semana a menudo dejan a muchas personas sin planes concretos, optando por quedarse en casa sin hacer mucho. Sin embargo, hay alternativas, para no quedarse encerrado en tu hogar, como las escapadas a pueblos cercanos que ofrecen paz, tranquilidad y delicias gastronómicas a precios accesibles.

Uno de estos pueblos, en los que puedes escaparte un día feriado o un fin de semana, es Plomer situado a menos de 100 kilómetros del Obelisco, Buenos Aires, que destacan por su pasado y su paz.

Estación Plomer de la Línea Belgrano Sur

Desde 2020, se busca impulsar la actividad turística en Plomer, ligada a la tranquilidad, a la buena gastronomía, a la historia y a la sencillez de pasar un fin de semana relajado y en un lugar amable. Por ello, desde hace años la Asociación Amigos del Ferrocarril Belgrano se dedica a la custodia y preservación de la vía para que no caiga en el abandono, como así también mantiene los predios de las estaciones y preserva sus edificios.

Este predio de la estación es el entorno ideal para pasar una tarde en familia, tomar mate, para que jueguen los niños y andar en bicicleta. Es el centro de reunión del pueblo y de los visitantes que llegan allí todos los fines de semana para vivir una escapada.

Otro beneficio de su ubicación alejada de las grandes ciudades es la baja contaminación lumínica, lo que permite disfrutar de cielos estrellados durante la noche.

El pueblo y sus orígenes ferroviarios

La Estación Plomer, erigida en 1908 por la Compañía General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires, fue parte vital del Ferrocarril Belgrano hasta que los servicios cesaron en los noventa.

Desde la década de 1940, Plomer ya contaba con infraestructura para recibir visitantes, incluyendo hospedajes, almacenes, panaderías y otros servicios esenciales. La industria láctea fue durante mucho tiempo la principal actividad económica del lugar, fundamental para el desarrollo del pueblo.

Cómo llegar a Plomer

La localidad se encuentra en el partido de General Las Heras, a aproximadamente 95 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. El viaje en auto dura cerca de una hora y media, pero también es posible acceder al municipio mediante los trenes de la línea Sarmiento.

Para dirigirse a Plomer en vehículo, es necesario seguir la Ruta Nacional 7 hasta Luján y luego tomar la Ruta Provincial 6.MDZ.com

15 de noviembre de 2021

La Pampa: Después de dos años vuelven las fiestas a Hucal

Actualidad

La asociación que busca el rescate turístico de los vestigios del pueblo ferroviario anunció un almuerzo con shows para el domingo 5 de diciembre. Es el primer evento postpandemia de este tipo.

Será una especie de reencuentro. Este domingo 5 de diciembre se anunció un almuerzo con shows en vivo en Hucal, el viejo pueblo ferroviario que una asociación de exvecinos del lugar intenta revalorizar desde hace una década. Habrá entrada y plato principal, sorteos con la compra de la entrada -cantidad limitada-, shows en vivo todo el día con artistas locales y la participación especial de Silvano torres.

Ex Depósito de Locomotoras ubicado en la estación Hucal (Provincia de La Pampa)

La Asocaciación Hucal Despierta organizaba eventos populares para fechas especiales, especialmente el 30 de agosto, día que establecieron como el aniversario del legendario pueblo, ya que no precisiones sobre el momento de la fundación y esa fecha es el día del ferrocarril, por eso la eligieron, para evocar su pasado ferroviario.

Sin embargo, las restricciones de la pandemia obligaron a suspender esas actividades. En los últimos meses, el lugar despertó como destino de turismo interno de los pampeanos. Los fines de semana se organizan visitas guiadas que tienen una duración aproximada de tres horas, donde se recorren las diferentes construcciones que han quedado en pie. También hay un espacio con juegos para niños, sanitarios y sombra. Y se pueden hacer paseos en zorra en varios kilómetros de vías recuperadas, limpiadas a pulmón por miembros de la asociación.

Ahora, volverán las fiestas al lugar. El último encuentro que había organizado la asociación fue el 3 de noviembre de 2019, cuando se hizo la fiesta anual de la entidad, con un picnic a la canasta. Pero antes, ese año y los anteriores, se realizaron festejos populosos  por el día del ferroviario. En 2016, por ejemplo, se festejaron los 125 años de la llegada del tren, con descubrimiento de placas y presencia de autoridades provinciales, y un asado multitudinario.

Hucal está ubicada en el kilómetro 205 de la línea ferroviaria que unía Toay–Bahía Blanca. Aun funciona la Escuela Nº118. Pegado al pueblo, está el casco de la estancia, con una capilla.

Desde 2011 la Asociación “Hucal Despierta”, integrada mayoritariamente por personas nacidas en el lugar, se encarga de la preservación y de mantener viva la memoria del pueblo, que supo tener cerca de 500 habitantes. El gobierno nacional prometió en los últimos meses apoyo para recuperar el trayecto de las vías hasta la localidad de Perú, con la ilusión de construir un corredor turístico local.ElDiariodelaPampa.com

22 de diciembre de 2018

Monte Comán: Por cierre del ferrocarril, se convirtió en la ciudad de los abuelos

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria

Tanto Monte Comán (Provincia de Mendoza) como centenares de pueblos y ciudades del interior del país donde el ferrocarril ha dejado de pasar desde hace décadas, se convirtieron en fantasmas o, como esta ciudad mendocina, en una pueblo habitado por sólo gente mayor.

Durante la mayor parte del siglo XX, la principal fuente de recursos para la localidad mendocina de Monte Comán fue la actividad ferroviaria. Pero en la década de 1990 el tren dejó de funcionar, por lo que muchos puestos de trabajo fueron eliminados y una gran cantidad de pobladores abandonaron la ciudad, donde sólo quedaron los jubilados, expresa en medio Crónica.com

Vista hoy de la desolada estación Monte Comán

En la actualidad, Monte Comán tiene menos de 4.000 habitantes, de los cuales 2.200 son personas de la tercera edad. En diálogo con Crónica, Teresita, presidenta del centro de jubilados de esa localidad, explicó: "Este es un pueblo en el que viven en su mayoría jubilados. Anteriormente, cuando estaba el ferrocarril, llegamos a tener casi 7.000 habitantes. Pero al cesar sus servicios, muchas familias buscaron trabajo en otro lado".

El principal centro de atracción turística de Monte Comán, ubicado a 914 kilómetros de Capital Federal, es la antigua estación de tren. "Estaba abandonada y nosotros, entre todo el pueblo, se la cedimos a la subcomisaría, entonces el gobierno de la provincia se encargó de arreglarla. Allí, si bien funciona la sede de policía, todavía se conserva la vieja locomotora y los rieles, entre otras cosas", explicó Teresita.

Ayer, hace tiempo cuando el ferrocarril reinaba por esos lugares

Como sucedió en todos los pueblos que se hicieron con el ferrocarril y al no pasar más los trenes, los problemas socioeconómicos provocaron la enorme reducción del número de pobladores, ya que los jóvenes buscan nuevos horizontes. "Los jóvenes que nacen aquí se van a trabajar a San Rafael o a San Luis, porque no hay fuentes de trabajo. Tampoco se puede cosechar porque está todo seco. Y no hay empleos estables. Quienes se dedican a la agricultura van a cosechar a los sectores aledaños, lo demás todo el año se vive gracias al jubilado", señaló y agregó: "Todos nos conocemos y nos ayudamos. Este pueblito no posee ningún servicio, no tenemos gas, tampoco cloacas, no tenemos agua potable, tomamos agua de pozo, tratada por una cooperativa que hay acá, al igual que la luz".

Este problema que venimos desde hace años planteando desde CRÓNICA FERROVIARIA, al parecer ya no tiene solución. Han pasado varias décadas del ferrocidio ocurrido en los 90 del siglo pasado, y hasta el día de hoy se ha avanzado muy pero muy poco, a punto tal que otra vez se vuelve a vivir la misma sensación cuando en aquella nefasta década se suspendieron casi todos los trenes de media, larga distancia y regionales.

Es una triste realidad que se sigue viviendo hoy en día en el interior del país y que parecería ser que el ferrocarril es el patito feo de los medios de transporte.

2 de abril de 2018

Los compañeros ferroviarios le llamamos “Nene”, es uno de los tantos héroes de Malvinas.

Historias Ferroviarias

Por: Rubén Lloveras

Camina despacio, delgado y algo desgarbado, habla bajo y con mucho respeto, se llama José Omar Palacio, cariñosamente los compañeros ferroviarios le llamamos “nene”, es uno de los tantos héroes de Malvinas.

Nació y vive en Cañada Honda, un típico pueblo ferroviario de no más de doscientas casas del oeste Sanjuanino, un lugar donde la minería desde hace mucho tiempo ganó la partida, el polvo de la piedra caliza tapa todo lo que toca.

Al ferrocarril lo lleva en la sangre pero mucho antes fue marinero, ya adolescente decidió probar suerte en el arma del mar, tal vez influenciado por su padre y tíos, realmente no lo sabe.

José Omar Palacio, ex combatiente de Malvinas y náufrago del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano

En 1979 ingresó a la fuerza y en 1980 fue designado con el grado de Marinero de Primera al Crucero ARA General Belgrano, donde obtuvo otro ascenso con el grado de Cabo Segundo.

El 2 de mayo sabiendo que ya se combatía en las Islas Malvinas, terminaba su extenuante guardia, eran las 16 horas aproximadamente, cuando sentado en su lugar de descanso sintió una impresionante explosión que levantó el buque.

Inmediatamente regresó a su puesto de combate ayudando en la colocación de bombas extractoras de agua para tratar de mantener el buque a flote, pero el daño producido era irreversible, el hundimiento de la nave era un hecho.

Vista del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano

Al mando de un Capitán organizó la evacuación de sus compañeros, muchos quemados de gravedad casi con la piel desprendida del cuerpo, subiéndolos a los botes salvavidas.

Fue uno de los últimos en bajar, el oleaje era tremendo, su balsa quedó destruida en uno de esos acercamientos al barco, debiendo saltar al agua y como pudo subir a otra embarcación.

Estuvo 32 horas flotando en el picado mar, donde soporta innumerables penurias entre el gélido frío, los vómitos y el orín que debieron hacerse encima para mantenerse calientes.

Una vez rescatado fue uno de los tantos héroes que los militares intentaron tapar, destinado a un puesto de tierra, olvidado, decidió pedir la baja dos años después.

Hoy casado hace 30 años y con la responsabilidad de mantener tres hijos me comenta “… hace varios años atrás la empresa me ofreció un importante cargo, hasta me daría una camioneta para movilizarme, ese puesto me alejaría de mi casa y toda mi familia. Luego de charlar con mi esposa decidí quedarme en el mismo lugar que estaba, con lo que viví privilegié a mi familia, lo más importante que Dios me dio…”.

Se llama José Omar Palacio, cariñosamente los compañeros ferroviarios le llamamos “nene”, es uno de los tantos héroes de Malvinas.