Gremiales
Trabajo digno, a eso –nada más y nada menos- se refiere el pedido de las
463 personas que trabajaban en Emprendimientos Ferroviarios (Emfer) y
Tecnología Avanzada del Transporte (Tatsa), empresas del grupo Cirigliano, que
atravesaron con lucha y organización la desidia provocada por la patronal.
Luego de tomas de la empresa, asambleas y de un corte de ruta reprimido por la
Policía, lograron que sus puestos de trabajo se respetaran. Hoy denuncian el
abandono y el vaciamiento de los talleres a la espera de una salida laboral que
otorgue tranquilidad a ellos y sus familias.
A fines de diciembre mediante un telegrama los trabajadores se
consideraron despedidos del Grupo Cirigliano como parte de un requisito exigido
por los Ministerios de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y del Interior y
Transporte, para que, desde el 1° de enero sean ingresados al sistema estatal
ferroviario. Este grupo empresario se dedicaba a la fabricación y reparación de
vagones y carrocerías de ómnibus y camiones y vinculado a los empresarios Mario
y Claudio Cirigliano, quienes están siendo procesados por las 51 muertes en la
tragedia ferroviaria de Once.
Hoy la situación de quienes trabajaban en Emfer/Tatsa es que “nos
estaría absorbiendo el Ente Ferroviario. Estamos en la etapa de las entrevistas
para generar legajos laborales”, cuenta uno de sus delegados, Ezequiel Peralta
en diálogo exclusivo con Marcha. “Algunos de los compañeros van por la segunda
entrevista ya en el lugar de trabajo, que sería en la línea Sarmiento”, que
emplearía desde marzo a aproximadamente 200 personas, que en “una gran mayoría
iría a los talleres de reparación” respetando “el oficio que teníamos adentro
de la fábrica”.
“Como nos integramos al sistema ferroviario, tenemos condiciones
similares. Conservamos la antigüedad, el sueldo y la categoría. De todas
formas, estamos por iniciar juicios al grupo Cirigliano porque nos abandonó en
este tiempo”, cuenta Peralta quien además aborda la labor del Ministerio de
Trabajo de la Nación. “El Ministerio estuvo abonando nuestros salarios desde
julio hasta la actualidad. Este es el último mes que cobramos así porque ya
estamos en el Ente Ferroviario. El 18 de febrero terminan las entrevistas y el
1 de marzo comenzamos a trabajar. Estamos enfocados en eso, que nos costó mucho
conseguir”. Y es una recompensa por no haber bajado los brazos a pesar de los
duros momentos, la totalidad de los empleados de Emfer y Tatsa, los 463, serán
reconocidos como ferroviarios.
Sin embargo, sostiene Peralta, “la cuestión de fondo no cambió, porque
pedíamos que se expropie la fábrica y que saliera el grupo empresario, pero eso
no sucedió” y sostiene “para nosotros esta es una salida razonable, pero el
grupo Cirigliano no sufre ningún costo, queda con una fábrica vacía, sin
trabajadores y sin costo político, cuando tenía los recursos de los subsidios
del Estado”.
Hace aproximadamente dos semanas los trabajadores se habrían reunido con
un representante del Grupo Cirigliano quien les habría exigido que no entraran
más a la fábrica, pedido al que se negaron. Denuncian que el predio se
encuentra en un total abandono, y que la empresa está llevándose lo poco que
queda. Con esta información circulando y respecto a un supuesto encubrimiento
al grupo empresario de parte del Gobierno Nacional Peralta sostiene que “no
podemos decir que lo encubre pero sí que, por acción u omisión, no hace nada
contra él”.
La tragedia de Once y la persecución judicial
Luego de la Masacre de Once, los trabajadores de Emfer y Tatsa
denunciaron la "quema de papeles" y la desaparición "de
biblioratos, días posteriores a la tragedia" de parte de integrantes del
Grupo Cirigliano. Sin embargo, las denuncias que realizaron los delegados como
aportes de pruebas a la justicia tuvo como respuesta el armado de causas
penales contra ellos. La persecución fue por “incitación a la huelga”, el
“secuestro”, y la “usurpación” o “robo".
En notas anteriores publicadas en Marcha se detallaba que, "todo el
cuerpo de delegados tiene entre tres y siete causas penales armadas por el
grupo Cirigliano". Las denuncias no sólo "son falaces" sino que
además están vinculadas a los aportes que los "delegados de EMFER vienen
realizando a la causa de la Tragedia de Once". La sospecha es que, con la
impericia de la justicia a favor, el grupo Cirigliano habría destruido pruebas
fundamentales en el esclarecimiento del fatal suceso que terminó con la vida de
51 personas.
La represión televisada
El 2014 fue un año con una marca notable en cuanto a la organización de
los trabajadores, fue el comienzo de una etapa de represiones televisadas. En
julio pasado la Policía Federal reprimió a los ferroviarios de Emfer/ Tatsa,
quienes reclamaban por sus salarios y la continuidad de sus puestos de trabajo
sobre la Av. Gral. Paz, a la altura de San Martín.
Con un despliegue que pretendió ser disciplinador, las fuerzas
represivas disolvieron la protesta con carros hidrantes, gases lacrimógenos y
balas de goma sin importar el costo de los heridos que causaron y las
detenciones que realizaron.
En septiembre, con la planta cerrada hacía tres meses y ante la novedad
de que los trabajadores no estaban recibiendo ni los aportes jubilatorios ni en
la obra social, y ante la falta de diálogo con el Gobierno Nacional para
destrabar el conflicto de fondo con la empresa, volvieron a cortar la avenida
General Paz, a la altura de la estación Migueletes.
“Mantenemos una asamblea semanal o cada dos semanas con una
participación bastante amplia (que oscila entre 250 y 300 trabajadores), aunque
en enero muchos compañeros están de vacaciones y otros están trabajando en otro
lado mientras se realizan las entrevistas”, cuenta Ezequiel Peralta. Y está
claro, la lucha que se organiza, se mantiene y se mantendrá firme hasta lograr
sus objetivos.Marcha.com