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El proyecto por el paso bajo nivel de calle 1 y 32, que ya fue puesto en marcha por el Ministerio de Transporte de la Nación, sigue siendo resistido por los vecinos del barrio de Tolosa, en La Plata, que ayer volvieron a realizar una protesta para reclamar que la obra sea frenada y reemplazada por el soterramiento del ferrocarril Roca.
Así lo demostraron los frentistas que encabezaron una intervención urbana donde simularon cómo afectaría la vida cotidiana la concreción de la obra que, según denuncian, impactará “a nivel comercial, urbanístico y también a nivel comercial y económico”.
“Se están violando leyes, ordenanzas, la Justicia no está actuando ante nuestras denuncias. Los problemas son con Espacios verdes: están talando árboles para la obra. No hay un estudio serio de impacto ambiental; el que presentaron en 2016 ya venció y no se tuvo el socioambiental, que es el impacto que va a tener la mayor frecuencia de trenes en las vías”, dijo a Contexto el ingeniero Carlos Di Giglio, que también es parte del grupo de vecinos que organizó la actividad de ayer.
Según un estudio del gremio ferroviario La Fraternidad, en el segmento de trayecto donde se planea el paso a nivel “hay un accidente por semana”, cifra que temen podría empeorar con trenes eléctricos que “tendrán más frecuencia y será más silenciosa”.
Además del impacto ambiental, entre los puntos que más critica este sector de profesionales y activistas se incluyen también efectos como el aislamiento que sufrirá la calle 2 al verse cortada por el soterramiento de la avenida 32, al menos hasta la altura de 4.
“En calle 2 y adyacencias hay más de noventa negocios con más de 270 personas que trabajan desde hace treinta años, y van a aislar de un lado al otro el flujo de clientes. Además de aislar también la comisaría, las ambulancias, el SAME, el Hospital Rossi”, agregó el ingeniero.
El paso a nivel de 1 y 32 es una iniciativa del Ministerio de Transporte de la Nación, comandado por Guillermo Dietrich, como parte de las obras de electrificación de la Línea Roca, y tendrá como objetivo eliminar las barreras que hoy regulan el paso de los automóviles, permitiendo una mayor frecuencia ferroviaria en el tramo Constitución-La Plata, al tiempo que se plantea una mayor fluidez en el ingreso de autos a la ciudad.
Pro soterramiento
En tanto, los partidarios de frenar la obra que hará pasar la avenida 32 por debajo del Roca sostienen que la salida adecuada es el histórico proyecto de soterramiento de la vía ferroviaria, vigente desde hace décadas, pero que nunca prosperó.
“En 2007 se lanzó un proyecto que llegó a la Gobernación y habían dispuesto 70 millones de dólares para hacer la obra complementaria de la electrificación, para finalizar el soterramiento del tren. Pensemos que el soterramiento hoy tendría el mismo valor que lo que sale hacer los tres bajoniveles que se van a necesitar para completar el de 1 y 32, más los pasadizos para los chicos que van a salir del colegio. Necesitamos que la Justicia nos oiga y frene esta obra”, concluyó Di Giglio.Contexto.com
El proyecto por el paso bajo nivel de calle 1 y 32, que ya fue puesto en marcha por el Ministerio de Transporte de la Nación, sigue siendo resistido por los vecinos del barrio de Tolosa, en La Plata, que ayer volvieron a realizar una protesta para reclamar que la obra sea frenada y reemplazada por el soterramiento del ferrocarril Roca.
Así lo demostraron los frentistas que encabezaron una intervención urbana donde simularon cómo afectaría la vida cotidiana la concreción de la obra que, según denuncian, impactará “a nivel comercial, urbanístico y también a nivel comercial y económico”.
“Se están violando leyes, ordenanzas, la Justicia no está actuando ante nuestras denuncias. Los problemas son con Espacios verdes: están talando árboles para la obra. No hay un estudio serio de impacto ambiental; el que presentaron en 2016 ya venció y no se tuvo el socioambiental, que es el impacto que va a tener la mayor frecuencia de trenes en las vías”, dijo a Contexto el ingeniero Carlos Di Giglio, que también es parte del grupo de vecinos que organizó la actividad de ayer.
Según un estudio del gremio ferroviario La Fraternidad, en el segmento de trayecto donde se planea el paso a nivel “hay un accidente por semana”, cifra que temen podría empeorar con trenes eléctricos que “tendrán más frecuencia y será más silenciosa”.
Además del impacto ambiental, entre los puntos que más critica este sector de profesionales y activistas se incluyen también efectos como el aislamiento que sufrirá la calle 2 al verse cortada por el soterramiento de la avenida 32, al menos hasta la altura de 4.
“En calle 2 y adyacencias hay más de noventa negocios con más de 270 personas que trabajan desde hace treinta años, y van a aislar de un lado al otro el flujo de clientes. Además de aislar también la comisaría, las ambulancias, el SAME, el Hospital Rossi”, agregó el ingeniero.
El paso a nivel de 1 y 32 es una iniciativa del Ministerio de Transporte de la Nación, comandado por Guillermo Dietrich, como parte de las obras de electrificación de la Línea Roca, y tendrá como objetivo eliminar las barreras que hoy regulan el paso de los automóviles, permitiendo una mayor frecuencia ferroviaria en el tramo Constitución-La Plata, al tiempo que se plantea una mayor fluidez en el ingreso de autos a la ciudad.
Pro soterramiento
En tanto, los partidarios de frenar la obra que hará pasar la avenida 32 por debajo del Roca sostienen que la salida adecuada es el histórico proyecto de soterramiento de la vía ferroviaria, vigente desde hace décadas, pero que nunca prosperó.
“En 2007 se lanzó un proyecto que llegó a la Gobernación y habían dispuesto 70 millones de dólares para hacer la obra complementaria de la electrificación, para finalizar el soterramiento del tren. Pensemos que el soterramiento hoy tendría el mismo valor que lo que sale hacer los tres bajoniveles que se van a necesitar para completar el de 1 y 32, más los pasadizos para los chicos que van a salir del colegio. Necesitamos que la Justicia nos oiga y frene esta obra”, concluyó Di Giglio.Contexto.com