9 de octubre de 2014

Juicio por Once: recrudece la interna sindical entre La Fraternidad y la UF Bordó

Gremiales

Esta semana declararon como testigos trabajadores del gremio La Fraternidad y delegados de la Unión Ferroviaria sector Bordó. Acusaciones entre conductores de trenes y operarios del Taller Castelar e intereses cruzados de los testigos que responden a Ernesto González y Rubén Sobrero. El rol inquisidor de Valeria Corbacho.

Las audiencias del juicio oral por el accidente ferroviario de Once, que se realizan en los tribunales federales de Comodoro Py, se convirtieron estas últimas semanas en el campo de batalla donde se dirime un viejo conflicto sindical que en los últimos años transformó al ferrocarril Sarmiento en un botín de guerra disputado por distintos sectores políticos.


Estas facciones sindicales, con vocación de capitalizar políticamente y de modo mezquino el trágico accidente del 22 de febrero de 2012, juegan su propio partido dentro del juicio que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 integrado por los jueces Jorge Tassara, Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Gorini y Ana D’Alessio, esta última en calidad de jueza sustituta.

Por un lado están los trabajadores del Taller Castelar que responden al sector bordó de la Unión Ferroviaria, liderado por los delegados gremiales Rubén Sobrero y Edgardo Reynoso, y por el otro lado están los conductores del gremio La Fraternidad, seccional Haedo, liderados por Ernesto “gallego” González.

La feroz interna sindical que se apoderó silenciosamente de las audiencias del juicio oral, comenzó varios meses atrás cuando el delegado Edgardo Reynoso acompañó a prestar declaración testimonial a los guardas Miguel Jerónimo y Patricio Juárez, quienes finalmente fueron detenidos y acusados de presunto falso testimonio por sus contradicciones y reticencia a contestar preguntas. Ahora, los dos guardas que fueron a declarar acompañados por Reynoso deberán enfrentar juicios paralelos por falso testimonio, en los que podrían recibir hasta diez años de cárcel.

En aquella oportunidad, una vez finalizada la audiencia, el abogado querellante Gregorio Dalbón escribió en su cuenta de Twitter: “#ONCE El guarda de Andrada preso por falso testimonio. Siempre dije que fueron los sindicatos y los motorman. Todos procesados. Querés más” y luego añadió “#ONCE La Unión ferroviaria y La Fraternidad impunes por Claudio Bonadio. Y vengan que les daré batalla. Porque: La Verdad es inevitable”.

La semana pasada fue el momento de apuntar los cañones hacia los operarios del Taller Castelar por parte del gremio La Fraternidad cuando declararon como testigos los conductores de trenes propuestos por la multifacética abogada Valeria Corbacho (quien patrocinó a varios genocidas en distintos juicios por delitos de lesa humanidad como así también del espía Ciro James y del ex subcomisario Luís Patti), defensora en este caso del principal imputado de provocar el estrago: el joven motorman Marcos Antonio Córdoba.

En aquella oportunidad, las declaraciones testimoniales de los conductores Carlos Alberto Palacio, Juan Facundo Matías Aiger,Walter Francisco Schafer, Raúl Palacios y Gustavo Carrizo pusieron en el centro de la escena a los operarios de la Unión Ferroviaria por las tareas de mantenimiento realizadas a los coches eléctricos Toshiba dentro del Taller Castelar que controla la Seccional Oeste de la UF, liderada por Sobrero y Reynoso.

Ante las reiterativas preguntas formuladas por el fiscal Fernando Arrigo y por Valeria Corbacho a estos testigos, se evidenció la clara directiva establecida por la base Castelar que lidera el “gallego” González de apuntar contra las tareas de mantenimiento y alistamiento que realizan los operarios del Taller Castelar para intentar ocultar la responsabilidad del motorman y transferirla hacia quienes realizaron el alistamiento del tren.

“Había que reiterar los pedidos de revisión al taller porque los trabajos no estaban bien realizados y las falencias persistían. A veces decían que no podían efectuar las reparaciones y se cancelaban los trenes. Arreglaban las ventanillas así nomás y los pisos con chapas. Nosotros no podemos ver cómo hacen los trabajos”, fueron algunas de las frases que se escucharon en la audiencia a modo de reclamo por el poco apego a las tareas de mantenimiento que mostraban los trabajadores del Taller Castelar en cuanto a la reparación de burletes, ventanas, pisos, luces y demás problemas suscitados en los trenes.

En una improvisada conferencia de prensa en las puertas de Comodoro Py,Dalbón, que fue excluido de continuar en el juicio por su comportamiento en las audiencias, denunció: “No se bancan que ponga huevos y me meta con la mafia sindical”.

Bajo el guión pergeñado por Corbacho, que no pudo disimular cierto corporativismo o cuidado a la hora de declarar para no perjudicar al “compañero” Córdoba,fueron los conductores Daniel Garbarino (quien al momento del accidente era Secretario de la Seccional Haedo del gremio) y Marcelo Canela, los encargados de intentar direccionar el debate hacia las tareas que realizan los trabajadores que responden al “pollo” Sobrero.

Esta estrategia ideada por un sector del gremio La Fraternidad y liderada en las audiencias por parte de la abogada defensora Valeria Corbacho contra el sector bordó de la UF, cuenta por ahora con el inocente apoyo de la querella encabezada por los abogados Leiva y Menghini, funcionales (tal vez sin entender el rol sindical de cada parte en esta histórica disputa gremial) a esta estrategia en pos de disminuir las responsabilidad del motorman y hallar más responsables que sustenten la construcción de su relato público.

Alertados de esta situación que se produjo en el debate, tanto Rubén Sobrero como Edgardo Reynoso y Diego Hormachea delegados gremiales de la UF e integrantes de la Comisión de Reclamos del ferrocarril Sarmiento, bajaron claras instrucciones a sus afiliados para defender las tareas de mantenimiento y alistamiento de trenes Toshiba que se realizaban en los talleres de TBA y sacar a los trabajadores de la UF de las críticas o acusaciones que pudieran llegar a recibir por la realización de su trabajo.

En este sentido, en la audiencia del martes -que al igual que la del lunes estuvo bajo la presidencia del juez Jorge Gorini-, fue el turno de los mecánicos Hipólito Antonio Buena (declaró durante casi 5 horas) y Gustavo Cavallone, quienes ante las preguntas del representante del Ministerio Público Fiscal y de los abogados querellantes y defensores detallaron cada uno de los trabajos que le fueron realizados al tren Toshiba chapa 16 que protagonizó el choque.

“Al momento de realizarle el alistamiento al tren chapa 16 se probaron todos los sistemas de frenos, incluso los frenos de emergencia y se verificó que todos los frenos y compresores instalados funcionaban correctamente. También se verificó que todos los coches estuvieran nivelados. Lo revisamos de punta a punta”, indicó ante el Tribunal el representante gremial Gustavo Cavallone,en clara defensa de las tareas que se realizaban en el Taller Castelar y con la mira en la responsabilidad del motorman al momento de aplicar los frenos para detener la marcha del tren.

La jornada 46 del juicio fue larguísima, aunque sólo pasaron por el estrado dos de los cuatro testigos planificados para la fecha. Sucede que las preguntas recurrentes y amplias se hicieron costumbre en las audiencias, a pesar de que ponen de malhumor al TOF 2, y los testigos repiten lo que a esta altura ya es sabido: el servicio del Sarmiento no era de los mejores, pero nadie advierte que el tren chapa 16 haya tenido problemas de frenos el día del accidente. Mucho menos, que alguna vez una formación Toshiba no haya tenido suficiente capacidad de frenado.

En este sentido, ante el punzante y filoso cuestionario de preguntas inquisidoras realizado por Valeria Corbacho, el testigo Cavallone agregó: “el motorman se da cuenta ni bien saca el tren del depósito como funcionan los frenos. Nosotros no podemos detectar con el tren parado el llamado freno largo. Igual quiero aclarar que el tren no se puede quedar sin freno; es freno largo”. Antes había explicado que el concepto de “freno largo” remite al tramo que necesita un tren para detenerse: “En vez de hacerlo en 100 metros, frena a los 120 metros”.

Cavallone, que estuvo acompañado durante toda su presencia en Comodoro Py por un grupo de compañeros del gremio, es delegado de la Unión Ferroviaria y fue uno de los trabajadores que alistó el tren Toshiba chapa 16 antes de que salga a servicio la fatídica mañana del 22 de febrero de 2012.

La guerra de acusaciones cruzadas entre La Fraternidad y la UF sector bordó ya está declarada y se esperan nuevas batallas en las próximas audiencias. Dependerá del Tribunal mantener el debate centrado en el objeto del proceso y sortear indemne esta inescrupulosa puja sindical que puede empañar la búsqueda de la verdad y justicia.


Por el accidente de Once, se encuentra imputado el motorman Marcos Córdoba por el delito de descarrilamiento culposo (art. 196), con pena de 1 a 5 años de prisión, junto a otras 28 personas, entre ellas los ex secretarios de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el ex interventor de la CNRT, Eduardo Sícaro, el ex Subsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna, y los directivos del grupo empresario que tenía la concesión del ferrocarril Sarmiento.LetraP

3 comentarios:

  1. digamos que las victimas del accidente ahora son las victimas de las disputas sindicales. Otra mas ... Y van......

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  2. por favor si todos sabemos q el mantenimiento es espantoso hasta los ultimos dias de los toshiba seguian dando lastima, pregunten como te partian la mano los dispositivos de hombre muerto,y donde estaba la cnrt o el gobierno para ver el estado tetrico de los coches vias etc
    con 2500 personas preguntale lo q es el freno largo, como se nota q no manejaron nunca un tren en hora pico!

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  3. Andres Claudio Mogni14 de octubre de 2014, 17:50

    Me gustarìa saber quièn banca a este pasquìn

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