"Poseeremos la tecnología para operar trenes a una velocidad de 500 kilómetros por hora hacia 2050", dijo el segundo ingeniero jefe del Ministerio de Ferrocarriles de China, Zhang Shuguang, durante el cierre del VII Congreso Mundial de Trenes de Alta Velocidad.
Entre los casi 2.000 especialistas que participaron en el evento, el 42 por ciento pronosticó que para entonces los convoyes andarán a "al menos 500" kmh, el 33 por ciento habló de 500 kmh y el 9 por ciento se inclinó por los 400 kmh.
Zhang hablaba con conocimiento de causa, pues hizo parte de la tripulación del tren bala que el pasado día 3 impuso un nuevo récord mundial de velocidad, de 486,1 kmh, durante un recorrido de prueba sobre la línea Beijing-Shanghai, la cual aún está en construcción.
Ning Bin, presidente de la Universidad Jiaotong de Beijing, respaldó el vaticinio de Zhang, y explicó que "la velocidad de los trenes es afectada por las limitaciones en tecnología, los recursos económicos y los beneficios sociales (que representa)", sostuvo Ning.
China incrementó la velocidad operacional de sus trenes de alta velocidad de 200 a 350 kilómetros por hora en 2010.
"En los próximos 40 años, con el desarrollo de la ciencia de los materiales, los suministros de energía libres de contacto y las tecnologías de ruedas y rieles, es posible que la velocidad se incremente en otros 150 kilómetros", analizó el académico.
Sin embargo, otros expertos fueron más cautelosos a la hora de pronosticar el futuro de este segmento particular de la industria ferroviaria.
Norimichi Kumagai, director ejecutivo del Instituto Técnico de Investigación en Ferrocarriles de Japón, dijo que en lo que tiene que ver con los trenes de alta velocidad es necesario considerar factores como la tecnología, el medio ambiente, la eficiencia energética y los costos de mantenimiento.
Por su parte, Antonio Gonzáles Marín, jefe ejecutivo del Administrador de Infraestructura Ferroviaria de España, consideró que lo más apropiado es operar a una velocidad de 450 kilómetros a la hora.
Gonzáles Marín coincidió con Kumagai en que al fijar la velocidad operacional de los trenes hay que considerar la tecnología y el medio ambiente, pero agregó que otro factor a tener en cuenta es el consumo de energía, y además hizo énfasis en que la velocidad de operación "depende de cada país".
El congreso, que por primera vez se realizó fuera de Europa, concluyó ayer jueves, y contó con la participación de cuatro organizaciones internacionales y representantes de más de 60 países y regiones, entre funcionarios, expertos y académicos. (Xinhua)
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