Los coches tuvieron menor capacidad de resistencia al impacto, según expertos.
Manejaban el tren de Ferrobaires. “Si hubieran respetado las señales, el accidente no se habría producido”, dijo el juez. Además, podrían haber usado el freno de emergencia pero lo habían anulado.
A las 13.25 del ayer, una máquina del ferrocarril San Martín se arrimaba hasta el roce con el furgón de una formación detenida adelante. Era la etapa final de la reconstrucción del accidente del miércoles, que ayudó al juez Juan Manuel Yalj a avanzar sobre la hipótesis anticipada por Clarín en la edición del viernes: el choque de trenes que terminó con la muerte de cuatro pasajeros (Karina González, Olegaria Vargas, Rosario Villegas y Luis Hernández Vera), habría sido causado por un error humano.
“En el trayecto entre Muñiz y el lugar del accidente, pudimos apreciar que las señales funcionan bien, vi una en anaranjado y las dos luces siguientes en rojo”, sostuvo el magistrado tras el operativo en el que se recreó la escena de la colisión. “Los peritos confirmaron que si hubieran andado mal las luces, es imposible arreglarlas o alterarlas en dos días”, agregó Yalj, a pesar de que los maquinistas declararon haberlas cruzado en “precaución”, o sea el equivalente al amarillo, que aquí es naranja.
Foto: Pablo Salgado
“Si se hubieran respetado las señales el accidente no se habría producido. Estamos confirmando nuestra hipótesis: por ahora se trata de un error humano”, dijo el juez Yalj a la prensa.A las 11 de la mañana, los alrededores del cruce entre la calle Irigoin y las vías del tren estaban cerrados. En Hurlingham, pasado el mediodía, se inició la reproducción de la recorrida del tren de UGOFE San Martín y “el Martita”, de Ferrobaires, que terminó chocando con el primero entre las estaciones de San Miguel y José C. Paz. La idea de los funcionarios judiciales que llevan la causa era dividirla en dos etapas. Los imputados por homicidio culposo, el conductor Sergio Balbi y el ayudante Carlos Raviola, manejaban una formación bajo la inspección de personal de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (órgano de control ferroviario), un perito del juzgado Federal en lo Criminal Nº 2 de San Martín, policías, el juez y representantes del gremio de los maquinistas, La Fraternidad, y de la empresa Ferrobaires.
“La primera etapa fue el recorrido entre Hurlingham y Muñiz, donde verificamos el correcto funcionamiento de las luces de alerta”, contó Ariel Marsinián, secretario de Yalj. La segunda, más puntillosa, se ocupó del tramo entre la señal 343, a la salida de Muñiz, y el lugar del choque. Allí, el juez vio que el primer semáforo era anaranjado, y los dos siguientes rojos. “Por eso ahora vamos manteniendo el primer criterio, que los deja imputados a los maquinistas. Con más pruebas veremos a la hora de dictar procesamiento o falta de mérito”, contó el magistrado.
Además de las luces, el responsable de la causa mencionó el bloqueo del freno de emergencia que maneja el acompañante del maquinista principal: “Todo hace pensar que, por tener su palanca trabada, algunos segundos valiosos se perdieron hasta que reaccionó el maquinista”. A la salida de la estación de San Miguel, en la “curva de la muerte”, como la nombran los ferroviarios, Raviola contó en qué punto exacto vislumbró el tren que estaba parado adelante. El conductor, en ese giro, tiene el campo visual bloqueado por la trompa larga de la locomotora GT22, por eso es el acompañante quien debe alertar si hay obstáculos. Según las declaraciones, estaban a unos 100 metros del furgón del San Martín cuando lo vieron. “Por la experiencia y la proximidad al tren, aunque dijeron aplicar el freno, sabían que iban a chocar igual”, explicó Marsinián.
Ahora el juez espera los resultados del examen toxicológico que se les realizó a Balbi y Raviola, quienes conducían el tren hacia Junín. Y mañana recibiría el historial de informes de los talleres de Ferrobaires, señalados por el gremio la Fraternidad como “el punto responsable de despachar correctamente los trenes”. El juez quiere ver si figura en planilla que en el único tren que cumplía el servicio todos los días a las 18 tenía anulados los frenos de “hombre muerto” y el de emergencia.
“La capacidad de freno del tren estaba en un 85 %, y según la regla, con un 70 % está apto para conducir”, contó un responsable del área legal de Ferrobaires, uno de los que mantuvieron una acalorada discusión con gente del sindicato de los maquinistas (ver Ferrobaires le...), algo que el juzgado corroborará en la reglamentación ferroviaria. “Acá quieren culpar a la empresa diciendo que a los maquinistas se los iba a echar si no conducían igual, pero si a un remisero le das un auto sin frenos y lo maneja igual, sabe que se puede matar”, sostuvo la fuente, que prefirió no dar su nombre.
El gobernador Daniel Scioli, tras una fuerte acusación del ministro de Planificación Julio De Vido, intervino el viernes la empresa Ferrobaires con la intención de mejorar el servicio. Yalj dijo ayer: “podría haber una cadena de responsabilidades vinculadas a la empresa por el accidente”.(Fuente: Clarín - PorAriel Caravaggio )