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Se trata de un proyecto cordobés con triple impacto para la economía argentina, que ganó la licitación para fabricar 100.000 durmientes sintéticos. Comenzarán a instalarse este año.
La economía circular es una tendencia instalada y en auge desde los últimos años a nivel global. En Argentina, avanza en constante crecimiento. En este sentido el nacimiento de diversos emprendimientos sustentables permite un panorama mucho más amplio que diversifica el mercado: extendiéndose su aplicación incluso en insumos para la industria de la construcción y servicios masivos.
Lo cierto es que una empresa cordobesa está a cargo de hacer realidad este ambicioso proyecto que tendrá un gran impacto ambiental y socioeconómico. Se trata del Grupo RFG, empresa familiar liderada por los hermanos Giuliano y Franco Frola, junto a sus padres Raúl y Mónica. El proyecto está en su etapa final y proveerá la fabricación total acordada durante los próximos 3 años, mientras los primeros durmientes comenzarán a instalarse este año.
Pyme cordobesa, la primera fábrica de durmientes sustentables en el país
La pyme familiar nació en 2013 con la consigna de la sustentabilidad, enfocada en lograr un cambio de paradigma: fabricar desde la reutilización. Actualmente es un equipo de 25 personas que trabaja en torno a la idea de lograr un impulso económico, social y ambiental en la región, incorporando un producto resistente compatible con las necesidades de un tren de carga y con aprobación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
La planta, que está ubicada en Monte Cristo, localidad en las afueras de la Ciudad de Córdoba, ya ostenta con orgullo el título de primera fábrica argentina de durmientes plásticos. Además, es la segunda empresa en Sudamérica, después de Brasil, en producirlos.
Los hermanos Giuliano y Franco Frola, son socios en este modelo de producción en línea con una economía circular que avanza en el país. Ellos explican que los durmientes que tradicionalmente se construían con madera dura de quebracho colorado, hoy se busca el reemplazo de la materia prima, porque esos árboles son una especie actualmente protegida que tarda hasta 80 años en poder regenerarse una vez talados.
Triple impacto en la economía argentina
Entre más de 20 empresas participantes, la cordobesa fue la ganadora del proceso de licitación nacional abierta por Trenes Argentinos, que destinará 1.000 millones de pesos para fabricar 100.000 durmientes sintéticos que serán destinados a reemplazar a los de madera y así poder acondicionar los 20.000 km de vías férreas existentes en el país. Para lograrlo se utilizarán unas 12.200 toneladas de plástico de difícil reciclado, generando nuevos productos y fuentes de trabajo.
De este modo, se apunta al reemplazo gradual de los durmientes que necesitan ser retirados para instalar los de material sintético. Pese a que este material es un 15% más costoso, el cambio de madera por plástico representa varias ventajas, siendo la principal: el enorme beneficio ambiental.
Los durmientes sintéticos tienen una duración estimada de 50 años con opción de ser reutilizados y sin posibilidad de astillarse o pudrirse, frente a los de madera que se mantienen en condiciones hasta un máximo de 15 años antes de empezar a descomponerse. Por lo cual, la cantidad de toneladas de plástico que se utilizarán, y no terminaran enterradas o flotando en los mares, equivale a unos 27.000 árboles no talados.
En concreto, los grandes desafíos de este proyecto son, por un lado, lograr inmovilizar durante el prolongado tiempo que duran en condiciones los durmientes, todo el plástico que se genera en gran cantidad y solo se reutilizaba una pequeña parte (el limpio y sin etiquetas) mientras el resto terminaba en los basurales. Por otra parte, es otro gran desafío, poder reutilizar los denominados plásticos compuestos, de difícil reciclado por combinar diferentes tipos de plástico en un mismo producto.
Generación de empleo directo y clara economía circular
A su vez, como beneficio adicional se proyecta la generación de cerca de 200 puestos de trabajo: por una parte la compañía cordobesa anunció la incorporación de 50 empleados en su planta , mientras de modo indirecto, a través de la tarea de cooperativas que forman parte del proceso productivo, se sumarán otros 160 trabajadores.
De este modo, las organizaciones y cooperativas son las encargadas de recibir y clasificar el material plástico que descartan las industrias, para luego compactarlo y venderlo a las empresas que lo usan. En el caso de los plásticos de clasificación nº7 (los de difícil reciclado), hasta el momento se tiraban sin darles uso, aportando a contaminar el medioambiente. Son los usados en empaques de productos de limpieza que no se pueden usar para reciclar en otras industrias.
De modo, que con este proyecto se les da una nueva utilidad al material que antes era de descarte, a la vez que se genera un nuevo ingreso para estas entidades que reciben los desechos domiciliarios e industriales. Cabe destacar que, para la fabricación de estos durmientes, la empresa cordobesa tuvo que idear su propia maquinaria. Un recipiente fundidor que mide unos 18 metros de alto y unos 5 de ancho.
Lo cierto es que este emprendimiento brinda a las industrias la posibilidad de donar materiales reciclables a distintas entidades. Además, asesora a otras 180 en la gestión de residuos para su reutilización, dando orientación para identificar qué tipo de residuos generan, por qué, cómo reducirlos y cómo clasificarlos. El resto dependerá del ingenio e inventiva de cada empresa que definirá qué destino final les dé al reutilizarlos, siempre con miras de mejorar la gestión ambiental y económica.
Lo cierto es que la licitación fue resultado concreto de la resolución conjunta (2/2020), lanzada por los ministerios de Ambiente y Transporte, que declaró de interés el desarrollo de durmientes fabricados con materiales reciclados. De este modo, se dio respuesta a las críticas realizadas por organizaciones ambientalistas, por el uso de durmientes de madera para las obras de renovación de vías. PERFIL.com