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14 de enero de 2013

LA COMPRA DE MATERIAL FERROVIARIO A CHINA

NOTA DE OPINIÓN

Por: Juan Enrique Gilardi (Para Crónica Ferroviaria)


Por la urgencia de prestación de un mejor servicio en cuanto a calidad, confort, seguridad, rapidez, etc.; además de no contar los talleres ferroviarios (estatales y privados) argentinos con tecnología adecuada para fabricarlos en nuestro país es que celebramos el anuncio hecho por el gobierno nacional para la adquisición en China de formaciones eléctricas para los ferrocarriles Sarmiento y Mitre.

Ahora bien, esperamos que estas formaciones se fabriquen de acuerdo a las características topográficas por donde se encuentran tendidos los ramales por los cuales circularán las formaciones eléctricas que se adquirirán a China.

Cuando la entonces E.F.E.A. (Empresa Ferrocarriles del Estado Argentino) decidió comprar coches pullman a los japoneses, la fábrica Hitachi requirió en aquella oportunidad una serie de datos para su construcción donde debían informarse varios ítems.

El diseño y la construcción de los coches se hicieron teniendo en consideración los datos recogidos en el reconocimiento topográfico del lugar en Argentina y el amplio y complejo conocimiento técnico acumulados por la Hitachi en el transcurso de muchos años.

En la compra que haremos a China… ¿Se tomarán similares previsiones a las requeridas por la fábrica japonesa? Esperamos que así sea.

LO QUE HITACHI DEBÍA SABER PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PULLMAN

* Servicio y Operación
* Clase de servicio: Tren de pasajeros, tren expreso, ferrocarril interurbano, servicio urbano, servicio turístico, etc.
* Clase de los salones de pasajeros: Primera clase, segunda clase, tercera clase, dos de ellas o las tres clases combinadas.
* Número de asientos: (1) Primera clase ____ Segunda clase____ Tercera clase ____ (2) Peso total de los pasajeros incluyendo el de sus paquetes, aprox. ___.tons. por coche.
* Particularidades de la Línea: Ancho de vía (trocha) __.mrn o (____pies___pulg.)
* Carga por eje máxima admisible __tons.
* Radio mínimo de curvatura: Línea principal ____m o (__pies), Playa ___m o (__ pies)
* Gradiente máxima, incluyendo su extensión y curvas si las hay: Pendiente ___%, longitud ___rn con radio de curvatura ___. m
* Perfil de la línea de la vía mostrando las pendientes, curvas, distancias y altitud:
* Gálibo del material rodante: Remítase el trazado del gálibo que se haya de aplicar
* Resistencia rodadura: Infórmesenos los valores o fórmulas de cálculos que hayan de aplicarse a la resistencia arrancada y en marcha.
* Condiciones del lugar
* Altura sobre el nivel del mar: Max. __m o (__ pies); Min. __m o ( ___pies); Promedio ___m o
(___pies)
* Temperatura del aire ambiente: Max. ___ºC o (__ ºF); Min. ___ºC o (__ ºF); Promedio ____ºC o (___ºF)
* Humedad atmosférica relativa: Max. ___%; Min. ___ %; Promedio ___%
* Relación entre las antedichas condiciones: Condiciones especiales del clima, incluso información sobre nieves, lluvias, tierras yermas, etc.
* Velocidad del Coche
* Velocidad normal de marcha: ____km/h o (___ m.p.h.)
* Velocidad máxima admisible: ____km/h o ( ___m.p.h.)
* Dimensiones
* Altura del centro del enganche sobre el nivel de los rieles: __ mm o ( ___pies __pulg.)
* Altura del piso sobre el nivel de los rieles: __ mm o (___pies __pulg.)
* Altura de los andenes sobre el nivel de los rieles: __ mm o (___pies __pulg.)
Sírvanse remitirnos el trazado del perfil de los andenes.
* Mecanismo de enganche, tracción y paragolpes
* Clase: Tipo automático, tipo a tornillos con gancho, tipo eslabón y pasador, etc. Especifíquese el tipo del aparato de enganche y tracción, por ejemplo: A.A.R. No. __, Sharon ____, WilIison ___, enganche automático, etc. En caso de que el coche haya de ir enganchado en una locomotora o con otro tipo de material rodante, envíesenos el trazado de sus enganches y paragolpes. Se necesitará también el trazado de los paragolpes standard.
* Frenos
Sistema y clase: Freno de aire comprimido o freno de vacío.
* Otros detalles: Cantina (buffet), compartimiento para correo y equipaje, etc.
Si se precisan estos compartimientos, tengan la bondad de comunicarnos su área, capacidad y representación esquemática.
* Lavatorio y toilet: Si se requieren, sírvanse informarnos su disposición o enviarnos el trazado de sus planos.
* Acondicionamiento de Aire: Siempre que haya necesidad de equipar los coches con aparato de acondicionamiento de aire, comuníquensenos en detalle las condiciones prevalecientes del clima.
* Otros requisitos: Detállense también cualesquiera otros requisitos que se deseen, como por ejemplo; agua potable, luz fluorescente, ventilador de techo, calefacción del interior de los coches, etc.

10 de octubre de 2012

FORMACIÓN DE TREN PATAGÓNICO FUE ENTREGADA EN SANTA FE PARA SU REPARACIÓN


ACTUALIDAD

Redacción CRÓNICA FERROVIARIA

El Ministro de Obras y Servicios Públicos, Fernando Vaca Narvaja, hizo entrega en Santa Fe de una formación del Tren Patagónico S.A. para su reparación. Se invertirán 25 millones de pesos que serán financiados por la Secretaría de Transporte de la Nación.

Con ese propósito, Vaca Narvaja viajó a la localidad de Pérez, en esa Provincia, para hacer entrega para su acondicionamiento de dos locomotoras, un coche comedor, dos coches dormitorio y tres coches pullman.



Estaban presentes en este encuentro, el Secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos; el presidente del Grupo Emepa, Gabriel Romero; el gerente de Planta Rioro S.A., Edgardo Hernández y el gerente Comercial de Rioro S.A., Sebastián Casalins.

La reunión fue propicia para analizar la posibilidad de montar en Río Negro una fábrica de durmientes de cemento para la construcción y reparación de vías. Esta factibilidad se definirá próximamente en una reunión que mantendrá el gobernador Alberto Weretilneck con la empresa Rioro S.A. del Grupo Emepa.

El Ministro Vaca Narvaja expresó que esta alternativa que se presenta es “otra buena noticia para la Provincia y los ferroviarios en particular”.

Caber destacar que los talleres Metalúrgicos RIORO S.A. emplazados en Pérez, Santa Fe, es una empresa dotada de última tecnología en cuanto a maquinaria y dispone de una infraestructura acorde para desarrollar entre otras tareas, reparaciones, reconstrucción y modernización de locomotoras, coches de pasajeros y vagones, fabricación y reparación de subconjuntos y partes de material rodante.

12 de septiembre de 2012

ABANDONO Y PELIGRO EN EL TREN DIARIO A MAR DEL PLATA


ACTUALIDAD

Tarda 6.20 horas en llegar, dos más que en sus años de esplendor. Los pasajeros viajan congelados, con las ventanas rotas y asientos vencidos. Falta seguridad y el riesgo de descarrilamiento es latente.

El tren anda. Y casi siempre que sale de Constitución llega a destino: Mar del Plata. “Anda” quiere decir funciona, se mueve. Repite el viaje todos los días del año, por eso el servicio se llama “Diario”. A la ida, de noche; a la vuelta, de día, estría la panza bonaerense durante 6.20 horas. Va. Se balancea hacia los costados bruscamente, en un movimiento desconcertante como el que imitan los simuladores de terremotos. Cada tanto ese vaivén se hace vertical y los pasajeros despegan la cola de sus asientos, como cuando un avión se precipita en un pozo de aire. El tren corre sobre las vías, aunque por el sonido que expande en su camino pareciera que se arrastra en una queja metálica.



La formación se mueve. Y a la vez quedó detenida en algún punto del tiempo. Los pasajeros se acostumbraron a tolerar las ventanas astilladas por los piedrazos, baños sin agua ni papel, asientos vencidos y despellejados. Viajan y conviven con las evidencias del abandono, la desidia y el desinterés de años que podrían ser décadas.

En Constitución se subieron al tren 180 personas; más de la mitad de la capacidad de los seis vagones, que se lanzaron hacia la ciudad atlántica en punto, a las 23.05. Tratándose de un miércoles, la gran mayoría de los pasajeros iba a trabajar a Mar del Plata, y esa noche la gente durmió acurrucada en los asientos de la “clase única”, que cuesta 78 pesos, sin calefacción, con un baño por vagón con inodoros sin fin desde los que se ve pasar la vía. Todos esos vagones muestran lo mismo: personas encapuchadas en posición fetal o enrolladas en toallas de las más variadas estampas o abrazadas a sí mismas para combatir el frío y buscar otro viaje en el sueño, que además acorta las distancias.




Los insomnes se juntan entre vagones a calentar el cuerpo con humo de los diferentes tipos de cigarrillos, legales o ilegales. Algunos toman mate o llenan vasos de plástico con vino tinto; todo sirve para sacar del cuerpo el aire húmedo y gélido que se filtra por las puertas mal cerradas. Otros se dejan sacudir en un silencio aparente. Casi nadie se queja.

En los vagones de la clase Pullman (108 pesos) es al revés: algunos no pueden dormir sofocados por el calor de la calefacción. De allí, en medio de la madrugada, sale una señora envuelta en jogging. No aguanta el calor, tiene miedo de toparse con el frío al bajar y enfermarse. Respira en el lavabo del baño. Busca el espejo pero se encuentra sólo con su forma, dibujada por el pegamento que alguna vez lo sostuvo. Para algunos, la culpa del abandono la tienen los responsables del servicio. Para otros, como ella, que se llama Ana, es el pasajero que “no cuida nada y rompe todo”. Al menos en el viaje del miércoles no había personal de seguridad que evitara posibles daños.




De los tiempos de esplendor, de cuando este tren tardaba la mitad que lo que demoraba el micro de aquellos años y lucía como en las fotos que decoran la boletería de Ferrobaires –que no se sabe si pretenden engañar o rendir homenaje–, sobrevive el coche comedor, que esta noche ofrece pebetes de jamón y queso o milanesa a la napolitana. Casi nadie cena. Un señor de bigote blanco se sienta a tomar una cerveza. Está solo. No habla. Bebe un trago y fuma un Marlboro. Repite la secuencia hasta que en el cenicero se juntan cinco colillas aplastadas y la lata se vacía. Cada tanto mira el reloj, mientras a su alrededor se balancean las cortinas rosas con volados, opacadas por el polvo que tal vez acumulan desde la última restauración de este vagón, en 1994. Observa el partido de chinchón que disputan, entre estación y estación, los guardas, los mecánicos y los mozos del tren. Detrás suyo Liliana le susurra a Osvaldo: “Esto hace treinta años era una maravilla. Ahora no lavan ni las cortinas”.

Al llegar a Mar del Plata, a las 5.20 de la madrugada, Tatiana confiesa que viajó con temor a que el tren volviera a descarrilar, como días atrás: “Con esos saltos pensaba que salíamos volando. El tren es viejísimo pero bueno, llega”. No se oyen más protestas.

Horas después del viaje, un mecánico de Ferrobaires, la empresa del Estado provincial que administra el servicio, confiesa a Clarín que casi no hay mantenimiento: “Las vías no están en óptimas condiciones. Pero eso no quiere decir que no pueda correr un tren. El tema es que no se mantiene nada y lo que se hace, se hace mal”. Con la condición de que no se publique su nombre, agregó: “Es un tren muy barato, no le dan bola. La gente que viaja no puede pagar otra cosa y se acostumbra, como todos”.

La costumbre vence la indignación. Lo que viaja con los pasajeros en esta madrugada de jueves es una resignación que, paradójicamente, puede emparentarse con la dignidad. “Y bueno, está feo, pero es lo que podemos pagar. Si no, tomaríamos el Talgo o el micro, que valen el doble”, fuerza la voz Mario, vendedor de ropa, desde el estribo. Y el tren desacelera. Y entre las sombras, bajo un cielo borravino, aparece adelante, en una simetría espectral, la arquitectura de la estación marplatense, con los modernos buses de un lado del andén y un viejo tren blanco que chilla su arribo del otro: un lamento maquinal que se reitera a diario.Clarín

N. de la R.: Esto que informa el matutino Clarín a Crónica Ferroviaria no lo sorprende, porque hace años que lo viene denunciando. Esta empresa provincial ferroviaria Ferrobaires hace años que ya debería de estar en la órbita de la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOFSE). El Interventor en dicha empresa, señor Maltana, hace más de un año que se encuentra al frente de la misma y no ha podido encarrilarla, al contrario, todos los días estamos viviendo cantidad de suspensiones de servicios en las distintas líneas que esa empresa presta servicios por distintos motivos, pero generalmente por falta de material tractivo.

Pensar que hace unos días invirtieron una suma sideral en un simulador de conducción cuando bien ese dinero podría haber sido derivado para el arreglo de locomotoras. No vemos mal la compra, pero creemos que hay otras prioridades. Hace tiempo que esa empresa necesita una fuerte investigación por parte del Estado Nacional, provincial y de la oposición que no hace nada y parecería que estuvieran pintados.

20 de octubre de 2011

RÍO NEGRO: AVANZARON EN EL MUSEO FERROVIARIO PARA SAN ANTONIO OESTE


El intendente Javier Iud y el presidente de Tren Patagónico, Yamil Direne -también intendente de Valcheta- ratificaron ayer un convenio por el cual la empresa provincial cederá vehículos y otros elementos para el Museo Ferroviario que se impulsa en esta ciudad.

Fuentes del Municipio local informaron que con este encuentro, los funcionarios “dieron origen al contrato de comodato que establece la entrega de material rodante ferroviario para ser utilizado por el museo que se está creando en San Antonio Oeste para la difusión del Ferrocarril”.


“Tanto Iud como Direne estuvieron de acuerdo en puntualizar que el principal objetivo es preservar los materiales ferroviarios existentes que no se encuentren operando y generar un producto turístico-cultural de interés para residentes y vecinos”, destacaron desde el municipio sanantoniense.

Iud puntualmente dijo que “estas piezas que reflejan la historia de San Antonio Oeste estarán puestas a disposición de la gente, generando un nuevo atractivo que podrá ser visitado por toda la comunidad y turistas que nos visiten”.

El material cedido

Según se precisó, entre el material cedido se encuentran: “coche comedor, coche encomienda, coche cine, coche pullman, vagón de carga, vagón torpedo, zorra, furgón de usina, vagón vivienda, entre otros”.

Por su parte, al salir de la reunión Direne precisó, tras destacar el vínculo existente históricamente entre ambas localidades y la buena relación que mantiene con su colega Iud, que ratificaron el convenio que anteriormente habían firmado.

“Tren Patagónico le cede al municipio -de San Antonio- un montón de vehículos ferroviarios para ponerlos en valor turístico”.

El Museo Ferroviario fue impulsado por un grupo de vecinos denominado “Punta de Riel” con el acompañamiento de la comuna, la Comisión Municipal de Asuntos Históricos, Tren Patagónico y Comsal -Cooperativo Obrera Metalúrgica San Antonio Limitada- quien también firmó un convenio e hizo aportes.

El proyecto se ejecuta en una porción de terreno aledaño a la cancha de fútbol del Club Náutico, donde se instaló un tramo de vías para las máquinas y vagones que se planean exhibir.

Ya se puede ver una locomotora fabricada en Inglaterra en 1890, y además trasladaron desde la estación cinco vagones visiblemente deteriorados que aguardan su nuevo destino a pocos metros, sobre la avenida costanera a la altura del muelle.

La propuesta apunta a que esos vehículos se conviertan en salas de cine, para muestras artísticas, charlas y restaurant, entre otros objetivos, y que se erija como otra alternativa turística. (Fuente y foto: Noticias Net)

11 de julio de 2011

BIENVENIDOS AL TREN - UNA NOTA EN LA ESTACIÓN BAHÍA BLANCA SUD

El trayecto ferroviario entre Bahía Blanca y Plaza Constitución es una verdadera odisea de casi 15 horas, que pone a los pasajeros al borde del sacrificio o la exasperación. Entre manchas, basura y roturas, una mirada para conocer cómo viaja la gente.

La primera impresión es buena.

Con una iluminación cuidada, que busca resaltar sus líneas neoclásicas de inspiración francesa, la fachada exterior de la Estación Sud se muestra imponente, dominando el paisaje de la avenida Cerri con la autoridad que le confiere un siglo de existencia.

Foto: Rodolfo Risciotti

El encanto que despiertan las refacciones y la cálida confitería, con sus paredes de nogal cubiertas por discos prestados por el Club del Vinilo, se desvanece en apenas diez metros, apenas se cruza el umbral que lleva al hall de entrada.

Es ahí, exactamente en el sector previo a las boleterías, donde aparecen las primeras señales de abandono. No hay luz ni calefacción, pero sí anticipos del viento helado que corre a lo largo del andén.

Son casi las 19 horas de un jueves, y la temperatura apenas supera los 3ºC.

Dentro de 40 minutos saldrá el tren 1352 con destino a la Estación Constitución, por vía Lamadrid, en un viaje de 680 kilómetros que se parece más a la procesión de un Vía Crucis que a un recorrido comercial.

La comparación no es antojadiza: hay paradas previstas en Tres Picos, Tornquist, Dufaur, Saavedra, Pigüé, Arroyo Corto, Cura Malal, Coronel Suárez, La Colina, General Lamadrid, Las Martinetas, Olavarría, Hinojo, Azul, Cacharí, Las Flores, Coronel Boerr, Vilela, Gorchs, Videla Dorna, San Miguel del Monte, Abbott, La Noria y Cañuelas.

Si todo sale bien, el viaje demandará unas 14 horas 40 minutos. Nunca menos, pero casi siempre un poco más.

La formación de esta noche tiene siete vagones: tres de la clase Turista, dos de Pullman, uno de Primera y el coche Comedor. Datan de 1978, al igual que la locomotora diesel General Motors GT-22, rearmada hace poco en los Talleres Maldonado.

Por las ventanas, astilladas por piedrazos, puede verse que ya subieron cerca de 20 pasajeros, en su mayoría gente mayor o con niños, que quisieron resguardarse del frío invernal.

Otros cinco, más jóvenes, aprovechan los últimos minutos en el andén para fumar un cigarrilo a las apuradas o para buscar agua caliente para el termo. Todos ellos, sin excepción, llevan una frazada junto con el bolso o la mochila.

Saben que la madrugada traerá temperaturas bajo cero y que la calefacción no siempre viene incluida con el pasaje.

Los dos vendedores ambulantes que suelen caminar por la Estación ni siquiera se esfuerzan por captar su atención con ofertas de bebidas y golosinas.

Todos parecen resignados a su suerte de bolsillos vacíos.

Apenas se suben los dos peldaños de la escalerilla, la Primera clase empieza a mostrar toda su orfandad. Los baños ya están sucios, con ese olor ácido propio de la orina rancia.

En la puerta que separa a ese cubículo del vagón propiamente dicho, un aviso escrito con marcador blanco cruza la puerta en diagonal y es imposible no verlo: "Hago p... a domicilio (0227) 154...". No se sabe si es broma u oferta, pero da lástima.

Dentro, el pasillo parece con el piso recién barrido. "Esto de hoy es un lujo", suelta Eduardo, un pasajero que dice realizar el mismo viaje con cierta frecuencia. "Casi siempre es un asco, lleno de papeles, basura y charcos de agua", cuenta.

Es curioso: pese a sus críticas, remarca que no cambiaría el tren por ninguna otra forma de transporte, ni siquiera si los ómnibus decidieran bajar sus elevadas tarifas.

La mayoría de los sillones de cuerina verde están desgarrados, dejando ver sus tripas de gomaespuma. No queda claro si están así por la falta de mantenimiento o por la desidia de pasajeros desaprensivos. En todo caso, todavía permiten que alguien se siente y eso es lo único que le importa a la empresa.

Faltan algunas luces en el techo, pero eso no impide ver las pintadas que invocan a varios clubes del fútbol local, bandas de rock o apodos personales que testimonian el paso por este mismo espacio, en algún pasado reciente que también fue desangelado.

Por 55 pesos podría ofrecerse algo más digno.

El sector Pullman luce algo mejor, acaso por la brisa tibia que llega desde el sistema de calefacción, por la luz más intensa o porque los sillones, en este caso azules, están menos castigados.

Apenas hay cuatro pasajeros. Tienen caras de sueño, de frío, de ese fastidio casi imperceptible que tienen todos los viajeros en tránsito.

Nelly y Alberto, un matrimonio de jubilados ferroviarios, cree que el viaje no es tan malo y que si bien la era dorada de los rieles terminó hace décadas, algo mejor aguarda en las estaciones del porvenir. Para ella, hay una esperanza concreta: Dios se encargará de salvar a los trenes argentinos.

Aquí también el piso parece limpio, pero la mugre de las ventanillas apenas si deja intuir qué hay del otro lado, quizás el lado optimista que doña Nelly logra ver con su fe. Pero lo más parecido que pasa es la sombra de un perro.

La clase Turista es la que reúne más gente, pero también más descuido. Hay restos de envoltorios, una tira de papel higiénico, manchas que parecen de algún café derramado, apoyabrazos que se salen de su lugar y hasta una de las ventanas no cierra del todo. Sólo falta que se corte la luz para completar la humillación.

Ya nada queda de los tiempos del pujante Ferrocarril del Sud, de cuando los trenes llevaban y traían trabajo, esperanzas y novedades; esto ni siquiera se parece a la etapa más modesta del Ferrocarril Roca, cuando sus vías mantenían con vida a varios pueblos de la provincia.

Hoy sobrevive algo llamado Ferrobaires, un complejo esquema burócratico-sindical que se reparten las firmas Ferro Expreso Pampeano, Ferrosur Roca y la Ugofe, enemistadas entre sí y siempre dispuestas a no darse una mano.

Nada parece alterar este esquema. Ni siquiera las supuestas buenas noticias llegadas hace poco desde La Plata: la intervención a cargo de Antonio Maltana anunció una serie de modernizaciones, las primeras en décadas.

Fue una noticia que los viejos empleados de la estación tomaron con un optimismo moderado, como si ya la hubieran escuchado varias veces. Y no están tan equivocados, porque hasta ahora todo se limitó a recibir vacunaciones contra la gripe y promesas de otra tanda de vacunas contra el tétanos.

Aunque, en verdad, hay algo más: desde Maldonado cuentan que toda la modernidad prometida se limitará a una prolija pintada de vagones y locomotoras con los colores naranja y blanco, como ya deslizaron desde las oficinas centrales.

Son los mismos tonos que utliza la gobernación en su publicidad institucional.

El guarda, que se presentó como "Fumagalli", hace sonar el silbato: es el último aviso antes de la salida.

Son unos 40 pasajeros; el resto se irá subiendo a lo largo del derrotero.

El motor diesel aumenta la potencia y comienza a adelantarse, primero con desgano, como desperezándose. Pero enseguida la mole de acero cobra impulso y empieza a perderse por el punto de fuga que va hacia el cruce de la calle Brandsen.

Igual no podrá acelerar mucho. De hecho, difícilmente supere los 40 kilómetros por hora. El estado de las vías no lo permite.

Es lo que hay. Buen viaje. (Por: MARIANO BUREN de La Nueva Provincia)