Actualidad
Los
ocupas no sólo se apropiaron del lugar sino que también lo demarcaron. Trabajan
durante la noche. Están cansados de pedir lotes
El
sol no concede tregua en la siesta simoqueña. Silvia Esther Lescano cava sin
prisa pero a ritmo parejo. Ella se apropió de un terreno del predio ferroviario
ubicado en el acceso noroeste a Simoca. Antes del anochecer necesita terminar
las zanjas del cuadrado mayor, que marcó sobre la franja de tierra, paralela y
lindante a las vías del otrora troncal ferroviario CC. Allí donde convergen las
rutas nacional 157 y provincial 325. Mañana llenará los cimientos y después
vendrán algunos parientes o amigos para ayudarla a levantar las paredes de
bloque de una pieza. En ese único hábitat funcionarán la cocina, el comedor, el
dormitorio, el living. Todo. Menos el baño. El rectángulo para las
instalaciones sanitarias es menor y se localiza hacia el lado de los rieles.
Dos
hijos discapacitados
“Nosotros
alquilamos en la calle 25 de Mayo. Pagamos $ 1.400 de alquiler. El único
ingreso que tenemos es una pensión de $ 2.900, que cobro por tener dos hijos
discapacitados. Una nena de ocho años con retraso madurativo y un varón de 11
años, fronterizo y con Mal de Chagas. Mi marido hace changas. Pero hasta antes
de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales nos dejaron de pagar los
quincenales. Son ayudas que nos daba la Municipalidad para limpiar calles,
cavar zanjas, cortar el pasto, barrer lugares públicos, etcétera”, contó la
mujer de 33 años.
Manuel,
el compañero de la prolífica madre, corta el pasto y limpia el predio, de 15
metros de frente por 10 de fondo. También amontona piedras y cascotes. Una niña
pequeña, de cinco años, juega descalza en el lugar. Ella es una de los siete
hijos de la pareja. “Yo soy ayudante de un técnico en refrigeración. Pero ahora
el trabajo escasea y cada vez que lo ayudaba recibía entre $ 50 y $ 150. Ese
dinero nos ayudaba para el día a día, junto con el quincenal. Pero ahora nos
quedamos sin nada”, se explayó el hombre, de 37 años.
Cansados
de pedir
Lo
cierto es que ambos, después de describir el duro presente que atraviesan,
explicaron por qué usurparon los 150 metros cuadrados de la lonja, que
atraviesa Los Pérez Chico y pertenecen a Nuevos Ferrocarriles Argentinos. “Ya
no podemos pagar el alquiler y nos van a desalojar. Por eso nos vinimos aquí.
No nos envió nadie. Lo que pasa es que más adelante, a la entrada del barrio
San José, ya hay gente viviendo desde hace un par de años. Fuimos varios a
hablar con el nuevo intendente, Miguel Herrera, pero nunca está. Sin embargo
por radio dijo que él no puede interferir en un tema que es federal. Él aduce
que las tierras son de una empresa del Estado nacional y no del municipio. Pero
nosotros somos ciudadanos del municipio de Simoca y, en campaña, prometió darnos
una solución a quienes carecemos de viviendas. Al menos, habló de terrenos.
Pero ahora se quiere lavar las manos”, detallaron.
“Nos
cansamos de solicitar al municipio que nos concedan un terreno fiscal”, cuentan
casi a coro. “Pero hace poco -añadieron- el Instituto Provincial de la Vivienda
entregó casas y 120 lotes para construir en el barrio Raúl Alfonsín. Y a
nosotros no nos dieron nada”.
Más
apropiadores
Unos
metros hacia el norte. Por el camino de ripio paralelo a la ruta 157 y a las
vías se observa el demarcado de las parcelas ocupadas. Hace más de dos semanas
unas 20 familias se asentaron en una franja cercana a los 1.200 metros. “Me
consta que es gente del departamento Simoca. Algunos son de Pampa Mayo, Macio,
Buena Vista, Balderrama, San Antonio de Padua, Los Güemes y otros parajes de
los alrededores de esta ciudad”, describió Diego Décima, que construye una
precaria vivienda de cañas, sobre el lote del que se apropió.
Advertencia
“Nosotros
entendemos que esto no es nuestro. Es del Ferrocarril -se explayó-. Incluso ya
vino gente de esa empresa a advertirnos que no podemos construir. Pero ellos
nos dijeron que el municipio es el que debe darnos una solución. Aun más, nos
avisaron que en cualquier momento pueden venir efectivos de Gendarmería
Nacional o de la Policía Federal a desalojarnos. Pero el nuevo jefe municipal
no nos recibe. Por acá no anduvo nunca. Al menos yo no lo vi. Aunque algunos me
cuentan que pasó en un auto y no paró. Hasta ahora no nos dieron ninguna
salida. Nosotros también alquilamos y estamos sin trabajo. Hasta hace un mes
estaba en el quincenal municipal. Me pagaban pero me tenían en negro”.
Otro
asentamiento
Al
cruzar la gruta de la Virgen de Guadalupe hay un paso a nivel. A partir de allí
y hasta otro cruce, situado más adelante -en dirección a Manuela Pedraza y en
otros casi 1.100 metros de extensión- se contabilizan al menos casi otras
familias, que avanzan con la ocupación ilegal y demarcación de parcelas. Pero
en horas diurnas no aparecen. “Todos viene cuando se pone el sol y el calor no
castiga tanto”, cuenta Miguel Reales, vecino del lugar.
“Algunos
vienen en autos y camionetas. No sé si serán de ellos. Son casi 40 familias.
Pero ahora están un poco asustados porque les dijeron que la Gendarmería o la
Federal vendrá a desalojarlos”, agregó el hombre, próximo a cumplir 80
años.LaGaceta.com