Cuando el año pasado el jefe de gobierno Mauricio Macri inauguró con una pomposa fiesta la estación Parque Patricios de la línea “H” nadie advirtió que detrás del monumento de Monteagudo –a metros del evento- quedaban las ruinas de un maltratado espacio verde en el Sur de la Ciudad. Se trataba de la plazoleta Cnel. Pringles, debajo de la cual se comenzó a construir una subestación transformadora para el subte, que luego fue interrumpida cuando apareció el dueño y reclamó el inmueble. Funcionarios del macrismo intentaron convencerlo (inútilmente) para que venda el predio.
Estación PARQUE PATRICIOS - Foto. Rodolfo Risciotti
La plazoleta ubicada en Monteagudo y Patagones quedó abandonada y cercada con unos chapones amarillos ocultando parcialmente un pozo de más de diez metros de profundidad y dejando un visible impacto ambiental.
Salvando las distancias, en el Norte de la Ciudad, las cosas son bien distintas. La justicia porteña frenó la obra de subte en la plaza Intendente Alvear del barrio de Recoleta por violar la normativa ambiental y la falta de protección del patrimonio natural y cultural. La medida obedeció al recurso de amparo interpuesto por la ONG “Basta de Demoler” que denunció la destrucción de la barranca y el retiro árboles de más de cien años de antigüedad. Probablemente la reimplantación de los árboles en el sitio original será una difícil tarea, por no decir imposible, por la poca profundidad del techo de la futura estación Plaza Francia que impedirá alojar sus raíces.
No es la primera vez que esto pasa. Cuando se construyeron las cocheras subterráneas en las plazas Emilio Mitre y Parque las Heras el juez Roberto Gallardo las suspendió por la tala indiscriminada de árboles y porque no se habían tomado los recaudos necesarios para reponerlos de manera adecuada. Posteriormente el juez llamó a las partes involucradas a debatir el tema en Audiencia Publica.
Todo parece indicar que el actual presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo, no se lleva bien con los árboles. Cuando estaba al frente del Ministerio de Espacio Público una rama de un árbol cayó sobre una niña ocasionándole fractura de cráneo lo que le costó el puesto de ministro y una causa penal. Ahora, se fue al otro extremo, permitió que la Contratista que construye las obras de los subterráneos derribara árboles de alto valor patrimonial a pesar de “la prohibición de la tala o trasplante de las especies vegetales” en un Área de Protección Histórica.
La destrucción de los árboles añejos de la plaza Intendente Alvear no solo tiene repercusiones ambientales sino también económicas que se materializarán en reclamo del Contratista por mayores costos y alteración del cronograma de las obras. En medio ambiente también rige el “más vale prevenir que curar”, en lugar de corregir, reducir o compensar impactos ambientales negativos es preferible prevenir, y esto se logra con buen diseño, planificación adecuada, control responsable y sobre todo con conciencia ambiental.
Queda en manos del juez resolver el problema. Posiblemente se convoque a Audiencia Pública o se llame a las partes interesadas para intercambiar información del proyecto y se analicen las distintas alternativas que permitan proseguir con la obra sin descuidar la protección del ambiente.
La información que deberán suministrar los intervinientes del proyecto son bien conocidas: SBASE presentará su Estudio de Impacto Ambiental, el Contratista el Plan de Gestión Ambiental y la Agencia de Protección Ambiental el Certificado de Aptitud Ambiental que aprobó el proyecto. De todas maneras, aunque se presenten todos los papeles, se restituya la cubierta vegetal y se planten otros árboles, el daño ambiental ya está hecho y nada será como antes.
Todo parece indicar que construir subterráneos y destruir espacios verdes son dos caras de la misma moneda, mientras tanto, algunos vecinos seguirán dando lecciones de civismo y haciéndose escuchar: “con nosotros no, Macri”. Agrupación Amigos del Subte
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