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Tras
la extensión de la Línea B desde Parque Chas hasta Urquiza, Subterráneos de
Buenos Aires (Sbase) encaró la compra de material rodante nuevo, generando
varios cruces.
Una
vez que se concretó la ampliación, comenzaron las nuevas obras en al segunda
línea de subterráneo más antigua de la ciudad, generando un cronograma de
horarios que se mantiene los días de semana (el servicio comienza a las 6,
cuando las otras líneas lo hacen a las 5), y que abarcó casi un año con las
puertas cerradas los fines de semana. “Desde el 5 de mayo de 2014 hasta el 3 de
mazo pasado no hubo servicio los sábados y domingos”, destaca Enrique Rosito,
de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP).
En
el centro del debate quedaron los coches comprados al Metro de Madrid, cuya
incorporación motivó los cambios técnicos que han dificultado el servicio. Se
trata de los CAF 6000. Sbase adquirió 86 coches, lo que equivale (teniendo en
cuenta que cada formación tiene 6 coches) a unas 14 formaciones. En la AGTSyP remarcan
que la flota actual es de 27 formaciones, con lo que se renueva la mitad del
material rodante.
La
cuestión del suministro eléctrico es central: la Línea B es la única de toda la
red que no se alimenta por catenaria, desde el techo, sino por un tercer riel.
Esto cambia con los coches españoles, dado que los CAF 6000 utilizan catenaria.
Ergo, hubo que hacer la instalación de la catenaria en la B.
Este
cambio, afirman en el Sindicato del Subte, tiene otro componente, que es la
desvinculación de la Línea B con el Ferrocarril Urquiza (el enlace es en la
estación Federico Lacroze), ya que hasta la llegada de los CAF 6000 compartían
trocha.
El
vínculo con el Metro de Madrid había comenzado con la llegada de una formación
de CAF 5000, que a diferencia de los viejos coches japoneses (los Mitsubishi
rojos), tiene cuatro puertas por coche en vez de 3.
Desde
Sbase se han defendido ante diversos pedidos de informe. Respecto del reemplazo
por la catenaria, afirman en la empresa que “se priorizó la alimentación superior
(como en el resto de la red) por la del tercer riel (exclusiva de la B) para
estandarizar procesos de mantenimiento y protocolos de seguridad”. Además,
Sbase ha desmentido el pago de patentes, otro punto cuestionado, ya que la
catenaria del metro madrileño es de desarrollo propio.
En
la empresa dirigida por Juan Pablo Piccardo afirman que no se usa tecnología de
Madrid, por lo tanto, “no existen costos o pagos” respecto de patentes. El
principal costo asumido por la empresa es de unos 10 mil euros,
aproximadamente, por cada pantógrafo (elemento fundamental para la alimentación
vía catenaria) de los CAF 5000, mientras que “no tiene costo” la colocación de
pantógrafos en los CAF 6000.
Los
cruces continúan, mientras en el sindicato dicen que ahora que el servicio se presta sin las
interrupciones de los últimos meses (aunque más corto en tiempo que en las
otras líneas), la incorporación de los coches españoles podría llegar a tardar
un año en concretarse.Diario Z.com