13 de junio de 2017

Uruguay: Obras que son ineludibles

Exterior

Es necesaria la recuperación del ferrocarril y otras mejoras en nuestra deteriorada estructura de transporte

Es cuestionable la preocupación del gobierno sobre embarcarse en costosas obras de infraestructura antes de que UPM haya confirmado la instalación de su nueva planta de pasta de celulosa. Las negociaciones con la empresa finlandesa parecen avanzar aceitadamente, especialmente desde que el Ministerio de Trabajo atendió en parte la exigencia de UPM de paz laboral. El director de Trabajo, Juan Castillo, aseguró que habrá reglas claras y agilidad oficial para desactivar conflictos. No es la garantía sólida que quería la empresa pero contribuye a atenuar sus temores por la recurrente conflictividad en el sector sindical.


Una condición más decisiva que impuso UPM es que el gobierno asegure la recuperación del ferrocarril, la ampliación de las instalaciones en el puerto de Montevideo y otras obras conexas. El Poder Ejecutivo y las intendencias involucradas avanzan en la planificación de esas mejoras. Pero el cronograma de negociaciones en etapas establece que las obras deben estar aseguradas antes de que UPM dé el sí final. Este desfasaje en los plazos ha creado el temor oficial de que Uruguay comprometa una inversión del orden de los US$ 1.000 millones y la empresa finalmente resuelva no construir su segunda planta, al norte del río Negro.

Es improbable que así ocurra. Pero aunque fracasara la gigantesca inversión de US$ 4.000 millones, la recuperación del ferrocarril y otras mejoras en nuestra deteriorada estructura de transporte es una necesidad ineludible que el país se debe desde hace décadas. Nuestro sistema ferroviario actual es una obsoleta penuria, con trenes cada vez con menos cargas y que no corren sino que apenas caminan por vías en mal estado. La situación es producto de la imprevisora desidia de sucesivos gobiernos desde antes que el Frente Amplio llegara al poder. En la primera presidencia de Tabaré Vázquez se estuvo cerca de encomendar la recuperación del sistema a un consorcio privado, que fracasó por la tolerancia oficial con las protestas del gremio ferroviario. En el período siguiente el entonces presidente José Mujica dio por segura la reconstrucción ferroviaria por empresas chinas pero nunca se concretó.

Ahora se está más cerca gracias al proyecto de UPM, con el que el gobierno confía crear miles de puestos de trabajo y darle fuerte impulso a la incipiente reactivación de la economía. Pero declaraciones recientes de los ministros de Economía, Danilo Astori, y de Transporte, Víctor Rossi, reflejan reservas ante la posibilidad de que la firma finlandesa finalmente desista y el Estado quede comprometido a la fuerte inversión en infraestructura. Sus dudas, sin embargo, soslayan que esa inversión es indispensable en cualquier caso, para facilitar el trasiego de mercaderías y eventualmente pasajeros y aliviar el recargo de tránsito pesado que tiene a maltraer al sistema carretero.

Aun sin la nueva planta de UPM, el ferrocarril podrá transportar parte de la madera que utilizan las dos pasteras existentes, así como la voluminosa producción de granos, arroz, cemento, contenedores y otros elementos. Ciertamente la inversión en infraestructura de transporte es más urgente y, en cualquier caso, más beneficiosa que muchos de los copiosos gastos improductivos que han caracterizado a las administraciones de la alianza de izquierda. Es una realidad que debe despejar la reticencia oficial a empezar las obras antes que UPM tome su decisión final.ElObservador.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Usted podrá dar su opinión libremente, pero aquellos comentarios que vengan con insultos, improperios, etc. y sin colocar nombre y apellido, nombre y/o pseudónimo (debajo del mismo) no serán publicados.