No es la primera vez que Renfe, la estatal ferroviaria española, ve su nombre en una causa judicial por posibles irregularidades en la venta de sus vagones y locomotoras a partir de convenios entre estados, como en el caso del juez federal argentino Sergio Torres.
A 10.702 kilómetros de Madrid, la justicia chilena abrió un expediente por un caso demasiado similar al que se debate por estos días en Argentina frente a las escandalosas revelaciones de los correos electrónicos del asesor de Ricardo Jaime.
El caso es un espejo cercano para las maniobras de Jaime. El año pasado un juez de Santiago envió un exhorto a Madrid para interrogar a los ejecutivos de Renfe frente al escándalo generado en Chile por la compra trenes reacondicionados en una inversión de treinta millones de dólares que tuvo un resultado similar al argentino porque en su mayoría tuvieron problemas a la hora de ponerse en marcha.
La investigación tiene más coincidencias: buscaban saber por qué se pagó el equipamiento viejo como si fuera nuevo y, al igual que con Jaime, querían conocer en detalle quién financió los costosos y permanentes viajes de los funcionarios chilenos a España por este convenio.
La intervención de la justicia española para colaborar con el caso podría ser también un ejemplo de lo que vendrá en Argentina .
En Santiago, el caso fue un caso que ocupó la tapa de los diarios durante mucho tiempo y tuvo su episodio judicial por un lado y parlamentario por el otro donde una comisión investigadora de la Cámara de Diputados hizo declarar a todos los funcionarios intervinientes.
Los principales involucrados fueron Luis Ajenjo, el ex presidente de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) , y Patricio Tombolini, ex subsecretario de Transportes. Es decir, el par de Jaime.
En los correos electrónicos de Manuel Vázquez , el asesor del ex secretario de Estado argentino, se lee en reiteradas oportunidades referencias al contrato chileno con España .
Gonzalo Martín Baranda era entonces el representante de Renfe en América Latina y junto a Vázquez solían discutir por mail detalles muy profundos de las condiciones del material y de qué partidas le tocarían a Chile y cuáles a Argentina.
En ese contexto, el 21 de abril de 2005 Vázquez le reporta a su socio en Madrid sobre la supuesta opinión de Baranda por el contrato en curso del gobierno nacional con el español.
En el mail escribe: “Baranda está queriendo que los precios para Argentina no desenmascaren las barbaridades que hicieron anteriormente en Brasil, Colombia y Chile. Por eso cuanto más alto mejor y si es posible le gustaría llevarse algo (supongo que para él y sus secuaces)”.
Poco tiempo después, Vázquez y su colega, Miguel Ángel Lorente, comentan las demoras de Renfe en concretar la provisión de material.
Lorente consigna la opinión de Renfe cuyos directivos se defendían de los reclamos utilizando el caso chileno como ejemplo de normalidad en los trámites. “Lo de Chile -responde Vázquez- no es tan normal pues ha sido un motivo de una queja severa del Presidente Lagos al gobierno español por la falta de cumplimiento de RENFE”.
Dos años después, en 2007, esa compra explotó en Santiago donde tuvo consecuencias políticas y judiciales. La investigación llegó a un juicio oral donde fueron absueltos los funcionarios pero, según fuentes judiciales de ese país, la sentencia fue apelada.
Jaime podría caer en una nueva causa. En la Argentina ya está procesado por el juez Claudio Bonadio por recibir dádivas, mientras que su colega Norberto Oyarbide lo investiga por enriquecimiento ilícito, entre otras denuncias.(Fuente: Clarín)