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11 de julio de 2022

Proyecto de Ley solicitando designar con el nombre de la estación La Paternal - Diego Armando Maradona de la Línea San Martín

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria

Se encuentra en la Comisión de Transporte de la Honorable Cámara de Diputados un Proyecto de Ley solicitando designar con el nombre de la estación La Paternal - Diego Armando Maradona de la Línea San Martín.

Dicho trámite recayó en el Expte. 3376-D-2022 del 01 de Julio de 2022 del corriente año, siendo los firmantes de dicho Proyecto de Ley los Diputados Nacionales: Paula Andrea Penacca (Frente de Todos - CABA) y Sergio Tomás Massa (Frente de Todos - Buenos Aires).

Fundamentos

La designación de nombres propios a espacios públicos de orden nacional como en este caso la estación “La Paternal” del Ferrocarril San Martín es un público de gran importancia cultural, dado que permite homenajear a personalidades destacadas, patriotas, héroes y heroínas, ciudadanos y ciudadanas que han aportado a la vida de nuestra nación. A su vez, asociar formalmente sus nombres a un sitio geográfico pone en valor los vínculos de esas personas con los territorios concretos, hacen al reconocimiento del Estado de estas conexiones, y promueven su persistencia en el tiempo a través de la memoria.

Con este proyecto pretendemos poner en letra de ley un vínculo que no necesita ser explicado porque es parte de la conciencia viva de nuestro pueblo: el de Diego Armando Maradona con el barrio de La Paternal. Barrio al que llegó por primera vez en 1969 cuando se probó para las divisiones inferiores de Argentinos Juniors, club del que fue ídolo incomparable e inconmensurable, desde Cebollita a máximo goleador del fútbol nacional durante varios años consecutivos. Fueron les hinchas del Bicho quienes pudieron disfrutar y enamorarse de un joven Pelusa, que entusiasmaba con sus jueguitos en los entretiempos de los partidos de Primera División siendo apenas un niño. Y fueron también quienes primero vieron en todo su despliegue un estilo de jugar al fútbol único e irrepetible: la magia de hacer parecer fácil lo imposible, la gambeta artística, la entrega frenética y despojada, el liderazgo y el carisma para sacar lo mejor de sus pares, el encuentro entre la tenacidad del potrero y la más refinada técnica deportiva.

La Paternal fue el segundo barrio de Diego, después de Fiorito. En el 76, Maradona empezó a alquilar con su familia sobre la calle Argerich, y en 1978 entrarían a su mítica casa en Lascano 2257, entre Bernardo de León y Gavilán, hoy apodada “La Casa de D10s”.

En diciembre de 2019, visitando la cancha de Argentinos Juniors con ocasión de un homenaje a Sergio Gendler, dijo “esta es mi casa, de acá no nos vamos nunca”. Durante aquella jornada, también recordó la sensación de haber debutado en primera con El Bicho de La Paternal, contando que le temblaban las “piernitas” como dos palos de escoba.

En ese mediodía trágico del 25 de noviembre de 2020, cuando millones de almas maradonianas recibían la noticia desoladora de la partida de Diego de este mundo, miles y miles comenzaron a peregrinar a La Paternal. Con el correr de las horas, en Boyacá y Juan Agustín García se armó un santuario espontáneo, en el Estadio de Argentinos Juniors que se llama lógicamente “Diego Armando Maradona” y que curiosamente en términos formales queda en el barrio de Villa Mitre. Allí argentinos y argentinas se abrazaban, lloraban, agradecían a la vida haber estado enamorados, haber visto a Maradona. Aquella semana miles de velas, camisetas, carteles, banderas y pelotas con las que el pueblo maradoniano homenajeaba al diez cortaron totalmente el paso de la calle Boyacá. En ese punto se construyó una capilla que aloja las miles de ofrendas de aquellas jornadas de profundo dolor.

Fue también alrededor de La Paternal, en la noche de su fallecimiento en noviembre de 2020, donde se velaron sus restos. Una multitud se agolpó para recibir el coche fúnebre alrededor de la medianoche de aquella jornada trágica.

Entrada la madrugada, miles de maradonianos y maradonianas coreaban al unísono “Ole-lé, ola-lá, Diego es del barrio, del barrio no se va”.

Con Maradona ocurre un fenómeno singular. Maradona es de todos y todas, de formas tanto íntimas, como compartidas y colectivas. En cada casa, en cada calle, en cada barrio, club o ciudad por donde pasó dejó una estela inolvidable.

Regó de gloria cada suelo. Y aunque las normas de la cultura popular indican que no se puede pertenecer a más de un barrio, un club, una ciudad o una patria; Diego es reclamado como propio por Argentinos y por Boca Juniors; por Villa Fiorito y por La Paternal; por La Boca y por Nápoles; por Cuba y por la Argentina toda. Lo más bello de esta aparente paradoja es que es una propiedad compartida, sin competencia ni rivalidad, no exclusiva. Maradona es un bien común, no escaso, sino abundante. Es una pasión que se reparte y se comparte.

Por eso es absolutamente justo decir que Diego Maradona es de La Paternal, y La Paternal es de Diego Maradona, sin que eso vaya en desmedro de otros barrios, otras locaciones, otros memoriales a lo largo y a lo ancho de la patria y de todo el planeta. Porque Maradona no se vende, como el grito de guerra que dice:

"Maradona no se vende

Maradona no se va

Maradona es del barrio

del barrio de La Paternal"

La Paternal es un barrio en el que se respira Maradona: caminando por sus calles es imposible no toparse con murales, estampitas, pintadas y banderas que mantienen viva su memoria. Los vecinos y vecinas prestan las fachadas de sus casas para pintar la figura del diez gambeteando ingleses, colorean con stencils las veredas con el número 10, pegan calcomanías en las paradas de colectivo y se las ingenian de mil maneras para enaltecer la figura del hombre que hizo feliz a todo un pueblo. Porque en La Paternal el Diego fue feliz y La Paternal fue feliz gracias al Diego. Y sin el barrio, probablemente, el Diego no hubiera sido quien fue. Por eso, este homenaje no es solo para Diego Armando Maradona, es también un reconocimiento a todo el entorno barrial que contribuyó sustancialmente en la formación de Maradona, y en la construcción de uno de los íconos populares más grandes que tiene el pueblo argentino.

En cada calle de La Paternal, cientos de pibes y de pibas juegan al fútbol con pelotas improvisadas, y gambetean soñando ser Maradona. El mismo Maradona que cuando dio sus primeros pasos en el fútbol profesional, caminó por esas mismas calles.

Cabe decir que todo homenaje al Diego es justo, necesario y a la vez insuficiente. Luego de su paso a la inmortalidad, el pueblo argentino lo lloró como lo hizo con sus grandes patriotas: Eva Perón, Juan Perón, Néstor Kirchner. La memoria viva de Diego hace florecer desde entonces hasta hoy recordatorios espontáneos y planificados, públicos y privados, en el fútbol y en el resto de los deportes, en la política, en las artes y en la ciencia, en la Argentina y en el resto del globo.

Con este proyecto pretendemos sumar un pequeño mojón al proceso colectivo que ha encarado nuestro pueblo y tantos otros pueblos hermanos de maradonizar el mundo. Porque este mundo necesita urgentemente recuperar su dignidad, luchar contra las injusticias, demostrar conciencia y solidaridad, valorar lo propio y abrazar al otro; y son precisamente estos valores los que se cifran en el nombre Diego Armando Maradona, que aún desde los cielos, a los poderosos reta y ataca a los más villanos, sin más armas en la mano que un diez en la camiseta.