Fue una inauguración complicada. Sólo unas horas después de que el entonces Jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman -en compañía del ex secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime y del ex ministro de Obras Públicas de la Ciudad, Juan Pablo Schiavi- cortara las cintas blancas, un juez frenó la circulación de tres de las seis formaciones que conformaban la Línea H, por considerarlas fuera de las normas de seguridad.
Foto: Rodolfo Risciotti
La escrituración del servicio -cuyos trenes fueron tomados a préstamo de la Línea C- tampoco resultó muy ortodoxa: con una concesión precaria se le otorgó el funcionamiento de la línea que corre bajo la avenida Jujuy, a la empresa Metrovías. Pero el plazo de tres años, cuyo decreto fue firmado el 18 de octubre de 2007, venció hoy. Según la ley 670, de no mediar un concesionario privado, la operación de las líneas de subte recae automáticamente en Subterráneos de Buenos Aires (SBASE).
Como en la actualidad, la empresa estatal no está en condiciones de hacerse cargo del servicio, y frente a la posibilidad de un vacío legal, la gestión macrista decidió hoy forzar la renovación de la concesión precaria a Metrovías, y esta vez por un plazo de cuatro años.
“Para el 2014, esperamos contar con ocho estaciones más, que posibiliten completar el recorrido de Pompeya a Retiro. Recién en ese momento, sería viable una explotación comercial de la línea”, precisaron hoy desde SBASE.
Un asunto a considerar, para el Estado o para otra empresa que concesione el servicio, es el costo del boleto. Es que la tarifa de 1,10 –que se logra gracias al subsidio nacional que rige para Metrovías- se iría a 2,50 con una suba inmediata estimada en $ 1,40 por ticket.
Los trenes denunciados
Diez días antes de las elecciones presidenciales de 2007, el ahora procesado Ricardo Jaime firmó la autorización para la corrida de los coches Siemens O&K, cuyo mantenimiento se encontraba bajo fuertes cuestionamientos técnicos y judiciales.
El entonces director de SBASE, Alejandro Franco, presentó una denuncia judicial que acusaba las falencias en el mantenimiento de los coches Siemens, hasta entonces a cargo de la línea C.
Tras la renuncia de Franco, Jaime otorgó el permiso para la circulación de los trenes, y el 18 de octubre de 2007, participó junto a Telerman de la inauguración de la línea. Pero el asunto no terminó allí, porque horas después del acto de apertura frente a las cámaras, el juez Juan Vicente Cataldo consideró que tres de las formaciones -en total eran seis-no cumplían con las normas mínimas de seguridad y ordenó que interrumpieran de inmediato su recorrido. (Fuente: LaPolíticaonline)