EMPRESAS
La empresa vasca recorta su beneficio, pero mejora márgenes y
expectativas
Cambio de agujas en CAF. El constructor ferroviario, que desde hace
varios trimestres viene reduciendo la velocidad de crucero con la que ha
atravesado el grueso de la actual crisis económica, ha reducido sus beneficios
en los nueve primeros meses de 2013 a niveles de hace cinco años y ha recortado
sus ventas en casi un 14%, pero también ha mejorado sustancialmente su
resultado bruto de explotación (ebitda) y sus márgenes, y con ellos, las
recomendaciones de inversión en sus acciones de la mayor parte de los analistas
que siguen la evolución de esta compañía en Bolsa.
Oaris, en la imagen, es el tren de alta velocidad creado por CAF
Con el cambio de vía y de velocidad, confirmado ya en junio por su
presidente, José María Baztarrika, en la junta general de accionistas, CAF
pretende dar respuesta a la creciente presión competitiva ejercida por sus
competidores tradicionales y por los nuevos actores asiáticos, y también al
proteccionismo rampante de las políticas industriales de los Gobiernos, que
promueven un mayor componente local en las adjudicaciones. Factores que
llevaron al fabricante vasco a registrar un ligero descenso en sus ventas en el
ejercicio de 2012 (1.721 millones de euros) y una caída mayor, del 23%,
impulsada también por el crecimiento del tipo del impuesto de sociedades, en su
beneficio (100 millones).
Para afrontar el nuevo escenario, según Baztarrika, el grupo está optimizando
el coste industrial de sus vehículos y rodajes y reduciendo de forma notoria el
coste de vida de los productos. Está centrándose exclusivamente en los mercados
de ciertos países emergentes, en Oriente Próximo o la región Asia-Pacífico, y
en áreas de gran volumen y exigencia como Europa o EE UU. CAF apuesta,
finalmente, por el desarrollo de productos que le permitan acceder a otros
segmentos de negocio.
Unas recetas que, en opinión de los analistas, están empezando a dar
resultados. La mejora del ebitda y de los márgenes sobre ventas de CAF en sus
cuentas a 30 de junio y a 30 de septiembre, apuntan estos expertos, se ha
debido en gran medida a la contribución de los contratos suscritos por
prestación de servicios (PPP) y de mantenimiento al total de la facturación del
grupo. Analistas de Bankia han destacado en informes recientes la creciente
aportación a los resultados de esta compañía ferroviaria de sus actividades de
alquiler y mantenimiento de trenes y material rodante.
CAF, agregan los analistas, responde cada vez más al modelo de empresa
contratista que con poco capital e inmovilizado material mueve un gran volumen
de dinero. Los contratos llave en mano y las concesiones, fórmulas a las que
recurre con frecuencia, le suponen, sin embargo, diferir y escalonar en varios
años el cobro de los contratos, lo que repercute en un incremento de su
endeudamiento para hacer frente a la financiación de estas obras, servicios o
suministros.
El recorte de un 15% en su resultado de los nueve primeros meses lo
atribuye CAF a una dotación extraordinaria de 23,6 millones realizada para
sanear inmovilizado, sobre todo inmaterial. Eliminando estas provisiones, que
no han supuesto salida de caja, el beneficio neto de la compañía se habría
situado a 30 de septiembre ligeramente por encima del registrado en igual fecha
de 2012.
Las dos grandes bazas de CAF, en todo caso, siguen siendo su
internacionalización y su cartera de pedidos. El mercado español solo supuso el
18,4% del total de su facturación en los nueve primeros meses de este año
(1.113,8 millones de euros), y su cartera de pedidos a 30 de septiembre alcanzó
los 4.825,5 millones, de los que más del 85% correspondían a proyectos
internacionales.
Entre estos últimos contratos destacan los de suministro de trenes de
cercanías para ciudades de Brasil (São Paulo, Belo Horizonte y Recife), Italia
(Trieste), Montenegro, Nueva Zelanda (Auckland) y para el EuskoTrenbideak; de
trenes de mayor alcance para la empresa Amtrak de EE UU y para Arabia Saudí; de
suministro de tranvías para las ciudades de Granada, Málaga, Estocolmo,
Houston, Kaoshiung (Taiwán), Sidney y Tallín, entre otras; y de unidades de
metro para las redes de Roma, Bucarest, Caracas, São Paulo y Helsinki.
Hace unas semanas, por último, la agencia rusa Ria Novosti desveló que
CAF y el grupo local Sinara van a abrir una planta para fabricar vagones de
metro, trenes ligeros y tranvías en Rusia.
La cartera de pedidos de CAF, pese a su cuantía y diversidad, se ha
visto afectada por la paralización y supresión de algunos proyectos
ferroviarios internacionales, lanzados por distintos Gobiernos antes del
estallido de la crisis, sobre todo en Europa, y por la reducción de márgenes en
el sector.
También se han retrasado por falta de presupuesto proyectos y adjudicaciones
de elevada cuantía, como el enlace de Madrid y París con trenes de alta
velocidad, o la licitación de una línea de alta velocidad entre Río y São
Paulo, presupuestada en 2.450 millones de euros y que era un primer adelanto de
un programa más amplio y ambicioso en Brasil (13.000 millones de euros
destinados a construir y explotar líneas AVE).
CAF, que tiene ya una planta en este país, ultimaba en agosto, antes de
conocerse el aplazamiento de un año del concurso de adjudicación, un consorcio
para competir por el contrato brasileño con otros grupos, entre los que se
halla uno integrado por las españolas Renfe y Talgo. La anunciada posible
apertura a operadores privados de líneas de AVE en España le abre, sin embargo,
otras expectativas de negocio.
Talgo, Alstom y Vossloh
El fabricante vasco de trenes cree que, pese a la crisis, las
perspectivas de su sector son "razonablemente positivas" tras el
anuncio de la UE de su intención de aumentar de forma significativa las
inversiones en transporte ferroviario que venía realizando con fondos
estructurales y de cohesión.
Además, según The European Railway Industry, se esperan para 2015-2017
inversiones por valor de 170.000 millones de euros en el sector ferroviario
mundial.
La suerte, sin embargo, es desigual entre los fabricantes de trenes
radicados en España. Talgo, que ultima trabajos ligados a su participación en
el proyecto del tren de alta velocidad entre La Meca y Medina, en Arabia,
adjudicado a un consorcio español, se ha hecho recientemente con un contrato de
482 millones para suministro de trenes de larga distancia a Kazajistán.
La francesa Alstom, que acaba de anunciar 1.300 despidos (la mayoría en
Europa), exige en Cataluña a sus trabajadores nuevos sacrificios para
garantizar la producción de su planta de Santa Perpetua.
Mejor le va a la planta de otra multinacional en España. Vossloh ha
encargado a su fábrica de Albuixech (Valencia) 70 locomotoras para la
sudafricana Swifambo Rail Leasing. Un pedido por valor de 250 millones de
euros.ElPais.es