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La empresa
estatal, que responde a De Vido, ejecutará el soterramiento; menos poder para
Randazzo
Ni la Secretaría de
Transporte ni la
Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). El
soterramiento del ferrocarril Sarmiento, la mayor obra ferroviaria del país,
recaerá en manos de AySA, la empresa estatal de saneamiento de aguas y cloacas.
Aunque
todavía la decisión del Gobierno no fue formalizada, según pudo confirmar LA NACION con diversas fuentes
del sector, ya existe un contrato que está a la firma del Ministerio del
Interior, de quien depende desde hace algunos meses el área de Transporte, y de
la Secretaría
de Obras Públicas, que está bajo la órbita del Ministerio de Planificación.
En rigor,
AySA será así la encargada de gestionar los 11.000 millones de pesos que fueron
presupuestados para la obra, que ya lleva por lo menos cuatro años de demora y
hoy se encuentra prácticamente paralizada. Pero la construcción del túnel que
permitirá evitar accidentes en los pasos a nivel del tendido que une Moreno con
Once seguirá en manos del consorcio Nuevo Sarmiento, a quien ya el Gobierno le
había adjudicado la obra a través de una licitación hace dos años.
Consultados
al respecto, no obstante, en AySA no hicieron declaraciones, mientras que en el
Ministerio de Planificación directamente no respondieron a las llamadas ni a
los correos electrónicos de LA
NACION.
La decisión
del Gobierno llama la atención, en principio, por el simple hecho de que recaiga
en AySA, una compañía estatal gestionada por el sindicato de Trabajadores de
Obras Sanitarias, la mayor obra del sector ferroviario.
Hasta ahora,
la administración de los fondos para el soterramiento del Sarmiento estaba en
poder de la ADIF. Sin
embargo, el borrador del contrato con AySA, que ya está circulando,
contemplaría la rescisión del contrato suscripto en mayo de 2010 entre la ADIF y la Secretaría de
Transporte.
"AySA va
a administrar el contrato y hacer todo el control de la obra", explicó una
fuente involucrada en la obra, que pidió no ser identificada. "La empresa
tiene experiencia con la tunelera por la obra en la planta potabilizadora de
Paraná de las Palmas", esgrimió.
UNA INTERNA POLÍTICA
Más allá del
objetable expertise de AySA en temas ferroviarios, quienes participan del
negocio de obra pública destacan que la decisión de darle a la empresa de aguas
la gestión del dinero para el Sarmiento es llamativa también, porque implicaría
volver a poner en la órbita de la
Secretaría de Obras Públicas, que depende del Ministerio de
Planificación, la gestión de una inversión millonaria que, con el traslado de
Transporte a Interior, había quedado en manos del ministro Florencio Randazzo.
AySA, según el organigrama del Estado, depende del subsecretario de Recursos
Hídricos, Fabián López, que a su vez forma parte de la Secretaría de Obras
Públicas.
Pese al
silencio oficial, algunas fuentes involucradas con el proyecto relacionan
además el inminente traspaso a AySA con temas presupuestarios, ya que siendo la
empresa de saneamieto de aguas una sociedad anónima, sería más fácil para el
Gobierno cumplir con el reclamo de todo desarrollador de obra pública de poder
ir actualizando los costos ante el avance de la inflación.
El
soterramiento del ferrocarril Sarmiento se encuentra, de hecho, nuevamente
demorado, debido a que el Gobierno no está cumpliendo con los desembolsos de
fondos comprometidos originalmente en los pliegos de la obra. Para poder
avanzar, detallaron, faltaría activar la fábrica de los bloques de hormigón que
se colocarán en el túnel a medida que la tunelera avance, y que se ubicaría
donde se encuentra el obrador de Haedo, en el oeste del conurbano bonaerense.
El consorcio
Nuevo Sarmiento está encabezado por la constructora Iecsa, de Angelo
Calcaterra, e incluye a las empresas Odebrecht, Comsa y Ghella.
La obra del
ferrocarril fue anunciada por la administración Kirchner en por lo menos cinco
ocasiones, la última, a mediados de este año, después de que Randazzo se
hiciera cargo de Transporte. Y es que si bien el proyecto ya había sido
adjudicado en 2008, por retrasos en la adecuación de precios había quedado
paralizada. Pero con la tragedia de Once, en la que murieron 51 personas, en el
gobierno nacional reactivaron el proyecto y prometieron que las obras estarían
finalizadas en 2015.
El túnel por
construirse tendrá 10,40
metros de diámetro y contará con dos vías para la
circulación de las formaciones. Cada 400 metros habrá salidas de emergencia, con
escaleras metálicas con descanso y espacios para bajar camillas.
UN PROYECTO COMPLICADO
Según los
tiempos acordados inicialmente con el consorcio Nuevo Sarmiento, la tunelera
Argentina, por la que el Estado pagó 40 millones de euros, iba a completar el
primer tramo, entre Haedo y Caballito, en diciembre del año próximo. En un
plazo total de 44 meses, en 2015, el soterramiento de ese recorrido
reemplazaría a la actual traza de superficie.
La semana
pasada, entretanto, el presidente de la Auditoría General
de la Nación
(AGN), Leandro Despouy, reclamó a la Justicia que investigue a AySA y al secretario de
Ambiente, Juan José Mussi, como presuntos corresponsables de las supuestas
irregularidades en las obras de saneamiento de la cuenca del río
Matanza-Riachuelo.LaNación