ACTUALIDAD
Redacción CRÓNICA FERROVIARIA
Se encuentra en la
Comisión de Transporte de la Honorable Cámara
de Diputados un proyecto de Resolución solicitando al Poder Ejecutivo Nacional
(P.E.N.) informes sobre diversas cuestiones relacionadas con los reiterados
descarrilamientos de las formaciones de trenes de la Línea Mitre
Dicho trámite recayó en el Expte. 6153-D-2012 del 04 de Septiembre del
corriente año, siendo los firmantes de dicho proyecto de Resolución los
Diputados Nacionales: Mario Raúl Negri (UCR Córdoba), Ricardo Luis Alfonsín
(UCR Buenos Aires), Miguel Ángel Giubergia (UCR Jujuy) y Manuel Garrido (UCR
C.A.B.A.)
Fundamentos
Las redes ferroviarias en nuestro país han servido para mejorar la
comunicación entre los pueblos, ha sido vía de acceso a muchas localidades,
formación de nuevos pueblos y ciudades, un medio económico y rápido de acortar
distancias.
Muchos entendemos que es un bien que el estado debe mantener en forma
estratégica, ya que es un medio idóneo para comunicar y noble como herramienta
para nuestras economías regionales. Refuerza de esta manera nuestro federalismo
y la cooperación entre las provincias, con los municipios y éstos con los
pueblos más remotos y recónditos.
Desde la implementación del neoliberalismo de los años 90, el ferrocarril
fue víctima de un gran desguace producto de la política de privatización y
entrega característica de esa década, que tuvo entre sus "botines"
más preciados a este fiel exponente del federalismo, la solidaridad, la
integración y el desarrollo regional.
Desde entonces el deterioro del sistema ferroviario ha sido constante.
Ello estuvo acompañado de controles ineficientes -por desidia o corrupción- y
omisión por parte de autoridades ejecutivas de recomendaciones explícitas
formuladas oportunamente por organismos de control, a iniciativa de
legisladores y funcionarios de la oposición. Una serie de trágicos
acontecimientos, que han tenido al tren como protagonista, nos muestran de
forma descarnada a lo que puede llevar tales omisiones o incumplimientos.
Este principio de año fuimos testigos de una de las peores tragedias que
recuerde la historia del ferrocarril en nuestro país, aquella del 22 de
febrero, que dejó un saldo de 51 muertos y cientos de heridos en la estación de
Once del ex ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento, en la ciudad de Buenos
Aires. Este hecho nos obliga a indagar sobre la responsabilidad que le cabe al
estado en su función de regulador y contralor de las empresas de servicios
públicos en general y de transporte de pasajeros en particular.
De innumerables maneras, éste y otros hechos venían alertando sobre la
precariedad del sistema: descarrilamientos, suspensión del servicio, demoras en
la salida y llegada de las formaciones, deficiencias en las medidas de
seguridad, falta de mantenimientos de los rodados, falta de seguridad en los
andenes, falta de control de las formaciones, pésimo estado en las estaciones,
abandono de las normas de salubridad, falta de cubrimiento del tercer riel, de
los cruces a nivel y puentes peatonales...
En el caso tanto de la línea de pasajeros del ex ferrocarril Domingo F.
Sarmiento, como de los ramales de la ex línea Mitre, además de las múltiples
investigaciones periodísticas y las numerosas expresiones de los pasajeros que
utilizan diariamente su servicio, existen las observaciones formuladas por la Auditoria General
de la Nación
la Numero 303/09 y en el informe aprobado por Resolución AGN 23/2008 que, de
haber sido escuchadas y consideradas, quizás hubieran ayudado a evitar el
desenlace trágico que lamentáramos aquel mes de febrero de 2012.
En las últimas semanas, tres descarrilamientos en un lapso tan breve de
dos días (uno de ellos el 6 de agosto y dos el 7 de agosto); cabe mencionar que
estos sucesos se produjeron en años anteriores también, producto en el 90% de
los casos por falencias en el material rodante, y por el estado de
infraestructura vial. El atraso en la ejecución de obras en la ex línea Mitre
dejó como saldo seis coches eléctricos fuera de servicio. A ello hay que
agregar innumerables inconvenientes en el servicio, el trauma cotidiano de los
pasajeros que viajan hacinados y la falta de condiciones mínimas de seguridad y
respeto hacia el usuario mencionadas más arriba.
La gestión de control de la
CNRT da cuenta de un alto grado de deterioro de la
infraestructura de vías y obras debido a la falta de mantenimiento en forma
metódica y sistemática. Por su parte TBA justificaba la falta de mantenimiento
de la infraestructura de vías, producto del atraso de las inversiones a cargo
del estado concedente: actuación AGN N° 303/09.
Entre las observaciones de la
AGN se señalan, entre otras cosas, falencias de mantenimiento
y falta de inversión comprometida y no ejecutada:
- Se advierte que los distintos componentes del sistema de vía presentan
un estado deficitario, ante lo cual -y como paliativo de la situación- se
imponen restricciones a las velocidades máximas de circulación de las unidades
y deficiencia en los pasos a nivel, entre otras.
- Con relación al material rodante, el concesionario no ha realizado el
mantenimiento adecuado ni tampoco ha brindado ni brinda respuestas técnicas a
las irregularidades detectadas por la Comisión Nacional
de Regulación del Transporte (CNRT) mediante sus inspecciones de seguridad a
dicho material. Esto ya había sido observado por informes anteriores (diciembre
de 2009), bajo el numero de expediente S01: 0013559/2008 donde se señalan
recurrentes faltas de respuesta del concesionario ante pedidos de información
de la CNRT: El
Concesionario no da respuesta a los pedidos de información y/o aclaratoria
respecto a los planes de mantenimiento 2005 de vía y obras presentados
oportunamente... Incumplimiento de TBA en la presentación en tiempo y forma de
información bimestral establecida contractualmente.
Por otra parte, los operativos de control realizados por la Gerencia de Seguridad en
el Transporte (GST) dejaron claras muestras de la negligencia con que se maneja
el concesionario TBA: "Si se analizan las observaciones efectuadas en los
operativos de control realizados por la
GST, surge que las falencias más frecuentes, y en general
recurrentes en casi todas las unidades inspeccionadas, que tienen directa
relación con la falta de mantenimiento, son: falta de certificado de
habilitación o certificados de habilitación técnica vencidos; falta de
indicación visible del sistema de despresurización de puertas para casos de
emergencias; freno de mano inoperante; volante de freno de mano faltante;
ventanas c/ rejas de alambres fijas; cilindro de freno inoperativo; zapada de
freno fuera de banda de rodadura o acanalada; banda de rodadura deformada o
exfoliada o acanalada o con lengüetas de material; pestañas de ruedas fuera de
norma; pedestal de ruedas figurados; falta collar de control de ultrasonido;
falta de redentores de puertas; faltas de luces de cola. En todos los casos se
recomendó corregir las anomalías constatadas antes de poner las unidades en
servicio.
Los recientes hechos que afectaron a la ex línea Mitre deben llamar la
atención y alertar por el grave daño y estado de deterioro que tiene nuestro
sistema ferroviario argentino, para no seguir lamentando hechos fatales. Hace
falta una verdadera política ferroviaria, garantizar la seguridad en el
transporte, asegurar que los recursos destinados a mejorar el servicio se
efectivicen donde corresponde y encarecer la responsabilidad de quienes tienen
en sus manos el destinos de miles de pasajeros y de quienes controlan. Los
entes que sirven como medio auditor deben ser escuchados minuciosamente en sus
informes para minimizar la ocurrencia de accidentes.
Este "plan de acción" lanzado desde el Ministerio del Interior
es fundamental. De ahí que cómo se destinen sus recursos y cómo se los
distribuya en función de las necesidades de la ex línea Mitre y del sistema
ferroviario en su conjunto, es crucial para asegurar un servicio seguro y
confortable a los pasajeros.
Por los motivos expuestos, señor Presidente, solicitamos la aprobación
del presente proyecto de Revolución.