Nota de Opinión
Por: Ester Litovsky (Directora de Planeamiento Estratégico de Emova y presidenta de la Unión Internacional de Transporte Público (UITP) América Latina) para el Diario La Nación
La movilidad está cambiando en todo el mundo. La congestión, la crisis climática, la contaminación atmosférica y acústica, los accidentes de tránsito, la segregación social y otras externalidades negativas, están impulsando estos cambios. La movilidad sostenible es un requisito fundamental para tener ciudades sostenibles. Esto se garantiza con el transporte público como eje vertebrador, integrado con la movilidad activa (a pie y en bicicleta) y con los nuevos servicios de movilidad que están apareciendo (como la movilidad compartida y a demanda), para el primer tramo y el último.
La salida de la pandemia representa una magnífica oportunidad para impulsar los cambios requeridos. El subte de Buenos Aires y los sistemas ferroviarios del Área Metropolitana de Buenos Aires, particularmente, continúan experimentando una disminución en la demanda ocasionada principalmente por el teletrabajo, a lo que se suma que el estudio, la realización de trámites y consultas médicas se continúan realizando, en un porcentaje relevante, de forma virtual. Sin embargo, este panorama no se replicó en el uso del auto particular, cuyo nivel de utilización es similar, y en algunos casos superior, a los niveles alcanzados en el año 2019.
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿qué acciones podríamos llevar adelante para promover una alternativa de movilidad más eficiente, amigable con el medio ambiente y más justa desde el punto de vista social? Sin duda, se deben realizar las inversiones necesarias y aplicar la innovación en nuevas tecnologías, que permitan continuar mejorando la calidad del transporte público, de forma de incentivar que los usuarios actuales del auto particular se sientan atraídos a cambiar su opción de movilidad, por considerar que el transporte público les brinda una alternativa más rápida y de calidad.
La tendencia que actualmente se está llevando adelante en los países más desarrollados, es la implementación de una solución integral llamada Movilidad como Servicio (MaaS: Mobility as a Service). MaaS brinda una solución de movilidad completa, integrando y brindando acceso a diferentes servicios de transporte (como el transporte público, viajes compartidos, bicicletas, alquiler de autos, etc.) en una única oferta de movilidad digital, con un sistema de transporte público eficiente como columna vertebral, integrado con la movilidad activa. MaaS está disponible en todo momento y puede ofrecer planificación, reserva y pago, así como información en tiempo real a través de una plataforma o aplicación, para facilitar la movilidad.
Esto nos brinda una gran oportunidad para ofrecer nuevas y mejores alternativas a quien hoy elige el auto particular para movilizarse, facilitándole, de una manera sencilla, las distintas opciones para que puedan encontrar la que mejor se adapte a sus necesidades.
Una herramienta como esta resulta de mucha utilidad e interés para la comunidad y para las autoridades, que deben promover que la oferta integrada se construya con el transporte público masivo y los modos activos como su corazón.
Para lograr este objetivo, se requiere que haya normas, controles y gobernanza adecuados. El marco regulatorio debe garantizar que el transporte público masivo y los modos activos sean la columna vertebral de la movilidad, para poder cambiar los hábitos de viaje de los ciudadanos hacia alternativas más sostenibles y así optimizar nuestros sistemas de movilidad urbana.
Para ello, debe haber un fortalecimiento de la integración público-privada con un objetivo en común: promover el transporte público masivo para construir ciudades más limpias, inclusivas, productivas y eficientes.
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