Trenes Turísticos
El 27 de agosto del 1888, el gobernador cordobés José Echenique mandó al poder legislativo provincial un proyecto de ley para construir un ferrocarril a través del valle de Punilla. El 1 de octubre del 1888, el poder ejecutivo autorizó a contratar a Otto Bemberg y Cía para construir el ferrocarril de Córdoba a Cruz del Eje para el transporte de carga y pasajeros, y explotarlo durante 55 años.
El ramal completo se inauguró el 2 de julio de 1892 y su apogeo se dio a mediados de 1960, cuando este ramal llevaba a gran cantidad de habitantes del Valle de Punilla, así como a turistas provenientes de las ciudades de Córdoba, Buenos Aires y Rosario por módicos precios.
En 1977 este servicio de trenes dejó de funcionar. Con la reestructuración de la red ferroviaria argentina llevada adelante por el gobierno de Carlos Menem. El ramal A-1 del Ferrocarril Belgrano fue transferido a la provincia de Córdoba, cuyo gobierno de entonces se declaró “incapaz de financiar al servicio”.
En 1993 el Grupo Alcázar, una sociedad de capitales cordobeses que explotaba el zoológico de la ciudad de Córdoba y el Autódromo Óscar Cabalén, pidió y obtuvo la concesión para operarlo como tren turístico. Durante siete años la empresa operó el servicio entre la capital cordobesa y Capilla del Monte, unos 100 kilómetros, pero en el 2001 dejó de circular a raíz de ciertos inconvenientes judiciales.
Años después la concesión fue cancelada por el gobierno cordobés, y en 2007 la provincia revirtió el manejo del ramal al gobierno nacional, en el marco de un plan de reactivación a través de una nueva concesión.
El 10 de agosto de 2007 se llevó a cabo la reinauguración de una parte del ramal, precisamente el trayecto Rodríguez del Busto-La Calera, reimplantándose el servicio de pasajeros.
A mediados de agosto de 2007 se puso en funcionamiento la fase experimental, correspondiente a la primera etapa, entre las estaciones Rodríguez del Busto y La Calera.
Para este servicio se incorporaron tres nuevas formaciones con capacidad para 117 pasajeros cada una.
El 7 de julio de 2008 se habilitó el tramo La Calera-Cosquín, pasando por uno de sus mayores atractivos naturales, La quebrada de Bamba, en donde se encuentra una estación de ascenso y descenso de pasajeros.
El 22 de junio de 2009 la nueva cabecera de salida del tren era la estación Alta Córdoba, con motivo de la implementación del Ferrourbano, que implicó la rehabilitación del tramo R. del Busto-Alta Córdoba. De esta forma, R. del Busto pasó a ser una simple estación intermedia.
A 2013 el servicio tiene como cabecera nuevamente la estación Rodríguez del Busto. El acceso a Alta Córdoba está suspendido por conflictos suscitados en las villas de emergencia que atraviesa la traza.
Desde septiembre de 2013 la empresa estatal Trenes Argentinos se hace cargo de estos servicios.
El 16 de marzo de 2015 se reactivó nuevamente el tramo entre Rodríguez del Busto y Alta Córdoba. En ese año, las formaciones Alstom comenzaron a ser reemplazadas por los cochemotores Alerce de la firma EMEPA
En febrero de 2017, el recorrido entre Alta Córdoba y Rodríguez del Busto fue nuevamente suspendido.
En mayo de 2018, el servicio volvió a recorrer su trayecto original (Alta Córdoba – Cosquín). En diciembre de 2019, volvió a llegar a la Estación Mitre. En agosto del 2021, volvió a llegar a Casa Grande y Valle Hermoso.
En 2022 se anunciaron obras para extender su recorrido hacia las localidades de La Cumbre y Capilla del Monte, ahora finalmente concretado. Las autoridades del Ministerio de Transporte y de Trenes Argentinos se comprometieron a hacer llegar en poco tiempo más, el servicio a la estación cabecera del ramal, Cruz del Eje, con lo cual se recuperaría el recorrido completo.
Volvió el Tren de las Sierras a transportar turistas entre Córdoba y Capilla del Monte
Por Claudio Benites
Había pasado largamente el mediodía cuando la formación de duplas Alerce mostró su silueta por la cabecera de la estación Capilla del Monte. Era el primer servicio regular que, partiendo desde la ciudad de Córdoba, volvía a arribar a este destino enclavado al pie del Cerro Uritorco, 50 años después de aquella última aparición.
Si bien el lunes, en lo que constituyó la denominada “Marcha Blanca”, ya se había concretado el retorno del tren, y esta mañana también había llegado una formación que había partido desde Valle Hermoso, éste era el primer servicio que devolvía la vinculación con la capital provincial.
Entonces, una catarata de recuerdos inundó a los más de cien vecinos que se habían agolpado en el andén para recibir al tren.
Si bien el tren, en sus comienzos tenía una modalidad de servicio de transporte de pasajeros y carga entre poblaciones, fue durante las décadas de los años 30, 40, 50 y aún en los 60, que alcanzó su máximo esplendor como motor del Turismo en la región.
Hasta que, en los años 70, de la mano del gobierno de Carlos Menem, iniciara su camino a un largo ostracismo, del cual fue renaciendo lentamente, hasta esta culminación, largamente celebrada.
Debido a que su recorrido atraviesa una zona de extraordinarios paisajes, como el Valle de Punilla, actualmente la mayor parte de sus pasajeros son turistas, como lo eran quienes llegaban en tren desde Buenos Aires, Rosario o cualquiera de las poblaciones ligadas a ese ramal del ferrocarril Mitre.
Así, arribaban a Córdoba Capital ya en el tren Rayo de Sol o en el Serranoche y en la estación del Mitre, abordaban la formación de El Capillense. Un tren tirado por una máquina, con más de una docena de vagones de primera y segunda clase y Coche Comedor, que iba entregando pasajeros a lo largo de todo el Valle de Punilla, alimentando el turismo en localidades como Cosquín, Valle Hermoso, La Falda, Villa Giardino, La Cumbre, hasta Capilla del Monte.
Claro que también estaban las opciones de Coches Motores, que partían en gran parte desde la estación Alta Córdoba del ferrocarril Belgrano, y que también les brindaban a los turistas la posibilidad de recorrer en tren las distintas localidades del Valle, permitiéndoles ir y venir de un lugar a otro, a partir de la oferta múltiple de servicios diarios.
Víctor es un oriundo de la localidad de Huerta Grande. Hoy regentea el hotel que fuera de su padre, quién lo instaló a fines de la década del 40. “Mi padre me contaba, yo apenas tengo recuerdos vagos, que los turistas llegaban en el tren y los iban a buscar en los carruajes que tenía el hotel. Era la época dorada, donde todos querían venir a Córdoba por su clima”.
Fue de esa manera que se nutrieron emprendimientos icónicos del Valle, como el Hotel Edén de La Falda, o las reservadas y lujosas viviendas de famosos, ocultas entre las sierras, en La Cumbre o Cruz Chica.
Hoy, los servicios parten tanto desde la estación Mitre, como de Alta Córdoba, pero para hacer el recorrido completo hasta Capilla del Monte, se lo puede abordar en la estación Mitre. Desde allí, luego de un recorrido por la ciudad, inicia su periplo hacia las sierras, dejando atrás Rodríguez del Busto, que fuera anteriormente estación cabecera.
Es a partir de entonces, es cuando el paisaje se hace dueño. La pared serrana a un lado, el río abajo y el recorrido zigzagueante entre enormes columnas verdes, subyuga, transporta y ayuda a comprender por qué, es uno de los trenes turísticos más reconocidos del país y con repercusión en gran parte del mundo.
Después de atravesar dos túneles, viajar bordeando el Lago San Roque, la formación se adentra en pleno Valle de Punilla, abriendo vegetación, acariciando pueblos, subiendo y bajando los cerros hasta extenderse en una breve llanura, más allá de La Cumbre, antes de besar el andén de Capilla del Monte.
El recorrido completo, incluido un trasbordo en Valle Hermoso, demanda alrededor de cinco horas, pero tomar el Tren de las Sierras, no es una cuestión de tiempo, implica un cambio de ritmo, no sólo por la velocidad tranquila con la que circula el tren, sino por la vivencia particular de estar ante el imponente paisaje serrano, con su vegetación autóctona, sus arroyos cristalinos y su entorno de belleza singular.
Es un momento de pausa en el trajín cotidiano, es parte de la paz que el turista busca al visitar las sierras. Fue, es y seguramente será, una porción más de la geografía cordobesa. Algo que tal vez, nunca debió perder.
Inaugurado el 2 de julio de 1889, después de muchas idas y vueltas, en agosto del 2021 el tren volvió a llegar hasta Valle Hermoso. Hasta allí estuvo funcionando hasta hoy, cuando una formación con más de 100 pasajeros a bordo volvió a sacudir la casi siesta capillense para prometer un retorno “sin vuelta atrás”, como reclamó Adrián, un viejo ferroviario jubilado que, hasta ahora, gastaba sus días sentado en la estación, añorando volver a ver el tren.LaJornadaWeb.com
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