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Esta vez no fueron las vías o las huelgas, sino que el consorcio Itapúa Logística decidió no aceptar más pesos y cobrar el pasaje en guaraníes lo que, por cuestiones cambiarias, eleva ostensiblemente su valor.
La inaudita decisión tomada por el consorcio Itapúa Logística de intentar poner una casilla de cobro para no aceptar pesos para la venta del boleto desde la vecina orilla hasta Posadas provocó este viernes que cientos de pasajeros quedaran varados del lado paraguayo, porque los administradores de la boletería que responden al Tren Z recibieron la orden de no vender boletos bajo esas condiciones y, a falta de quien cobre el pasaje, el servicio se brindó únicamente desde la capital misionera hacia Encarnación, para la ida.
Se complica el usuario
Las tensiones entre los tres actores que tienen injerencia en el servicio no son nuevas, pero tienen como perjudicado central al usuario.
La primera ruptura ocurrió en septiembre de 2022, fue inclusive un papelón internacional porque al día siguiente de su reapertura con bombos y platillos se tuvieron que suspender los viajes.
Ocurrió que paraguayos (Itapúa Logística y Misión Guaraní) y argentinos (Ferrocarril Casimiro) no se habían puesto de acuerdo sobre quién iba a cobrar el boleto en la estación de Encarnación y en el primer día se instalaron dos boleterías “gemelas”, una por cada país, sin que una parte reconociera a la otra el derecho a cobrar el boleto. Esto derivó en que, finalmente, nadie pudo abordar en la estación Encarnación y la formación volvía vacía desde Paraguay.
Algo similar ocurrió ayer, Itapúa Logística bajó línea para cobrar el nuevo valor con la orden de que solo sea en guaraníes y ante el dilema monetario, por la gran diferencia de más del 300% entre el pasaje de una orilla y el de la otra, la decisión fue de no atender la boletería para nada.
Como consecuencia de esta irregularidad, estando en Encarnación nadie pudo subir al tren para el regreso, con el agravante de que los pasajeros, quienes sin conocer esta situación fueron hasta la vecina ciudad para hacer compras tuvieron que volver con otros medios de transporte que son sinónimo de muchas más horas de espera para cruzar el viaducto.
Al cierre de esta edición no se había resuelto el conflicto y se estimaba que la misma situación podría repetirse en la jornada de hoy: servicio normal para ir a Paraguay pero no para volver.
Juan Ángel Cabrera, representante de Misión Guaraní SA, en quien el Grupo dueño del Tren Z tiene delegadas algunas funciones en Encarnación (Paraguay) habló con este Diario sobre lo ocurrido y se explayó sobre los agravantes del conflicto que dejó sin servicio a la gente que quería volver en tren.
“En septiembre del año pasado irrumpió sorpresivamente un consorcio (Itapúa Logística) del cual no me consta la existencia de ningún contrato a raíz de una supuesta concesión de Fepasa durante la gestión presidencial anterior (Lauro Ramírez) y a partir de ahí se tuvo como efecto el incremento de costos para el usuario sin ningún tipo de mejoras en las instalaciones, que a la fecha se volvieron incómodas y extremadamente precarias”, expuso cabrera
“Toda la crisis de hoy (por ayer) se desencadenó por la decisión unilateral del consorcio y estamos a la espera de que Fepasa tome cartas en el asunto para que el consorcio recapacite y cumpla el rol que le cabe y nada más que eso”, finalizó.
Una relación que comenzó con diferencias y empeora
El presidente de Fepasa, Facundo Salinas, también manifestó a medios encarnacenos que si bien Itapúa Logística intentó habilitar su casilla de cobro de pasajes “no puede cobrar boletos, nos son atribuciones dadas por lo tanto vamos a tener que tomar cartas en el asunto”.
“Queremos subsanar el asunto lo más rápidamente posible por los pasajeros que quedan en el medio y son nuestra preocupación. No entendemos esta determinación, vamos a tratar de llegar a un acuerdo, pero sí es cierto que se generó un fricción innecesaria e inconsulta. Ellos no tienen autorización para cobrar tarifas que es algo que está regulado por el lado argentino. La estación del lado paraguayo es propiedad de Fepasa por lo tanto nos compete intervenir”, aseguró Salinas.
Y agregó: “Yo heredé esta concesión y no la concedí y por lo tanto la vamos a revisar”.
Por su parte, el representante de Misión Guaraní SA, Juan Ángel Cabrera, fue más allá al rechazar cualquier atribución del consorcio por haber logrado permisos de aparente dudosa manera “porque nunca me mostraron que tienen los papeles y desde que se hicieron cargo de la administración de las instalaciones de la estación de Encarnación no pasan ni el más mínimo estándar de calidad y tenemos pruebas”, acotó.
Cabrera se refería a imágenes del lugar tomadas en distintas áreas para dejar en evidencia que no hay higiene en los baños, tampoco se mantiene el césped y en cada tormenta el lugar se inunda.
“El cruce para acceder a la boletería es peligroso para la gente y de hecho, cuando el tren debe llegar a la estación debe atravesar una calle que no posee ningún tipo de vallado o señalización”, enumeró.PrimeraEdición.com
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