Brasil necesitará más de 6.400 millones de euros para financiar completamente sus proyectos ferroviarios, según la Federación Nacional de Transportes (CNT). De estos, 3.250 son necesarios para la red nacional y otros 3.150 para proyectos ferroviarios urbanos. Eso, sin contar la línea de alta velocidad que conectaría Sao Paulo y Río de Janeiro.
Rodrigo Vilaça, director de la división ferroviaria de CNT, afirma que la mitad de este montante debería proceder del gobierno, pero, las circunstancias actuales sugieren que se permitirá al sector privado sufragar hasta el 70 por ciento del coste total.
CNT ha estudiado 13 corredores principales de mercancías, y ha analizado sus tráficos entre 2006 y 2010. Durante este período, los volúmenes de mercancías aumentaron de 404,2 millones de toneladas a 470,1 millones, un incremento del 16,3 por ciento. La producción aumentó de 232.200 millones a 278.000 millones tonelada-kilómetro.
El estudio muestra también que el sector privado ha invertido mil millones de euros desde 1997, cuando se adjudicaron las primeras concesiones. En el mismo período, el gobierno federal invirtió sólo 550 millones de euros.
Alta velocidad
La alta velocidad también atraviesa problemas en Brasil. La subasta para la construcción de un tren de alta velocidad, que unirá las ciudades de Sao Paulo y Río de Janeiro, fracasó en julio de 2011 al no presentar propuestas ninguna empresa interesada en el proyecto, lo que obliga al gobierno a cambiar el modelo de licitación.
El sector privado ha invertido mil millones de euros desde 1997.
Este es el tercer intento de subasta de la concesión. El fracaso disminuye las posibilidades de que el tren de alta velocidad entre las dos mayores ciudades del país esté concluido antes de los Juegos Olímpicos que Río de Janeiro organizará en 2016, como espera el gobierno. El coste del proyecto se eleva a unos 16.000 millones de euros.
La subasta había sido fijada inicialmente para el 16 de diciembre de 2010, pero, también por falta de interesados, se aplazó para el 29 de abril de 2011, y, por los mismos motivos, se volvió a retrasar para el 29 de julio de 2011.
Nuevo modelo de licitación
Según el director general de la Agencia Nacional de Transportes Terrestres (ANTT), Bernardo Figueiredo, en una primera fase se escogerá mediante licitación el modelo de tecnología para la explotación y mantenimiento del sistema de alta velocidad, y en una segunda se elegirá al grupo responsable de ejecutar las obras de infraestructura.
El Gobierno espera que la primera y segunda licitación se pongan en marcha lo antes posible, en este año, con lo cual las obras comenzarían en 2013.
Hasta ahora, empresas de Corea del Sur, Francia, España, Japón y Alemania han mostrado interés en la obra del tren de alta velocidad que, según el proyecto del gobierno, tendrá una extensión de 510 kilómetros y conectará estaciones ubicadas en los aeropuertos internacionales de Río de Janeiro y Sao Paulo. Un ramal unirá a Sao Paulo con la ciudad de Campinas, a 97 kilómetros de distancia.
La Cámara de Diputados de Brasil aprobó en abril de 2011 el proyecto de ley que autoriza a la banca estatal a financiar al consorcio vencedor hasta en unos 9.700 millones de euros, el equivalente al 60 por ciento del coste de la obra.
El proyecto original preveía la entrada en operación del tren antes del Mundial que Brasil organizará en 2014, y del que tanto Sao Paulo como Río de Janeiro serán subsedes. La expectativa es de que el tren transporte a 33 millones de personas en su primer año de operación y a hasta a cien millones en 2033, cuando vence la concesión.Vía Libre
¿Es necesario un tren de alta velocidad entre Rio y São Paulo?, sería muy poco rentable por el alto mantenimiento y quien viajaría, en mi modesta opinión lo mejor sería un tren de alta prestación.
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