Por. Carlos Alberto Salgado (Director Crónica Ferroviaria)
Hace un tiempo yendo de viaje por la Ruta 5 desde Buenos Aires para cubrir una nota en la ciudad de Pehuajó, observé con mucha tristeza, de la mano derecha, un predio privado en cercanías de la localidad de Suipacha, más precisamente por el Km. 130, donde se podía ver varios coches de pasajeros antiguos de trocha angosta (1.000 mm) al intemperie, que fueron fabricados en los talleres ferroviarios de Tafí Viejo a principio de los años 50 durante el gobierno del general Perón.
Este sábado pasado, leyendo un periódico matutino me encuentro con la ingrata noticia de que el día jueves 11 de noviembre del corriente año se realizará en el predio arriba citado, una subasta de varios elementos, entre los que se encuentran: 8 coches de pasajeros, 1.000 metros de rieles y 1.000 durmientes de madera.
Seguramente este material ferroviario será de propiedad privada, ya que habrá sido adquirido en la época donde se remataba, por parte de la Enabief y/o Onabe, toda la historia ferroviaria de nuestro país allá por la década del 90 y principio del 2.000, cuando se quería sacar de encima todo vestigio que oliera a trenes, sin pensar siquiera que hubiesen servido para que formaran parte de convoyes antiguos que pudieran surcar nuestras vías, como bien lo hace la gente de las distintas sedes del Ferroclub Argentino.
Entonces, me pregunto y les pregunto si no sería descabellado que la ADIF SE (Administración de Infraestructura Ferroviaria Sociedad del Estado) recupere ese material para que pudiera reacondicionarse y que forme parte del acervo nacional, ya que de dichos vehículos quedan muy poquitos (que yo sepa hay dos en Tapiales), y que no vayan a parar a manos de chatarreros, a particulares que vivan en barrios cerrados (country), quintas o a estancieros que se dedican a museos privados.
Lo que estoy pidiendo, ¿será una utopía?.
(*): Dejamos constancia que las fotografías son del señor Gustavo Onesto
(*): Dejamos constancia que las fotografías son del señor Gustavo Onesto