"Tengo vinculación, porque a mi padre le tocó trabajar en ese ferrocarril entre los años 1962 y 1968, en la subestación eléctrica de Juncal. Y el año 1999, junto a dos profesionales, que somos miembros de la Asociación Chilena de Conservación del Patrimonio Ferroviario, nos propusimos recuperar lo que quedaba del ferrocarril", cuenta.
Lo que no había sido reducido a chatarra, convertido en repuestos o vendido, lo encontraron acopiado en la antigua maestranza de Los Andes. Primero se hizo un catastro de las maquinarias y un expediente histórico de su origen y características, para que fueran declaradas Monumento Histórico, lo que se consiguió en 2005.
La colección está formada por un barrenieves rotatorio a vapor de 1907, la locomotora a vapor Kitson Meyer de 1908, cinco locomotoras eléctricas -tres de 1926 y dos de 1958-, el automotor diésel ADI Schindler de 1955, el coche de pasajeros de 1906 y la góndola carril T-1024,de 1926, piezas que no tienen réplicas, pues fueron diseñadas especialmente para cruzar la cordillera, en Inglaterra, Estados Unidos y Suiza.
La primera en comenzar a restaurarse fue la góndola. No fueron solo arreglos cosméticos, pues se realizó una refacción que permitió ponerla en servicio nuevamente, con una mejora tecnológica que incluyó controles electrónicos. "Le pusimos un freno automático a una maquinaria de 1926 y con ella hicimos viajes turísticos entre Los Andes y Río Blanco, usando el mismo trazado", añade Carmona.
Luego vino el automotor, que hizo el viaje entre Los Andes y Mendoza hasta 1969 y que tras casi cinco años de arreglos, logró ser movido en 2007. Después, el coche de pasajeros. "El año pasado lo teníamos listo, pero encontramos los planos originales en la bodega y vimos que había algunos cambios que hacer, que están pendientes", añade el ingeniero.
En el coche de pasajeros, que transportaba a 40 personas máximo se recuperaron los interiores, exteriores e, incluso, los asientos.
Ahora, la última pieza que entrará a refacción será una locomotora a vapor, que en diciembre de este año iniciará sus pruebas. En ella, cuenta Carmona, viajó el Presidente Juan Domingo Perón a Chile en 1953. "Vino por tren, porque le daban miedo los aviones", añade.
La idea es reunir fondos para montar un museo ferroviario que permita exponer todas estas piezas y conmemorar así los 100 años que cumplió en abril de este año el sistema. (Fuente y foto: La Tercera)