Exterior
Redacción Crónica Ferroviaria
La Empresa de los Ferrocarriles del Estado de Chile informa que después de 28 años, un tren de pasajeros volvió a llegar a Visviri, en la Región de Arica y Parinacota.
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La Empresa de los Ferrocarriles del Estado de Chile informa que después de 28 años, un tren de pasajeros volvió a llegar a Visviri, en la Región de Arica y Parinacota.
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La Empresa Ferroviaria del Estado de Chile informa que essta alianza estratégica busca elevar la calidad del traslado de carga del puerto, a través de la implementación de trenes hacia las diversas zonas de la Región de Arica y Parinacota, que cuenten con vía.
Además, se busca desarrollar sistemas de información en el ámbito de la gestión logística y control.
Con el objetivo de optimizar el transporte de carga y movilidad mediante un servicio de calidad, el Puerto de Arica y EFE Arica-La Paz firmaron un convenio de colaboración para promover la sostenibilidad y contribuir al crecimiento y desarrollo de la región a través de distintas iniciativas para potenciar la intermodalidad.
En este caso, la prioridad será fomentar el transporte ferroviario hasta el Puerto de Arica a través de la sección chilena (Arica a Visviri) del ferrocarril de Arica a La Paz. Mediante la firma de este acuerdo, Empresa Portuaria Arica y EFE Arica-La Paz definieron trabajar en conjunto para establecer colaboraciones estratégicas y así lograr una eficiente y fluida conexión entre ambos modos de transporte y maximizar los beneficios para la cadena logística.
Tras la firma del convenio, la Gerenta General de EFE Arica-La Paz se refirió a este relevante acuerdo y señaló que “En ferrocarriles es muy importante fortalecer la presencia del tren en espacios tan importantes como el traslado de carga y mercancías, optimizando la logística de la región de manera eficiente y sostenible. Así, la posibilidad de una instancia intermodal junto con el Puerto de Arica es un avance importante para optimizar el servicio y contribuir al desarrollo y crecimiento del norte grande y el país.”
Por su parte, el Gerente General de Empresa Portuaria Arica, Jorge Cáceres, destacó la importancia del acuerdo por cuanto refuerza el compromiso de colaboración y desarrollo sostenible de ambas instituciones.
“Este convenio de colaboración entre dos empresas estratégicas de la región da cuenta de la visión que existe en torno a que es importante trabajar en conjunto para mejorar los servicios que se otorgan a la comunidad regional. Además, el acuerdo no solo beneficia a EFE y EPA, sino que también fortalece la conectividad y la competitividad de la región”, apuntó.
Entre los compromisos adquiridos por EFE Arica-La Paz y el Puerto de Arica se encuentran el fomento del uso del ferrocarril para el traslado de carga, tanto de larga como corta distancia; trabajar en conjunto para evaluar la factibilidad de conexión del Ferrocarril Arica – La Paz con el Antepuerto que mantiene la Empresa Portuaria Arica en la entrada del Valle de Lluta; evaluar en conjunto la concreción del proyecto vial de mejoramiento de acceso al Puerto de Arica, considerando la operación ferroviaria; desarrollar acciones para la vinculación con la comunidad, además del desarrollo de sistemas de información en la gestión logística y control. Asimismo, considera potenciar el desarrollo del proyecto de tren urbano en Arica.
En la firma del convenio participaron los gerentes del Puerto de Arica, la Gerenta General de EFE Arica-La Paz y colaboradores de ambas empresas en la región
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El gobierno boliviano, en un acto sin precedentes en la historia del libre tránsito de Bolivia, propició la suspensión de su rehabilitación.
La principal compensación que Bolivia recibió a cambio de su vasto, rico y único litoral, es el más amplio y perpetuo derecho de libre tránsito por territorio y puertos chilenos, que fue concebido y reglamentado por el Tratado de 1904 y sus acuerdos complementarios. Ese derecho, según el espíritu y letra de esos mismos instrumentos, debía ser ejercido y garantizado principalmente a través del ferrocarril Arica-La Paz, que desde hace ya casi veinte años no funciona.
Ciertamente, tras cerca de nueve décadas de funcionamiento relativamente regular, el año 2001, una fuerte tormenta ocasionó serios destrozos en el tramo Arica-Visviri, que afectaron de tal manera a la empresa que administraba esa parte de la vía, que nunca más pudo reponerse. Se realizaron algunos viajes más en los años que siguieron hasta que, en noviembre de 2005, la empresa tuvo que declararse en quiebra y desde entonces, el ferrocarril Arica-La Paz permanece absolutamente paralizado en el lado chileno de la frontera.
Según el documento “Libre Tránsito de Bolivia, la realidad” del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile (2015), se hicieron al menos dos fases de reconstrucción del ferrocarril, una de ellas rimbombantemente inaugurada por el mismo presidente Sebastián Piñera, sin que eso trascienda en una verdadera reposición del servicio.
Pero cuando finalmente se anunció la rehabilitación de la vía y las dos empresas concesionarias realizaron un exitoso viaje de prueba, que trasladó más de 400 toneladas de bobinas de acero de Arica hasta Oruro; el gobierno boliviano, en un acto sin precedentes en la historia del libre tránsito de Bolivia desde y hacia el mar, propició la suspensión de dicha rehabilitación.
En efecto, a mediados de mayo de 2021, con la intención de evitar los bloqueos de los transportistas sindicalizados bolivianos que se habían movilizado en protesta por la rehabilitación del Ferrocarril Arica – La Paz, el Ministro de Obras Públicas sentó en una misma mesa a los representantes de la empresa encargada del tramo boliviano, Ferroviaria Andina S.A., y a los citados transportistas sindicalizados, para que firmen un acuerdo que estipula la suspensión de la rehabilitación y el levantamiento de los bloqueos.
Ese acuerdo no sólo contraría la tradicional política boliviana de hacer valer el derecho de libre tránsito de Bolivia desde y hacia el mar, sino que además representa una limitación para el comercio de nuestro país, que ha perdido una interesante alternativa logística para el transporte internacional de carga por vía terrestre. Efectivamente, el ferrocarril es una opción altamente competitiva para los cargamentos que superan las 25 toneladas, que es el máximo peso que los camiones pueden transportar según las normas de tránsito carretero en ambos países.
Por ese motivo, la carga que supera ese peso debe ser dividida en dos o más camiones para ser transportada por carretera, con el consiguiente costo adicional que eso supone para los importadores y exportadores bolivianos.
Por esas mismas razones, algunos países sin litoral de otras partes del mundo, como Nepal, Bután o Laos, han estado haciendo grandes esfuerzos para conectarse con el mar a través de ferrocarriles y sus autoridades, seguramente se sorprenderían mucho al saber que existe un país sin litoral que desprecia la posibilidad de usar un ferrocarril ya construido y en condiciones de operar
Pero una vez que el monopolio del transporte por carretera fue asegurado, las autoridades chilenas decidieron cambiar su política de control de la pandemia de Covid-19 y empezaron a realizar pruebas de hisopado (PCR) a todos los transportistas bolivianos que cruzan la frontera. Esto ralentizó considerablemente el flujo de camiones en los pasos fronterizos de Tambo Quemado y Pisiga, y congestionó la carretera con largas filas de camiones bolivianos, que ahora deben esperar entre dos y tres días para completar un proceso que antes tomaba un par de horas.
Esta situación genera altos costos para los transportistas y comerciantes bolivianos, por la demora en el despacho o recepción de carga y el retraso en la devolución de contenedores (demurrage); sin mencionar el intenso frío que deben soportar los transportistas, especialmente en esta época del año, en esa zona fronteriza, situada a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
Aunque no queremos decir que el cambio de política de control sea una represalia de las autoridades chilenas por la suspensión del proceso de rehabilitación del ferrocarril, queda meridianamente claro, una vez más, que el derecho de libre tránsito boliviano por territorio y puertos chilenos, depende directamente de los vaivenes políticos de nuestros vecinos, quienes muy rara vez – para no decir nunca– consideran los efectos que sus decisiones tienen sobre el comercio boliviano y el cumplimiento de los tratados.
Pero para evitar más disgustos, y mientras Bolivia siga siendo un país sin litoral, las autoridades chilenas y ahora también bolivianas, deberán encontrar la manera de dar fiel cumplimiento a lo establecido en los acuerdos bilaterales sobre libre tránsito, no sólo para honrar la fe y palabra de ambos Estados a la luz del derecho internacional, sino sobre todo, para contribuir a mejorar la competitividad del comercio internacional boliviano.PáginaSiete.com