Cartas de Lectores
Señor
Director de Crónica Ferroviaria
Como
yo, mucha gente se formula esta pregunta: ¿Tiene solución el caótico e
impredecible servicio ferroviario de la Línea Sarmiento en el tramo
Moreno-Luján-Mercedes?. Hoy por hoy, la respuesta negativa se impone. Pese a la
importante inversión que el Estado Nacional está implementando en vías y
material rodante de origen importado, lamentablemente el servicio de pasajeros
sigue siendo irregular, impuntual y nada confiable.
El
servicio es comandado desde el depósito de locomotoras de Haedo, cuyos responsables
aducen que solamente cuenta con dos formaciones activas, y una de reserva,
todas compuestas de una locomotora y dos coches, los que, si bien muchos de
ellos ya han sido restaurados y reciclados a nuevo, son insuficientes para
cubrir el trayecto Moreno-Luján-Mercedes, con regularidad, puntualidad y
confiabilidad.
Dicen
que se necesitarían por lo menos cuatro formaciones activas y una de reserva, y
que el material rodante faltante prometido sigue depositado a la espera de
reparaciones en los talleres y playas ferroviarias, y en el mientras tanto, el
servicio agoniza en esta sección.
Sin
embargo, hay otra visión que sostiene que la falla troncal es mayormente
humana, causa principal de que las cancelaciones de los trenes sean constantes,
motivadas por no presentarse la tripulación a horario a tomar servicio, o por
ausencia de la patrulla de la Policía Federal que se supone debe custodiar los
trenes, o por no estar operativa la luz de cola de los coches u otros
desperfectos técnicos por el estilo.
Generalmente,
estos suelen ser los pretextos usuales para que el personal lisa y llanamente
se rehuse a salir a la vía, sin mencionar el crónico incumplimiento del horario
y del diagrama establecidos, tanto para la partida como para el arribo de los
pocos trenes que circulan por ese tradicional corredor.
La
falta de autoridad de la Jefatura del depósito Haedo es también parte del
problema, y un clima de indisciplina y de desorden imperan en el sector, lo
cual desafortunadamente acentúa el desprestigio que ya de por sí goza este
noble y legendario medio de transporte que es el ferrocarril, con grave
desmedro de los sufridos usuarios de este servicio, que rehenes de este
desquicio, optan por otros medios alternativos mas confiables y puntuales.
De
nada valdrá la colosal inversión que se está ejecutando en la renovación de
vías, coches y locomotoras nuevas, o reparando las existentes, sino hay quién
ejerza un mando capaz, responsable y enérgico sobre el personal, que haga
cumplir la Ley Orgánica de Ferrocarriles, el Reglamento Interno Técnico
Operativo, y demás disposiciones en vigor. Se precisa gente que ame su trabajo
y los trenes, que tome conciencia que no son los dueños del ferrocarril, sino
que se deben a un servicio público, por el público y para el público.
No
son pocos los que opinan que el personal actual con su actuar negligente e
irresponsable no acompaña el esfuerzo del gobierno y de todo el pueblo
argentino, que con sus impuestos costean este costoso servicio, e ignoran a la
vez que están arriesgando su fuente de trabajo, por lo que es de esperar que
todos los involucrados, tanto personal superior como subalterno, observen la
mínima sensibilidad para con la gente, responsabilidad e idoneidad en su
desempeño.
Sería
conveniente que exhiban capacidad de reflexión para revertir inmediatamente
esta caótica situación, que no es una cuestión de recursos, sino de
proponérselo seriamente. Si no quieren trabajar responsablemente, pués que se
vayan, que ya hay nuevas generaciones de jóvenes responsables que han cursado y
egresado de la nueva carrera de tecnicatura ferroviaria, que aman al
ferrocarril, quieren trabajar y están dispuestos a asumir la responsabilidad
que la hora les reclama.
Saluda
al señor Director muy atentamente.
Maximiliano
César Odda