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13 de noviembre de 2019

Pese al veto K, Randazzo y sus colaboradores buscan aterrizar en el área de Transporte en medio de fuertes cuestionamientos internos

Actualidad

Por: Antonio Rossi (Editada en www.informadorpublico.com)

Tachado por la vicepresidenta electa Cristina Kirchner y los timoneles de La Cámpora para integrar la primera línea del próximo gabinete nacional, el ex ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo apuesta ahora a obtener un doble premio consuelo en medio de los fuertes y crecientes cuestionamientos que viene cosechando cada vez con más fuerza puertas adentro del Frente de Todos.

La aspiración actual de Randazzo se focaliza en la posibilidad de conseguir un cargo en el ámbito diplomático o de asesor de Alberto Fernández junto con la designación de alguno de sus colaboradores en las empresas o dependencias secundarias del área de Transporte.


Los principales referentes del kirchnerismo no le perdonan a Randazzo haber sido funcional al macrismo cuando en las elecciones de 2017 y con el elocuente apoyo mediático del grupo Clarín salió a quitarle votos a Cristina Kirchner con el armado de una lista con el sello del PJ que apenas superó el 5% de los votos.

Además, la desconfianza K en el ex ministro se basa en una hipótesis que muchos dan por válida y comprobada.

Se trata de la existencia de un acuerdo que habrían cerrado Randazzo con el actual ministro de Transporte, Guillermo Dietrich a fines de 2015 para que no sea revisada, ni cuestionada su gestión a diferencia de lo que aconteció en Vialidad Nacional donde los funcionarios macristas investigaron y denunciaron hasta los movimientos de fondos de las cajas chicas de la anterior administración.

Según el análisis que hacen en el entorno de Máximo Kirchner, en el caso de que los hombres de Randazzo vuelvan a ocupar cargos relevantes, esa estrecha relación que entabló el ex ministro con Dietrich implicaría una dura traba para poder revisar y llevar a los tribunales las irregularidades y los negociados que se habrían registrado en los últimos cuatro años en el área de Transporte.

Los “randazzistas” que aparecen en la mira de los camporistas y de los principales gremialistas del sector son basicamente tres: Marcio Barbosa, Ariel Franetovich e Ignacio Casasola.

Barbosa fue el ex vice ministro de Randazzo y tras la llegada del macrismo pasó a formar parte del equipo de Emilio Monzó, quien lo puso al frente de la Secretaría General de la Cámara de Diputados.

Por su parte, Franetovich fue el titular de la ADIFSE con Randazzo y se hizo famoso por la millonaria compra e instalación de más de 100.000 durmientes de hormigón que se fisuraron cuando pasaron los primeros trenes de prueba en las vías a Mar del Plata, Rosario y Santa Fe que habían sido reparadas a nuevas.

En tanto, Casasola fue el encargado de manejar la SOFSE -la operadora ferroviaria estatal- entre 2013 y 2015, período en el cual se incrementó en forma notable la grilla de contratados y asesores de la empresa con gente domiciliada en Chivilcoy que bajaban en caravana los lunes a la Capital Federal para regresar los viernes al “Pago Chico” de Randazzo.

Con excepción del sindicato de la Unión Ferroviaria (UF) conducida por Sergio Sasia que siempre se alineó con el ex ministro, los restantes gremios del sector desde camioneros y portuarios hasta los aeronáuticos ya le hicieron saber a los colaboradores más cercanos de Alberto Fernández que no aprueban la idea de reponer a las huestes de Randazzo al frente de Transporte.

Argumentan ese rechazo en dos cuestiones salientes: la falta de sintonía política y la veta antisindical que mostraron los ex funcionarios randazzistas cuando concentraron el poder y el manejo de todas las áreas y empresas de Transporte. 

27 de agosto de 2019

Alberto Fernández respaldó el ferrocarril a Vaca Muerta y quiere extenderlo hasta Chile

Actualidad

Alberto Fernández salió a respaldar el famoso proyecto del tren a Vaca Muerta que impulsaba Dietrich y está pensando en extenderlo hasta Chile para darle una segunda salida hacia los puertos del Pacífico.

El espaldarazo se vio en un mensaje grabado junto al candidato a intendente de Bahía Blanca Federico Subsielles, ciudad que actuaría como cabecera de esta línea ferroviaria. "Bahía Blanca es una ciudad demasiado importante por su puerto, por su polo petroquímico y por la pujanza que siempre tuvo. Hay que ver de que modo podemos unir Vaca Muerta por vía ferroviaria con Bahía para que se convierta en el puerto de salida por el Atlántico de este nuevo polo pujante que es Vaca Muerta", afirmó.


Se trata de un gesto muy importante al sector energético, ya que demostraría el interés en llevar a cabo un plan de desarrollo a largo plazo del mega yacimiento y sobre todo por el rol central como fuente de crecimiento de las exportaciones.

Como explicó LPO, hay visiones enfrentadas dentro del kirchnerismo al respecto. Los más cercanos a Cristina Kirchner como Federico Bernal consideran que el abastecimiento al mercado interno debe estar por encima de las exportaciones, ya que de lo contrario se corre el riesgo de tomar precios internacionales encarezcan aún más las tarifas de servicios públicos.

"Exportemos, pero tengamos como objetivo primario el autoabastecimiento, es decir los volúmenes para la Argentina siempre tendrán prioridad", aseguró.

En contraposición, Guillermo Nielsen y Matías Kulfas están enfocados en elaborar un régimen de inversiones específico con el objetivo llegar a exportar el equivalente a 40.000 millones de dólares anuales para 2023. Nielsen anticipa que en los primeros días de gobierno mandarían un proyecto de ley que contemple una reducción en la alícuota de ganancias y que cree un fideicomiso en Nueva York para depositar los dividendos sin la posibilidad de injerencia estatal.

Al parecer, Alberto estaría más cerca de esta segunda visión y para ello, la construcción de estas dos líneas férreas tiene un lugar estratégico. Es que actualmente, el principal problema de Vaca Muerta es la infraestructura. Al requerir una enorme cantidad de insumos (muchísimo más que para las explotaciones convencionales), como arena utilizada en las hidrofracturas, tubos sin costura, baritina, cemento y otros materiales para la construcción, necesita de un transporte económico y eficiente como el ferrocarril para poder competir en el mercado internacional.

El boceto original ideado por Guillermo Dietrich bajo la modalidad de Participación Público Privada (PPP), contemplaba la renovación de 700 kilómetros de vías y la construcción de 83 nuevos kilómetros hasta la localidad de Añelo, pero tras el descalabro macroeconómico y la suba del riesgo país terminó en el naufragio.

En un último intento para que la iniciativa tome forma, el gobierno llegó a presentar una licitación que fijaba un piso de 4 millones de toneladas que las petroleras debían prometer transportar, un límite bastante bajo que no llegó a ser cubierto y por lo tanto, en el sector se interpretó como una "volteada al ministro".

Desde el peronismo comentaron a LPO que dado los pocos kilómetros que hay que construir a nuevo consideran que no habrá problemas de financiamiento y están confiados en contar con el apoyo de los principales jugadores del mercado.

En su momento, mostraron interés firmas como Ferrosur, propiedad de Camargo Correa, Ferroexpreso Pampeano, de Techint y Pampa Energía, cuyo presidente Marcelo Mindlin tuvo gestos de acercamiento al peronismo en las últimas semanas.

En relación al tren Trasandino se mostraron más cautelosos, pero reconocen que es una de las obras que está dentro del radar de Alberto. El tramo a construir iría desde la punta de rieles en Zapala (Neuquén) hasta la localidad chilena de Lonquimay, donde la traza empalmaría las vías existentes que llegan hasta el puerto de Talcahuano, vecino a la ciudad de Concepción.

En total, el proyecto requiere de 86 nuevos kilómetros del lado argentino y 190 del lado chileno y se estima que la inversión rondaría los 1.000 millones de dólares, cifra a compartir con el país vecino que lógicamente estaría interesado en establecerse como un gran punto de salida de los hidrocarburos argentinos.

La salida vía Chile también fue pensada por YPF para montar una planta para exportar gas licuado, dada su mayor cercanía a los principales mercados asiáticos, donde está el mayor potencial de demanda futura. Al mismo tiempo, la distancia es menor entre los yacimientos neuquinos hasta la costa del Pacífico que hacia el puerto de Bahía Blanca, con el agregado de que ya existen gasoductos suficientes para transportar el gas hacia Chile.

Como se ve, Alberto confía en que la magnitud del recurso será de tal importancia que ya está trabajando para montar la infraestructura necesaria para evacuarlo por ambos océanos. Fuente: La Politica Online