7 de diciembre de 2016

FMI o Trenes, usted elije

Nota de Opinión

Por: Norberto Rosendo (para Crónica Ferroviaria)


La noticia decía: Línea Belgrano: Descarriló un tren de carga y sus vagones impactaron sobre una vivienda precaria". Dentro de la misma dormía una señora que murió en el acto

Dice Juan Carlos Cena, refiriéndose al lugar del accidente: “La Tribu es un asentamiento obrero, que data de antes de 1950 cuando hubo una corriente migratoria del campo a la ciudad por el efecto de la industrialización. Está ubicada detrás del depósito de locomotoras diésel y coches motores de Alta Córdoba del Ferrocarril Belgrano.”

Los asentamientos o villas de emergencia son casi siempre construcciones precarias que surgen como consecuencia de los movimientos migratorios internos o de la rapiña inmobiliaria que impide que parejas jóvenes de bajos recursos puedan acceder a una casa propia.

En la ciudad donde vivo, existen por lo menos una casa por manzana que se encuentra cerrada o tapiada y que muchas veces ni se vende ni se alquila y sólo sirven como “valor inmobiliario”.

Al mismo tiempo, casi el 30% de la población no puede acceder a una vivienda digna por razones económicas.


Los gobiernos de los últimos cincuenta años, peronistas, radicales, y aun los militares, construyeron no más del 20 o 25% de la necesidad de viviendas que demanda el crecimiento vegetativo de la población.

Es decir, se invirtió en vivienda lo mínimo indispensable, ello ha dado por resultado que se usurpen primero, y que se loteen después todos y cada uno de los terrenos que alguna vez fueron una reserva estratégica del Estado, tal como son las playas ferroviarias y todo terreno, siempre inadecuado para vivienda como son los costados de los arroyos y zonas bajas.

En el mismo período, la deuda externa aumento desde u$s 8.500 millones (deuda del gobierno de Isabel Martínez al gobierno militar) hasta ahora, según el Presupuesto 2017, que acaba de ser aprobado por el Congreso, durante el año que viene se prevé un aumento ulterior de la deuda por otros u$s 38.200 millones, producto de vencimientos de capital por u$s 58.200 millones y toma de endeudamiento por u$s 96.400 millones (según el Lic. Héctor L. Giulinao en “El estribillo de la deuda heredada" (4.12.2016).

El problema sin embargo es aún más serio que la lamentable muerte de esta señora y la falta de solidaridad de la que se queja Cena.

Hace aproximadamente tres meses en otro descarrilo de la empresa Trenes Argentinos Cargas (Línea Belgrano), se llevó puesta una casa con todas las letras en la ciudad de Santa Fe, aquí afortunadamente no hubo que lamentar víctimas.

Aquí no era una villa ni nada parecido, sino que simplemente un terreno que debió ser de guarda, se vendió, anda a saber por qué alquimia legal, y su legítimo dueño construyó. Ahora bien, cuando el Belgrano descarriló vino a reclamar lo que no se le debió quitar nunca.

La famosa Villa 31, a la vera de la Línea San Martín, ocupa muchas tierras que eran de esa línea y también del Belgrano.

Hoy si quisiéramos volver a correr los trenes del Urquiza, no podríamos hacerlo porque la playa de Chacarita ya no existe, como así tampoco, pudimos volver a correr trenes entre Magdalena y La Plata porque una villa ocupa la salida de la ciudad, lo mismo está ocurriendo en el ramal a Brandsen y ya lo hizo en la hoy absolutamente inutilizada playa de cargas del Belgrano en el sur de La Plata (entrada al puerto).

Cuando se lotea y vende un humedal y se inunda aguas arriba la cuenca, como pasa en Lujan, es otra cara de la misma moneda, un Estado corrupto y ausente que no se ocupa de sus ciudadanos, y un gobierno formado por corruptos de distinto pelaje que lo único que le importa es realizar espurios negocios aún a costa de la vida de sus propios hijos, como nos pasó hace no mucho en La Plata cuando llovió un poco más de la cuenta.

Es obvio que la culpa no la tiene el pobre individuo que tuvo la desgracia de nacer pobre, y al igual que Cena entiendo que uno debe ser solidario, pero comprendo también que la solidaridad es de última un reflejo de auto preservación.

Un Estado corrupto que aumenta alegremente nuestra deuda externa y no se ocupa de los problemas de sus ciudadanos, es como estar viviendo en una situación de perpetua zozobra, ya que la falta de inteligencia, la excesiva avidez, la falta de planificación o la imposibilidad de planificar, nos llevan irremediablemente al desastre.

Y cuando el desastre ocurre, no hace distinción entre ricos y pobres, si no pregúntenle a mis  vecinos del barrio Norte de La Plata que los tapó la inundación o al vecino de Santa Fe que el Belgrano le arrasó la casa.

Y así cualquiera de los amigos que creen que la culpa es la indolencia de los habitantes de la villa La Tribu, que dirán cuando la ausencia del Estado los alcance.

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