22 de diciembre de 2016

Aplazados

Nota de Opinión

Por: Norberto Rosendo (para Crónica Ferroviaria)


Cuando llega fin de año es el momento adecuado para hacer un balance y ver cómo le ha ido a uno en el año y que resultados ha tenido en su gestión.

Trataremos brevemente de hacer este ejercicio de memoria reciente, en relación a nuestro gobierno y nuestros trenes en particular, y en función de ello, ponerle una nota como si se tratase de un alumno al que debiéramos evaluar.

Antes de empezar hagamos un sencillo análisis de nuestra memoria de medio término:

Si alguien te dice:

a)   Aumento del endeudamiento externo

b)   Ajuste fiscal

c)   Pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

d)   Modernización del estado.

e)   Adjudicación de los problemas del país a la corrupción.

f)    Desregulación del mercado.

g)   Disminución del presupuesto de ciencia y tecnología.

Y si luego de leerte todos estos temas, te peguntan de quién estamos hablando, seguramente vos le contestarás que es del gobierno del Ing. Macri, sin embargo, no es así, es del gobierno del Dr. De La Rúa.

Y fíjate que las coincidencias siguen; en ese momento nuestros trenes entraban en la decadencia que significó el fin de la primavera de las privatizaciones y donde se preparaba el terreno para la entrada de personajes como Tasselli y el inicio del proceso que culminó en la Tragedia de Once.


Volvamos ahora al presente y analicemos los puntos fundamentales de lo acontecido durante el último año en materia ferroviaria.

Lo grueso se ralentizó a un ritmo insoportablemente lento; toda la obra ferroviaria que aún se continúa, las renovaciones, primero bajaron velocidad, y las nuevas obras no comenzaron.

La electrificación a La Plata avanza a un sostenido paso de tortuga, y los micros de Entre Ríos siguen llevando la gente desde La Plata hasta donde va llegando el tren eléctrico.

La renovación a Rosario se paró y las nuevas obras ya adjudicadas esperan un mejor momento para comenzar, algún día.

La vía a Mar del Plata avanza a un vertiginoso ritmo de caracol y probablemente para la temporada del 2018 podamos llegar en cómodas 6 ó 7 horas a la costa en tren.

"Heidi", por su parte, se ve que sin consultarle a su abuelo, canceló todos los servicios ferroviarios de la Provincia de Buenos Aires dejando a pie a miles de usuarios por un incidente, que no llegó a ser accidente, gracias a la pericia de los conductores de la Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial, y que fue absoluta responsabilidad del concesionario de carga, sin embargo y sin entender nada, o haciéndose la distraída, canceló preventivamente todos los servicios de la Unidad Ejecutora sin dar nada a cambio.

Menos mal que "Heidi" no es presidente, si no hace ya muchos años que no tendríamos trenes.

Por su parte, el nuevo mandamás de Trenes Argentinos Operaciones, que antes se ocupaba de los baños de aeropuertos 2000, que ciertamente el hombre viene del área de transporte, pero de trenes sabe como yo de llenar el tanque de un avión en vuelo, simplemente tiene miedo.

Y como tiene miedo, dejó de lado todo el sistema informático de compras y gestión que había implementado el benemérito Randazzo, y que permitía que si un taller necesitaba un repuesto generaba un expediente electrónico, el cual después de ser firmado por los gerentes correspondientes hasta generaba las requisitorias para la licitación y luego las órdenes de compra en forma automática, ahorrando miles de horas hombre y toneladas de papel.

Pero no, hemos vuelto al papel, no sabemos si es miedo o una reminiscencia de su anterior trabajo.

Y mientras nuestros científicos, democraticamente hacen un acampe en la planta baja del Conicet, en lugar de pensar cómo usar nuestra ciencia para sacar del pozo de la indigencia, donde se encuentra un tercio de nuestros compatriotas, y estudiar las posibilidades para que el transporte automotor no tarde más de 2 horas en hacer un recorrido de menos de 3 kilómetros entre Retiro y Once, en la ciudad que dicen haber gobernado estos modernosos dirigentes, pensamos seriamente que la única calificación posible de todo este grupo, es un soberano aplazo.