24 de octubre de 2010

LÍNEA "H", UNA DISPUTA APLAZADA

Sin hacer ruido, el Gobierno porteño renovó por cuatro años a Metrovías la concesión precaria de la única línea de la red de transporte subterráneo sobre la que tiene competencia. Por su parte, la oposición reclama una gestión en manos de Sbase.

Serán cuatro años más de un escenario que se perpetúa desde 1999 en la Ciudad de Buenos Aires. La empresa Metrovías, concesionaria del servicio de transporte por subterráneo en la Capital hasta 2017 en las 5 líneas que administra el Estado nacional, mantendrá durante otros cuatro años el manejo de la totalidad de la red del subte gracias a un contrato que le otorgó nuevamente la concesión de la Línea H, la única que se encuentra bajo jurisdicción del Gobierno local.

Talleres Línea "H" - Foto: Pablo Salgado


Así lo confirmó a Noticias Urbanas Juan Pablo Piccardo, titular de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), empresa estatal a través de la cual el Ejecutivo controla el funcionamiento de la red (Piccardo es el mismo que fue ministro de Ambiente y Espacio Público porteño durante los dos primeros años de gestión de Mauricio Macri y fue luego reemplazado por el peronista PRO Diego Santilli). El funcionario explicó a este medio que el nuevo contrato fue una imposición de las circunstancias. “Cuatro años es el plazo en el que estarían listas las estaciones de la línea licitada”, explicó.

El argumento oficial es, sustancialmente, que el único que puede hacerse cargo de la Línea H en este momento, en el que solamente funcionan cinco terminales, es Metrovías.

De acuerdo con lo que rezaba el contrato original, suscrito por Jorge Telerman en 2007, al término de los tres años de concesión precaria a Metrovías, el Ejecutivo porteño debía llamar a licitación. En ausencia de un concesionario privado, la operación de las líneas de subte recae automáticamente en Sbase. En su diálogo con NU, Piccardo argumentó que sólo sería viable que la línea se maneje “de forma independiente” una vez que se complete el actual proyecto de 14 estaciones y un taller propio (ver recuadro). Esto es, para que la concesión pase a una nueva empresa a través de una licitación o a la propia Sbase primero se tiene que terminar el plan de obras.

Desde la Legislatura porteña no tardaron en aparecer protestas. El diputado Martín Hourest (Igualdad Social), quien junto al ibarrista Eduardo Epszteyn había requerido la presencia de Piccardo en la Legislatura para que explicara el proceder que se iba a tomar tras el vencimiento del contrato precario con Metrovías, fue lapidario. “Más que prórroga, es una patente de corso”, expresó en referencia a la empresa controlada por el Grupo Roggio, y no tuvo reparos en definirla como “un pirata con permiso del Estado”. En referencia al nuevo contrato, lo definió como una medida “claramente inconsulta y carente de seriedad”, y planteó la necesidad de discutir un modelo alternativo a la hegemonía de la hasta hoy única empresa concesionaria. En cuanto a la renovación, existe una pequeña trampa política: el Ejecutivo debe hacer pasar por la Legislatura los contratos de cinco años o más, pero como la nueva concesión fue un nuevo contrato por cuatro años, y no una prórroga del anterior, se salteó el paso legislativo. “La decisión puede ser legal, pero es ilegítima”, se quejó Hourest.

¿Pero existe realmente diferencia entre el antiguo contrato por tres años y el nuevo por cuatro? Piccardo dijo que sí, y en su explicación asomó la posibilidad de una futura gestión estatal de la línea más joven del subte. “Hay diferencias desde el punto de vista operativo, un rol más activo de Sbase en el control, porque el día de mañana se puede hacer cargo del servicio”, expuso, y, tras la pregunta de NU, profundizó sobre su proyecto para la empresa: “Debería ser un ejemplo y demostrar que es capaz de administrar la explotación de la línea”.

La hipótesis de que Subterráneos Buenos Aires se ocupe de la Línea H es, para Hourest y Epszteyn, una necesidad apremiante. El jefe del bloque ibarrista presentó incluso un proyecto con ese objetivo. En la iniciativa, el diputado plantea la modificación de su estatuto para crear un directorio, con un máximo de 5 miembros, nombrados por la Legislatura en audiencia pública, y apoya su pedido sobre la base de que la Ciudad “podrá así explotar una línea testigo, con un servicio alternativo en la red de transporte subterráneo”.

Ante la posibilidad de convocar a una licitación o capacitar a los trabajadores de Sbase, Piccardo antepone otros apremios. Según el titular de la empresa, la preparación se efectuará con dos años de anticipación, pero por el momento los esfuerzos estarían focalizados en conseguir fondos para las hipotéticas líneas G (siguiendo el tramo de la avenida Córdoba) y línea F (por la avenida Callao).

El entrevistado situó a estos dos proyectos, junto a la necesidad de mejorar la frecuencia de los viajes, como bases para que el transporte de la red pase de los actuales 1,2 millones de personas por día a un máximo de 2,4 millones.

PLAN DE OBRAS

Lejos de los 10 kilómetros de subte por año prometidos durante la campaña electoral de 2007, la gestión de Mauricio Macri solamente ha inaugurado dos estaciones en sus casi tres años de mandato (Puan y Carabobo, de la Línea A).

Sin embargo, el Gobierno tiene planes de construir otras 13 terminales por medio de los 475 millones de dólares del Bono Tango aprobado este año.

Línea A: Estaciones Flores y San Pedrito (octubre de 2011).

Línea B: Estaciones Echeverría y José Manuel de Rosas (octubre de 2011).

Línea H: Estaciones Corrientes (diciembre de 2010), Parque Patricios (septiembre de 2011) y Hospitales (mayo de 2012). También están proyectadas otras 6 nuevas estaciones (Fuente: Noticias Urbanas)

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