El trabajo será exhibido a partir de la semana que viene en Cipolletti.
Cuatro amigos cipoleños, locos por los rieles, cumplieron el sueño de armar una maqueta ferroviaria de 10 metros de largo que, en pocos días más, será exhibida al público. Todo a escala, el tren recorre las vías a través de montañas rocosas, túneles, puentes e incluso puede detenerse para simular la carga de combustible.
Uno de los datos interesantes es que ninguno de los creadores es ferroviario, sólo tienen un gran respeto por la historia de un medio de transporte que fue fundamental en el desarrollo de esta región.
El grupo de Carlos Marandolo, Enzo Martinetto, Ricardo D'Alberto y Alfredo Elizondo, se identificaron con el nombre Cabus trenes (en inglés caboose, el furgón de cola de un tren de carga).
El trabajo, que iniciaron hace unos 8 años, fue realizado sobre cinco módulos: dos de 1,60 por 1,50 metros en cada extremo y tres intermedios de 0,70 metros. "La idea fue representar los trenes desde 1880 a 1950", explicó Martinetto.
Los detalles incluyen una escenografía de ambiente rural y de montañas, túneles en diferentes niveles, ríos, arroyos y vertientes, pequeños poblados, sectores fabriles y petroleros.
Además la maqueta tiene una consola (diseñada con un circuito especial) desde la que se manejan los trenes y se pueden escuchar los sonidos típicos de su rodar por las vías y el silbido de las locomotoras. "No es necesario tocar nada, todo se maneja desde acá", argumentó con pasión Martinetto. El trabajo se realizó a escala 1:87.
Hoy a la noche se realizará una preinauguración del espacio donde se montó la maqueta. El lugar está ubicado en Mengelle 971 y en un futuro pretende ser un museo ferroviario. Ya cuentan con elementos antiguos recuperados de lo que fue Ferrocarriles del Sud. Antiguos teléfonos que utilizaban en las estaciones, fotografías y hasta el traje de un guarda del tren donado por la esposa de un ex ferroviario, son algunos de los tesoros.
También estarán en exposición 200 vagones y 50 máquinas en miniatura de trenes de diversas épocas y lugares.
La historia de lo que es casi una realidad comenzó en 2002 en un café cipoleño. Unas 15 personas se juntaron con la decisión de conformar un club de ferromodelismo. Al poco tiempo el grupo se fue achicando y sólo quedaron Martinetto, Marandolo, D'Alberto y Elizondo que cambiaron la idea inicial y definieron construir una maqueta para exhibir. Diez años, mucho esfuerzo y una inversión de casi 150.000 pesos pasaron hasta ahora. El resultado: un trabajo que asombra por los detalles.(Fuente y foto: Río Negro)