Macri se equivoca en Tucumán

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“El Plan Belgrano será la merecida reparación histórica para Tucumán”, anunció Mauricio Macri el 30 de setiembre de 2015 en plena campaña electoral.

"Es muy triste ver en Tucumán la ausencia de obras, escuelas, hospitales y caminos, y por otro lado a los gobernantes enriquecidos", decía entonces Macri.

El candidato exhortaba a "recuperar el valor de la carrera pública, recrear los concursos, la formación sistemática, y terminar con los amiguismos que llenan de militantes el Estado, porque no cumplen ninguna función útil para los ciudadanos y, encima, hacen aumentar el gasto público".

Mauricio Macri y sus beneficiarios en Tucumán: Susana Trimarco, Sisto Terán, Corina Pérez Antich, José Cano, Jorge Rocchia Ferro, Domingo Amaya, Paul Bleckwedel y Pablo Walter.

Un hermoso discurso que por ahora se quedó en los papeles. Tucumán no ha visto que ninguna de esas políticas de eficiencia enunciadas por Macri se haya puesto en marcha, aunque ya lleva 7 meses en el poder.

El Plan Belgrano parece una "sanata" al estilo Fidel Pintos, acompañada por el nombramiento de amigos con sueldos siderales en el Estado. Ni una sola designación de cargos nacionales en Tucumán se hizo por concurso. Todas por amiguismo.

Los macristas llenan a dedo las reparticiones con amantes, empresarios corruptos, "periodistas" militantes, novias, parientes y demás vividores del esfuerzo de los contribuyentes. Para peor, los beneficios también se prodigan hacia personajes oscuros que siempre estuvieron en las antípodas de los votantes de Cambiemos:

- Susana Trimarco tiene un mejor pasar con Macri que con su amiga Cristina Kirchner. No devolvió el dinero que le giraron por casas que no se construyeron, le mantienen la custodia de la Gendarmería Nacional y otras prebendas, además de las transferencias multimillonarias del Tesoro Nacional.

- La reina del arándano, Silvana Beatriz Della Rosa, junto a su marido Sisto Terán, festejan el apuro del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, por ampliar a costa de los tucumanos las cámaras frigoríficas que instaló José Alperovich en el Aeropuerto para aumentar sus exportaciones y las de sus testaferros.

- Jorge Rocchia Ferro, socio político del ladrón José López, acusado de contaminación, evasión y otros delitos, además de nuevo amigo de José Cano, es el mayor receptor de los ingresos extra generados por la suba del corte del etanol en las naftas. Una medida que va directamente el bolsillo de empresarios que siempre actuaron contra los intereses generales fue presentada por el macrismo como un logro para la comunidad.

- Corina Pérez Antich fue designada -también por Dietrich- en la Agencia de Seguridad Vial del NOA. Se desconocen antecedentes de la señora en esa materia. Y no está claro cuál es el rol que desempeña actualmente.

- Otro "empresario PRO", Pablo "Paul" Bleckwedel, quien tiene múltiples denuncias judiciales por delitos variados, también fue nombrado por... Dietrich, a cargo del Belgrano Cargas y Logística. Bleckwedel había renunciado a ser candidato a intendente en Yerba Buena, pero Dietrich lo rescató y le dio el manejo de fondos multimillonarios.

En el caso de los políticos que aparecen como principales referentes macristas en Tucumán, las banderas de Cambiemos parecen haber sido reducidas a la conquista de sueldos públicos.

José Cano se ha ido devaluando al correr de los meses con anuncios vagos y nulas realidades. Cincuenta cargos para los correligionarios y ni un solo puente. Mientras el Norte argentino se pregunta si el Plan Belgrano habrá sido una gran estafa, el ex diputado radical ya pensaría en escaparse con otra candidatura a diputado.

Pablo Walter, veterano político sin votos pero experto en "roscas", ha conseguido conchabar en el Estado a allegados, familiares y ex familiares. Para él mismo, al cumplir un cuarto de siglo mamando del erario, se consiguió la frutilla del postre: dos cargos simultáneos separados por 1.200 kilómetros, como jefe de aguas y cloacas en Buenos Aires y coordinador del Ministerio del Interior en Tucumán.

Facundo Garretón todavía no concretó ni un solo proyecto como diputado, y también ya piensa en la gran fuga: quiere que Mauricio lo ayude a ser presidente de San Martín de Tucumán. Cambio de plan. De liderar la innovación tecnológica en la Argentina a lidiar con los barras en la Ciudadela.

Domingo Amaya, el hombre que nos legó la avenida Néstor Kirchner, aparentemente ahora es un personaje importante en Buenos Aires y participa de la mesa chica del Presidente. Siempre está para las fotos, pero por el momento no se conoce que haya traído ni una sola vivienda a Tucumán, ni tampoco que le haya cobrado a Trimarco los 5,6 millones que le dieron los K para construir casas fantasma.

Otro prohombre de la nueva era política macrista, el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, ya nombró a su hermano en la Municipalidad, pero sigue demorando la clausura y demolición de la concesionaria ilegal de Naum Alperovich en la avenida Perón, como prometió cuando hacía campaña junto al ingeniero.

Paramos aquí el recuento, para no aburrir. Lo expuesto alcanza para advertir que el equipo de Macri en Tucumán no lo está ayudando. Miles de tucumanos que confiaron en el cambio comienzan lentamente a desalentarse.

Han intentado sobrellevar los ajustes brutales. Han intentado comprender o soslayar cuestiones como los Panamá Papers, el primo Calcaterra o el amigo Caputo. Llevan siete meses esperando señales distintas, y seguramente estarán dispuestos a seguir sacrificándose. Pero no para favorecer a unos cuantos vivos.

¿Por qué el Presidente permite que sus representantes en Tucumán sean un conjunto disperso de impresentables, codiciosos, voluntariosos, corruptos, arribistas o incapaces, unidos bajo el común objetivo de llenarse sus bolsillos por detrás de los globitos amarillos? ¿Macri no los conoce? ¿No sabe mejor que nadie quién es Pablo Walter? ¿O quién es Corina Pérez Antich? ¿O quién es Paul Bleckwedel?

Ya se padeció de sobra con el kirchnerismo. No se quiere más ladrones ni inútiles en la función pública.

Prometieron un cambio genuino. No nos quieran contentar con un mamarracho concejal PRO que malgasta el dinero y ensucia la ciudad con carteles haciéndose pasar por prócer del Bicentenario.

"Necesitamos su éxito, señor Presidente. No nos mientan, ni nos tomen por imbéciles. Macri, cumpla sus promesas electorales. Ejecute la reparación histórica de Tucumán y el Norte con gente decente y meritoria", podría ser el mensaje que sintetizaría el parecer de muchos votantes de Cambiemos. Fuente: Contexto Tucumán por: Tomás Luciani