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A días del cierre definitivo de los talleres del ferrocarril Coronel Maldonado, el jefe de los mismos brindó sus sensaciones y aclaró cuáles son los pasos a seguir por los más de 50 empleados afectados.
Lucio Vittori tiene 63 años, de los cuales 48 los pasó trabajando en el ferrocarril. Por eso no extraña que el actual jefe de los talleres Maldonado transmita la pasión que transmite a la hora de hablar del cierre del histórico lugar.
“Yo me jubilo en un año, pero acá hay un grupo humano tremendo que está pagando las consecuencias de algo que no hizo, mientras que los culpables tienen nombre y apellido, y no están acá. Lo admirable es ver el dolor en estas personas jóvenes, porque el ferroviario es distinto al empleado de cualquier otra profesión, esto se lleva muy adentro, se hace carne y a esta gente joven no la vi llorando por perder el trabajo, sino por tener que dejar el taller”, graficó.
Sobre la inexorable desaparición de Ferrobaires y sus consecuencias, Vittori comentó que de los 59 empleados que permanecían trabajando para la empresa hasta estos últimos meses, 11 lograron jubilarse o al menos iniciar los respectivos trámites, 25 acordaron una especie de retiro voluntario y los restantes 23 están aguardando el telegrama de despido.
“Por el momento estamos en nuestro lugar de trabajo, como corresponde, esperando que nos asignen tareas, aunque obviamente no las hay ni las habrá. Hasta tanto no recibamos el telegrama, ya sea de despido o indicando que nos quedemos en domicilio hasta que se resuelva nuestra situación contractual, no nos vamos a retirar del taller”, anticipó.
Vittori explicó que las novedades ahora se las están comunicando desde el departamento de recursos humanos de Plaza Constitución, aunque hace unos diez días que no reciben noticias.
“Ahora estamos abocados a la preservación del predio por la posible usurpación y a la custodia de todos los materiales que hay. En los últimos días nos visitaron tres o cuatro empresas de seguridad privada que, por lo visto, han sido citadas por Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, el organismo a cargo de la custodia del predio”, sostuvo.
Respecto del interés de los trabajadores en proteger un lugar del que están siendo despedidos, Vittori explicó que de la preservación de los talleres ubicados en Santa Cruz y Güiraldes depende su deseado, aunque poco probable futuro.
“Nos preocupa mucho que no se robe ni destruya nada, porque este taller es la única opción que nos queda para continuar la carrera ferroviaria en el ámbito de Bahía Blanca, si es que surge algo. Hoy el taller está totalmente apto para funcionar, así que si llegara a surgir cualquier posibilidad o cualquier inversión, tiene que seguir estando así, no usurpado ni desguazado”, afirmó.
Con respecto a los rumores que circularon el último mes, sobre posibles proyectos que rescatarían la actividad en Coronel Maldonado, Vittori aclaró que “no hay ninguno que suene en serio”, y que el único que pareció firme en su momento fue un interés de FerroSur en tomar parte del personal, interés que se plasmó en tres visitas a los talleres, una evaluación, un presupuesto y una elevación del mismo al Adif, del cual la empresa jamás obtuvo una respuesta.
“Trabajé en muchos talleres y en muchas épocas. Maldonado hoy por hoy está operable y, si bien necesitaria una puesta en valor, en términos de inversión ni se compararía con los gastos que tuvieron que hacer algunas empresas en los 90 para levantar instalaciones en pésimo estado”, analizó.
Sobre el cuidado actual y futuro del predio, Vittori manifestó que hace unos meses la vigilancia diurna se la reparten entre los propios empleados, mientras que a los de seguridad les dejan el turno nocturno. A partir del viernes 16, en caso de que lleguen los telegramas de despido como se cree, la guarda del lugar pasará a manos del Adif, que está licitando el servicio de vigilancia.
“El intendente Héctor Gay y el presidente del Consorcio de Gestión del Puerto, Miguel Donadío, me prometieron que se iban a encargar de preservar y proteger el lugar, más que nada por lo que representa para la historia de Bahía Blanca”, comentó.
Vittori mencionó que los materiales de los talleres más codiciados por los ladrones son la chatarra y el cobre que tienen las locomotoras en cableados y bobinados, los que después venden por kilo.LaNueva.com