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Además, el delegado confirmó que el chapa 16 no verificó problemas al de
ser controlado
El secretario general de la
seccional oeste de la Unión Ferroviaria, Rubén Sobrero, sostuvo que la noche
anterior al 22 de febrero de 2012, el tren siniestrado fue revisado por los
mecánicos Daniel Ferrari y Gabriel Cavallone, ambos delegados.
Si bien aclaró que la formación no estaba en una fosa que permitiera
observarla por debajo, confió en el criterio de sus compañeros. Además criticó
el servicio del Sarmiento y apuntó "especialmente” contra la gestión del
ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. Después fue el turno de Edgardo
Reynoso, también delegado, pero su testimonio fue interrumpido por la
indisposición de uno de los miembros del Tribunal. La continuidad de su
testimonio podrá escucharse el lunes que viene.
Sobrero además dio detalles de la presunta maniobra, en la que el
repuesto de los compresores, dijo, era pintado, envuelto y otra vez llevado a
los talleres de TBA. El montaje se realizaba "en la casa del empleado
Bravo. Facturaba a nombre de su esposa, que era monotributista”, completó.
Los compresores eran vitales para el sistema de frenado, relató Sobrero,
más allá de que sus conocimientos técnicos no alcanzan a ese rubro en
particular. El chapa 16 tenía cinco, declaró Reynoso. Y agregó: "Creo que
funcionaban bien tres o cuatro”.
En tanto, si bien acusó "especialmente a Jaime” por su inacción,
también contó que invitó de manera personal a Juan Pablo Schiavi, en la época
que era secretario de Transporte, para que constatara cómo era el servicio.
Según dijo, Schiavi quedó "horrorizado” por las condiciones del lugar,
sobre todo por la obsolescencia del sistema de señales. En ese sentido, Reynoso
también dijo que Schiavi, con el que se reunió cuatro o cinco veces,
"pidió perdón a los trabajadores en nombre del Estado cuando recorrió la
línea”.
Por otro lado, confirmó que no se reunió con Jaime en ningún momento, y
que la empresa se excusaba en que las inversiones debían correr por cuenta del
Estado. En ese mismo sentido se expresó Reynoso. "Desde el 99 denunciamos
manejos pocos claros de los bienes de la empresa”, dijo Reynoso. Antes, Sobrero
se había quejado por la falta de controles de la CNRT.
"El alistamiento es verificar las condiciones para la circulación.
Todo mantenimiento diferido fue obviado por TBA. Esas denuncias las llevamos al
fiscal Delgado. La mayoría de las notas se las dimos a la Secretaría de
Transporte”, puntualizó Reynoso, el encargado de ese tipo de tareas. Sobrero
asumió un rol de resignación por no encontrar respuestas a sus denuncias e
incluso contó cómo le decían al hombre que hoy no pudo terminar de declarar:
"Patrulla perdida”. El apodo, explicó, responde a la rutina de hacer
denuncias penales sin hallar eco.
Finalmente, Sobrero confirmó que el chapa 16 no verificó problemas al
momento de ser controlado. Recordemos que el tren que manejaba Marcos Córdoba
el día del accidente había estado fuera de servicio casi dos meses, por
problemas de compresores. Fue puesto en marcha nuevamente cuatro días antes del
día de la tragedia. La noche previa lo revisaron dos delegados, que eran
mecánicos del depósito Castelar. No le habían encontrado problemas de freno.
(Especial El Intransigente).
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