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Entre dos y tres ferrocarriles de esas características recorren la
capital a diario. El Concejo aprobó en diciembre un proyecto del Ejecutivo
municipal para definir los ramales ferroviarios autorizados.
Por la ciudad de Santa Fe pasan por día entre dos y tres trenes de carga
con un promedio de 50 vagones. Por mes, circulan entre 4.500 y 5.000 vagones.
Es por ello que, días atrás, el intendente José Corral –al hacer referencia a
los avances realizados para la puesta en marcha del servicio de tren urbano– mencionó
la decisión del municipio de delimitar el recorrido de los vagones de carga
dentro del ejido urbano.
“Queremos darles usos adecuados a aquellos viejos trazados del
ferrocarril, que comenzaron a fines del siglo XIX, que avanzaron sobre la
primera década del XX, dado que la ciudad creció y en algunos casos fue
rodeando y abrazando las antiguas vías”, señaló Corral sobre el tema.
Es con este fin que el Ejecutivo envió meses atrás al Concejo un
proyecto de ordenanza, que contó con la aprobación de los ediles en diciembre y
que determinó que los ramales “C” (paralelo a calle Vélez Sársfield) y el
bitrocha “C31” (la continuidad del mismo recorrido en paralelo a la avenida
Alem) de jurisdicción portuaria, sean los únicos corredores afectados al
movimiento de cargas de acceso al Puerto de Santa Fe.
La misma normativa definió que los ramales C (ya mencionado); F23 y F1
(de recorrido este–oeste y viceversa, paralelos en parte a calle Mariano Comas)
y C31 (ya descripto con anterioridad) sean los únicos afectados al movimiento
de cargas que atraviesen la trama urbana.
Si bien este es el uso habitual de los rieles en la ciudad de Santa Fe,
nunca se había plasmado la decisión en papeles, por lo cual todas las vías
estaban habilitadas para todo tipo de servicio ferroviario.
De la misma manera, el Concejo Municipal aprobó la inclusión al Sistema
de Movilidad Urbana, de las parcelas por donde atraviesa el corredor
ferroviario del ex-Ramal F, perteneciente a la ex-Línea de Ferrocarril General
Belgrano (en sentido sureste–noroeste, paralelo a Pedro Víttori y cruzando
luego las avenidas Aristóbulo del Valle –a la altura del Puente Negro– y
Facundo Zuviría).
De esta manera, dicho tramo del corredor, quedará afectado al
funcionamiento del sistema de transporte público de pasajeros por tren liviano.
Una regulación Las autoridades municipales buscaron con este proyecto “regular
dentro del ejido urbano cuestiones esenciales para integrar al sistema de
movilidad urbana (entendido como el conjunto de medios de transporte y
circulación de bienes y personas), el funcionamiento y direccionamiento de
trenes de carga y trenes livianos; compatibilizar sus trazas con los diferentes
escenarios que se van presentando en la trama urbana, en especial, con los
espacios verdes; y lograr una mayor coordinación entre los diferentes medios de
transporte motorizados y no motorizados”.
En ese sentido, se tuvo en cuenta que los denominados corredores
ferroviarios son fracciones de tierra cuya principal característica es el hecho
de que atraviesan la ciudad generando un sistema lineal superpuesto al del
damero, conservando un ancho básico de 30 metros. En función de su uso
original, pueden catalogarse como activos o inactivos y esta diferenciación
inicial pone de manifiesto el estado de vacancia urbana que se produce por la
inactividad ferroviaria de la mayoría de los corredores.
En efecto, con la excepción de las vías activas para tránsito de carga,
el resto de los corredores están en desuso desde hace ya largos años con el
consecuente estado de abandono y usurpación en varios tramos dentro del ejido
municipal.
“En los últimos años, se han venido llevando adelante desde esta
Municipalidad, importantes acciones de intervención en los corredores
ferroviarios, ya sea a través de la apertura de calles, con el fin de mejorar
la conectividad interbarrial, y la creación o conversión en espacios verdes de
determinados segmentos, lo cual posibilita la preservación de dichas fracciones
libres de ocupantes e intrusos, a la vez que se las dota de mejores condiciones
de seguridad e higiene”, argumentaron.
En esa misma línea, el concejal Ariel Rodríguez fue el encargado de
explicarlo a sus pares, al indicar: “Lo que estamos tratando es un mensaje que
está asociado con la planificación futura de la ciudad, con la recalificación
de los espacios ferroviarios, con la urbanización, con las definiciones de
planificación estratégica y recalificación de los espacios públicos en orden a
un desarrollo urbano armónico y planificado y que tiene que ver con la ciudad
que pretendemos”.
Cabe aclarar que hubo sectores que se opusieron a la normativa aprobada
a la hora de votar. Uno de ellos fue Ignacio Martínez Kerz (PJ), quien opinó:
“Los principios de movilidad urbana pueden ser muy interesantes y beneficiosos
como concepto para Santa Fe y para cualquier ciudad. Pero con respecto al
mensaje, queremos saber donde se discutió y donde están los estudios de
Movilidad Urbana. Necesitamos también que nos digan los especialistas porque
establecimos al Parque Federal para el paso del Tren”.
También expresó su oposición Cristian Huser (100% Santafesino), quien
manifestó que “esto no viene de ahora, viene de antes, más si se trata sobre el
tema de ferrocarriles” y acotó: “Creemos que hay cosas mucho más urgentes e
importantes, teniendo en cuenta que hay barrios que carecen de
servicios”.UNOSantaFe