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Su planta de procesamiento ubicada sobre la autopista Ruta Nacional 38, en la localidad de San Felipe, apenas 35 kilómetros al sur de San Miguel de Tucumán, pasa casi inadvertida. Pero en ese predio de nueve hectáreas trabaja intensamente una empresa tucumana que ostenta una posición de liderazgo en el comercio internacional de porotos negros y que, además, es un player muy importante del NOA en el negocio agroexportador de granos, limones y azúcar: Paramérica.
Cuatro líneas de producción con capacidad para procesar 400 toneladas diarias, más de 16.000 m2 de depósito (la mayor parte de uso general y el resto para producto terminado), un área de control de calidad y recepción de producto, una incesante entrada y salida de camiones (algunos trayendo granos desde el campo, otros saliendo con destino al puerto), entre otras cosas, son parte de la dinámica habitual de esta Compañía fundada en 1994 bajo los valores y cultura de una empresa familiar. Dinámica que desde hace unos pocos días ha sumado una pieza clave y de alto valor estratégico: la inauguración de un desvío ferroviario del tren Belgrano Cargas a su planta de procesamiento.
“Paramérica se caracteriza por abordar el negocio de manera integral. Llevamos años construyendo una ventaja competitiva en torno a esa visión” asegura Marcelo Ruiz, uno de los directores de la empresa y de Grupo Ruiz, quien luego agrega: “aquí resolvemos íntegramente la logística de exportación de todos y cada uno de los contratos que tenemos, sin importar en qué lugar del mundo esté nuestro cliente. Casi desde nuestros comienzos contamos con oficina de Aduana y SENASA, más una balanza habilitada por INTI, además de personal propio para la tarea de consolidado. Cuando un contenedor sale de la planta de Paramérica va precintado y homologado con destino directo a puerto, sin intermediarios. De ahí la enorme importancia que le dimos a esta posibilidad de tener nuestra propia estación del tren Belgrano Cargas. Es algo que realmente jerarquiza nuestra infraestructura y fortalece nuestra performance competitiva. Apenas advertimos la oportunidad, nos pusimos en campaña para concretarlo. Hoy ya está en pleno funcionamiento”.
Luego de las autorizaciones legales, administrativas y contractuales correspondientes, la construcción de esta bifurcación demandó casi ocho meses de trabajo y una inversión de U$S 2.000.000, a cargo de Paramérica.
La obra incluyó, entre otras cosas, nivelación de terreno, colocación de rieles y la construcción de un puente para salvar un accidente geográfico que presentaba un canal derivado del río Lules. Los equipos técnicos asignados al proyecto fueron conformados y contratados por la empresa insignia de Grupo Ruiz, con asesoramiento y coordinación especializada de personal de Belgrano Cargas. Asimismo, otras inversiones fueron necesarias para dar forma a esta iniciativa: una grúa especial para movimiento y carga de contenedores, una balanza para pesaje de vagones y un mayor stock de contenedores.
“Esta obra representa un importantísimo agregado de valor para todos los clientes de Paramérica, pues reduce tiempos y costos de logística. Pero, también es estratégico para otras unidades de negocios del Grupo, pues ya hemos despachado desde nuestra estación ferroviaria, por ejemplo, dos cargamentos de azúcar orgánico de Ingenio San Isidro. Esto no es casual sino, por el contrario, responde a una decisión más general a la cual venimos dándole forma desde hace algunos años. La de contar con una estructura profesional centralizada altamente capacitada en procesos logísticos y comerciales de exportación y que da soporte a toda unidad de negocio del Grupo que se dedique a exportar productos agrícolas, ya sean comodities o manufacturados”, afirmó Marcelo Ruiz, con un entusiasmo que contagia.
Así las cosas, en esta época donde no siempre es factible llevar adelante inversiones productivas o donde muchas buenas ideas no llegan ni a instancia de planificación, esta empresa tucumana logró concretar un proyecto que es único en todo el NOA.
A juzgar por los dichos de sus propios mentores, no se trata de un hecho aislado sino de un engranaje más dentro de una planificación y una cultura empresaria orientada a dominar la cadena de valor en un negocio habitualmente identificado con la típica estandarización de los comodities. “El mundo necesita alimentos. Así ha sido desde siempre y así será en el futuro. Argentina es un país con inmejorables condiciones para generarlos y todavía queda mucho por hacer para estar a la altura de esas exigencias. Es una oportunidad, pero no para todos sino para los que trabajemos de manera profesional, planificada y responsable. Así pensamos en Paramérica y en Grupo Ruiz”, concluyó Marcelo Ruiz.LaGaceta.com
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