Actualidad
Metro de Madrid había intentado vendérselos al Subte en los años 80 y, luego, durante la gestión de Ricardo Jaime. La compra de estos coches, finalmente encarada por el gobierno de Macri en 2011, es motivo de una denuncia penal contra ex autoridades de SBASE y se encuentra sospechada de corrupción.
Los trenes CAF 5000, adquiridos de segunda mano al Metro de Madrid, fueron retirados de circulación a principios de esta semana luego de que se confirmara que en algunos de sus componentes poseen asbesto, un material prohibido en el país desde 2001. Aquí, un repaso por su historia.
Primeros años
La fabricación de la Serie 5000 de primera subserie -parte de la cual fue vendida a Buenos Aires- tuvo lugar entre 1974 y 1976 y estuvo a cargo de un consorcio conformado por Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), AEG, Westinghouse, General Eléctrica Española y la Sociedad Española de Frenos, Calefacción y Señales. Se produjeron 130 coches configurados en duplas.
Los trenes fueron estrenados en la línea 7 del Metro de Madrid, la primera de esa ciudad en contar con un gálibo de 2,80 m, que fue inaugurada en julio de 1974. En el acto estuvieron presentes el entonces Príncipe de España y futuro rey, Juan Carlos de Borbón, y el entonces Presidente del Gobierno de España, el franquista Carlos Arias Navarro.
En los años posteriores, atendiendo al crecimiento de la red, Metro de Madrid encargó la fabricación de más trenes CAF 5000, aunque con tecnología más avanzada que la primera subserie. La segunda, construida a principios de los años 80, si bien cuenta con motores de corriente continua similares a los de la primera, se encuentra equipada con chopper, lo que aporta un control de tracción más sencillo de mantener y más eficiente energéticamente. La cuarta subserie, fabricada en 1993, no tiene grandes diferencias mecánicas con la segunda, aunque presenta algunas diferencias estéticas.
El primer intento de venta al Subte
En 1985, el Metro de Madrid firmó con Subterráneos de Buenos Aires (SBASE, entonces operadora de la red), un convenio de colaboración y asistencia mutua, que fue renovado en 1987. En el marco de estas aceitadas relaciones entre ambos metros, Madrid le ofreció a Buenos Aires los trenes de la Serie 5000 primera subserie, que para entonces contaban con poco más de diez años de uso. Esa oferta se fundamentaba en que el Metro de Madrid estaba buscando migrar a tecnologías superiores y con menor costo de mantenimiento.
SBASE consideró el ofrecimiento y evaluó adquirirlos para la línea B, la única donde podían circular debido a su ancho (el resto de las líneas porteñas admiten trenes de hasta 2,60 m de ancho) y a la tensión de sus motores (600 V). La compañía estatal finalmente rechazó el proyecto por varias razones. Primero, se desperdiciaba capacidad de transporte (la línea B tiene gálibo ferroviario de 3,2 m), segundo, si bien la mayor parte de los trenes de la línea databan de la década del 30, parte de la flota tenía entre 25 (coches Fabricaciones Militares de los años 60) y diez años de uso (los Siemens FM), lo que desaconsejaba su desafectación.
La gestión Jaime, el segundo intento frustrado
En 2005 el Estado nacional, entonces a cargo del Subte, aprobó mediante el decreto 1683/05 el “Programa de Obras del Sistema Público de Transporte Ferroviario de Pasajeros de Superficie y Subterráneo del AMBA”. Bajo la Emergencia Ferroviaria, las concesionarias habían quedado exceptuadas de realizar las inversiones previstas en sus contratos, con lo que el Estado debía hacerse cargo de las mismas.
Entre los numerosos proyectos allí mencionados para el Subte se encontraba la adquisición de 36 coches adicionales para la línea B. El decreto lleva la firma del entonces presidente Kirchner y del ministro de Planificación, Julio de Vido, en cuya órbita operaba la Secretaría de Transporte que entonces conducía Ricardo Jaime, hoy detenido por una causa de corrupción en compras de material rodante usado a España.
La voluntad de comprar estos coches adicionales estaba orientada a ampliar la flota por la extensión de la línea B a Los Incas, concretada en 2003, y la posterior ampliación a Rosas, entonces en obra.
En marzo de 2008 el Metro de Madrid envió una dupla (5019-5020), que ingresó al país en condición de importación temporaria, para realizar pruebas de circulación en la línea B. Las evaluaciones dieron resultado positivo, pero a los pocos meses la operación de compra se empantanó.
Tras la salida de Ricardo Jaime de la Secretaría de Transporte, SBASE le reclamó a su sucesor, Juan Pablo Schiavi, en 2010 “la necesidad de darle impulso al proceso de compra al Metro de Madrid de los 36 coches usados […] que se destinarán a la línea B de Subterráneos, para asegurar su disposición con miras a la inauguración de las estaciones Echeverría y Rosas”.
SBASE compra los CAF 5000
Ante la falta de respuesta de la Nación, Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), entonces ya bajo la gestión de Juan Pablo Piccardo, decidió a fines de enero de 2011 que “el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a través de SBASE, procederá a la compra de por lo menos veinticuatro (24) coches usados indispensables para el normal funcionamiento de la línea B […] bajo reserva de obtener la devolución o compensación del importe que se abone en virtud de dicha compra” por parte del Estado nacional. Con el posterior traspaso del Subte a la Ciudad, esto último quedaría sin efecto.
En paralelo, Metro de Madrid sacó a la venta en Subasta Pública cuatro lotes de coches CAF 5000 que estaba retirando de servicio. SBASE se presentó a la subasta como única oferente y resultó adjudicataria del lote 1, compuesto por 24 coches. El contrato entre ambas empresas se firmó en septiembre de 2011. El precio pagado ascendió a unos 550 mil dólares por unidad. Las adaptaciones para que pudieran circular en la línea B (cambio de sistema de alimentación, agregado de faldones, entre otras) se realizaron en el país.
El 26 de julio de 2011 tuvo lugar en Madrid una pequeña ceremonia de despedida de los CAF 5000 de primera subserie y poco tiempo después los coches comenzaron a ser embarcados rumbo a Buenos Aires, operaciones que fueron supervisadas tanto por representantes de Metro de Madrid como de SBASE.
El 23 de septiembre de 2011, incluso, el entonces Jefe de Gobierno, Mauricio Macri y el presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo, estuvieron presentes e inspeccionaron personalmente uno de los coches, según relata El País. El matutino consignó entonces que “Metro de Madrid se frota las manos con los 4,2 millones de euros que ha sacado por la venta de unos vagones carne de chatarrería tras 32 años de traqueteo”. En noviembre de ese año llegaron al país las primeras unidades.
En 2012 SBASE realizó una segunda compra directa al Metro de Madrid por otros 12 coches CAF 5000 de primera subserie, idénticos a los anteriores aunque éstos últimos tenían la particularidad de contar con aire acondicionado. Con esta adquisición quedó completada la cantidad de 36 coches mencionada en el decreto de 2005 y que era la cantidad estimada como necesaria, tanto por SBASE como por Metrovías, para la línea B extendida hasta Rosas. Los 12 coches adicionales llegaron al país en diciembre de 2012.
La venta desierta
En 2013 Metro de Madrid sacó a subasta pública, no sólo los problemáticos CAF 6000 que Subterráneos de Buenos Aires terminó comprando, sino también 28 CAF 5000: cuatro coches de la segunda subserie y 24 coches de la cuarta subserie. Sin embargo, SBASE decidió decantarse por los más modernos 6000 y no presentarse a la subasta de los 5000, con lo cual el remate quedó desierto.
La accidentada carrera de los CAF 5000 en la línea B
Los trenes entraron en funcionamiento en la línea B en abril de 2013, con vistas a incorporarse plenamente para la inauguración de las estaciones Echeverría y Rosas, ocurrida en julio de ese año. De hecho, fue un CAF 5000 el que se utilizó como formación inaugural.
Los cincomiles nunca fueron muy apreciados en la línea B debido a su alta tasa de fallas mecánicas y desperfectos varios. En octubre de 2013 un tren quedó varado en Pasteur, obligando a interrumpir la línea. Al mes siguiente, otra formación perdió uno de sus patines colectores, provocando daños a un aparato de cambio. En diciembre de ese mismo año, otro tren quedó varado tras salir de Carlos Pellegrini y obligó a interrumpir la línea y evacuar a los pasajeros. En abril de 2014 una formación provocó un cortocircuito en Alem. En agosto de ese año, un principio de incendio dejó fuera de servicio a un tren y una situación análoga se vivió en septiembre. En octubre de 2015 otro CAF 5000 sufrió el desprendimiento de uno de sus patines colectores en la estación Dorrego, dañando nuevamente una máquina de cambio de vía. En septiembre de 2016 ocurrió un incidente análogo en cercanías de la estación Rosas. Fuentes sindicales llegaron a denunciar que una de las formaciones estaba siendo canibalizada para extraer repuestos para otros trenes. La lista no es exhaustiva: comprende únicamente los incidentes más graves, que fueron oportunamente informados por este medio.
Desde fines de 2016 los CAF 5000 comenzaron a ser apartados de servicio temporalmente debido a razones de seguridad operativa. Los discos de freno, que eran los mismos que habían traído colocados de España, se encontraban al límite de la tolerancia admitida. Les fueron reemplazados y paulatinamente los trenes volvieron a la línea desde mayo del año pasado.
Sin embargo, no todos habían sido reincorporados: la mitad de la flota estaba fuera de servicio. Así lo confirmó SBASE días atrás cuando anunció que por el caso del asbesto serían apartados “18 coches” de este modelo.
La denuncia penal
Las operaciones de compra de los CAF 5000 y CAF 6000 por parte de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) son objeto de una denuncia penal presentada en 2015 contra el entonces presidente de Subterráneos, Juan Pablo Piccardo, y “contra todo aquel que haya ejercido cargo o función determinada en el Directorio de SBASE” en relación a esas adquisiciones. Los denunciantes plantearon entonces “la posible comisión de los delitos de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública, cohecho e incumplimiento de los deberes de funcionario público“.
Los denunciantes, tomando como referencia informes de la Auditoría Porteña, alegan la existencia numerosas irregularidades en la operación (debilidad de la justificación, omisiones en los documentos, ausencia de cotizaciones para contrastar los precios del material rodante, omisión de análisis de obsolescencia, ausencia de análisis de sustentabilidad, entre otras). Algunas de ellas también pueden encontrarse en el caso de los CAF 6000, operación que también fue objetada por la Auditoría.
Futuro incierto
El Metro de Madrid admitió días atrás que los CAF 5000 contienen asbesto en sus componentes eléctricos, luego de que se le reconociera como enfermedad laboral la asbestosis (un tipo de cáncer) a un empleado de mantenimiento de la red española. Más de cien coches de las subseries primera y tercera están siendo rematados para el desguace en su país de origen.
La exposición prolongada a este tipo de material y la falta de medidas de seguridad para manipularlo es altamente riesgosa para los trabajadores. El Metro ya fue multado por más de 190 mil euros por esta razón. El asbesto está prohibido en España desde 2001, al igual que en la Argentina, donde también se encuentra vedada la importación de cualquier producto que lo contenga.
La revelación de la presencia de este componente preocupó a los trabajadores de la línea B y SBASE decidió retirarlos preventivamente de circulación, a la vez que exigió al Metro de Madrid que confirme la presencia de asbesto en las formaciones. A poco de que se cumplan cinco años de su puesta en marcha en Buenos Aires, los CAF 5000 se hallan fuera de servicio y su retorno a la línea es por demás incierto.EnelSubte.com
Metro de Madrid había intentado vendérselos al Subte en los años 80 y, luego, durante la gestión de Ricardo Jaime. La compra de estos coches, finalmente encarada por el gobierno de Macri en 2011, es motivo de una denuncia penal contra ex autoridades de SBASE y se encuentra sospechada de corrupción.
Los trenes CAF 5000, adquiridos de segunda mano al Metro de Madrid, fueron retirados de circulación a principios de esta semana luego de que se confirmara que en algunos de sus componentes poseen asbesto, un material prohibido en el país desde 2001. Aquí, un repaso por su historia.
Primeros años
La fabricación de la Serie 5000 de primera subserie -parte de la cual fue vendida a Buenos Aires- tuvo lugar entre 1974 y 1976 y estuvo a cargo de un consorcio conformado por Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), AEG, Westinghouse, General Eléctrica Española y la Sociedad Española de Frenos, Calefacción y Señales. Se produjeron 130 coches configurados en duplas.
Los trenes fueron estrenados en la línea 7 del Metro de Madrid, la primera de esa ciudad en contar con un gálibo de 2,80 m, que fue inaugurada en julio de 1974. En el acto estuvieron presentes el entonces Príncipe de España y futuro rey, Juan Carlos de Borbón, y el entonces Presidente del Gobierno de España, el franquista Carlos Arias Navarro.
En los años posteriores, atendiendo al crecimiento de la red, Metro de Madrid encargó la fabricación de más trenes CAF 5000, aunque con tecnología más avanzada que la primera subserie. La segunda, construida a principios de los años 80, si bien cuenta con motores de corriente continua similares a los de la primera, se encuentra equipada con chopper, lo que aporta un control de tracción más sencillo de mantener y más eficiente energéticamente. La cuarta subserie, fabricada en 1993, no tiene grandes diferencias mecánicas con la segunda, aunque presenta algunas diferencias estéticas.
El primer intento de venta al Subte
En 1985, el Metro de Madrid firmó con Subterráneos de Buenos Aires (SBASE, entonces operadora de la red), un convenio de colaboración y asistencia mutua, que fue renovado en 1987. En el marco de estas aceitadas relaciones entre ambos metros, Madrid le ofreció a Buenos Aires los trenes de la Serie 5000 primera subserie, que para entonces contaban con poco más de diez años de uso. Esa oferta se fundamentaba en que el Metro de Madrid estaba buscando migrar a tecnologías superiores y con menor costo de mantenimiento.
SBASE consideró el ofrecimiento y evaluó adquirirlos para la línea B, la única donde podían circular debido a su ancho (el resto de las líneas porteñas admiten trenes de hasta 2,60 m de ancho) y a la tensión de sus motores (600 V). La compañía estatal finalmente rechazó el proyecto por varias razones. Primero, se desperdiciaba capacidad de transporte (la línea B tiene gálibo ferroviario de 3,2 m), segundo, si bien la mayor parte de los trenes de la línea databan de la década del 30, parte de la flota tenía entre 25 (coches Fabricaciones Militares de los años 60) y diez años de uso (los Siemens FM), lo que desaconsejaba su desafectación.
La gestión Jaime, el segundo intento frustrado
En 2005 el Estado nacional, entonces a cargo del Subte, aprobó mediante el decreto 1683/05 el “Programa de Obras del Sistema Público de Transporte Ferroviario de Pasajeros de Superficie y Subterráneo del AMBA”. Bajo la Emergencia Ferroviaria, las concesionarias habían quedado exceptuadas de realizar las inversiones previstas en sus contratos, con lo que el Estado debía hacerse cargo de las mismas.
Entre los numerosos proyectos allí mencionados para el Subte se encontraba la adquisición de 36 coches adicionales para la línea B. El decreto lleva la firma del entonces presidente Kirchner y del ministro de Planificación, Julio de Vido, en cuya órbita operaba la Secretaría de Transporte que entonces conducía Ricardo Jaime, hoy detenido por una causa de corrupción en compras de material rodante usado a España.
La voluntad de comprar estos coches adicionales estaba orientada a ampliar la flota por la extensión de la línea B a Los Incas, concretada en 2003, y la posterior ampliación a Rosas, entonces en obra.
En marzo de 2008 el Metro de Madrid envió una dupla (5019-5020), que ingresó al país en condición de importación temporaria, para realizar pruebas de circulación en la línea B. Las evaluaciones dieron resultado positivo, pero a los pocos meses la operación de compra se empantanó.
Tras la salida de Ricardo Jaime de la Secretaría de Transporte, SBASE le reclamó a su sucesor, Juan Pablo Schiavi, en 2010 “la necesidad de darle impulso al proceso de compra al Metro de Madrid de los 36 coches usados […] que se destinarán a la línea B de Subterráneos, para asegurar su disposición con miras a la inauguración de las estaciones Echeverría y Rosas”.
SBASE compra los CAF 5000
Ante la falta de respuesta de la Nación, Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), entonces ya bajo la gestión de Juan Pablo Piccardo, decidió a fines de enero de 2011 que “el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a través de SBASE, procederá a la compra de por lo menos veinticuatro (24) coches usados indispensables para el normal funcionamiento de la línea B […] bajo reserva de obtener la devolución o compensación del importe que se abone en virtud de dicha compra” por parte del Estado nacional. Con el posterior traspaso del Subte a la Ciudad, esto último quedaría sin efecto.
En paralelo, Metro de Madrid sacó a la venta en Subasta Pública cuatro lotes de coches CAF 5000 que estaba retirando de servicio. SBASE se presentó a la subasta como única oferente y resultó adjudicataria del lote 1, compuesto por 24 coches. El contrato entre ambas empresas se firmó en septiembre de 2011. El precio pagado ascendió a unos 550 mil dólares por unidad. Las adaptaciones para que pudieran circular en la línea B (cambio de sistema de alimentación, agregado de faldones, entre otras) se realizaron en el país.
El 26 de julio de 2011 tuvo lugar en Madrid una pequeña ceremonia de despedida de los CAF 5000 de primera subserie y poco tiempo después los coches comenzaron a ser embarcados rumbo a Buenos Aires, operaciones que fueron supervisadas tanto por representantes de Metro de Madrid como de SBASE.
El 23 de septiembre de 2011, incluso, el entonces Jefe de Gobierno, Mauricio Macri y el presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo, estuvieron presentes e inspeccionaron personalmente uno de los coches, según relata El País. El matutino consignó entonces que “Metro de Madrid se frota las manos con los 4,2 millones de euros que ha sacado por la venta de unos vagones carne de chatarrería tras 32 años de traqueteo”. En noviembre de ese año llegaron al país las primeras unidades.
En 2012 SBASE realizó una segunda compra directa al Metro de Madrid por otros 12 coches CAF 5000 de primera subserie, idénticos a los anteriores aunque éstos últimos tenían la particularidad de contar con aire acondicionado. Con esta adquisición quedó completada la cantidad de 36 coches mencionada en el decreto de 2005 y que era la cantidad estimada como necesaria, tanto por SBASE como por Metrovías, para la línea B extendida hasta Rosas. Los 12 coches adicionales llegaron al país en diciembre de 2012.
La venta desierta
En 2013 Metro de Madrid sacó a subasta pública, no sólo los problemáticos CAF 6000 que Subterráneos de Buenos Aires terminó comprando, sino también 28 CAF 5000: cuatro coches de la segunda subserie y 24 coches de la cuarta subserie. Sin embargo, SBASE decidió decantarse por los más modernos 6000 y no presentarse a la subasta de los 5000, con lo cual el remate quedó desierto.
La accidentada carrera de los CAF 5000 en la línea B
Los trenes entraron en funcionamiento en la línea B en abril de 2013, con vistas a incorporarse plenamente para la inauguración de las estaciones Echeverría y Rosas, ocurrida en julio de ese año. De hecho, fue un CAF 5000 el que se utilizó como formación inaugural.
Los cincomiles nunca fueron muy apreciados en la línea B debido a su alta tasa de fallas mecánicas y desperfectos varios. En octubre de 2013 un tren quedó varado en Pasteur, obligando a interrumpir la línea. Al mes siguiente, otra formación perdió uno de sus patines colectores, provocando daños a un aparato de cambio. En diciembre de ese mismo año, otro tren quedó varado tras salir de Carlos Pellegrini y obligó a interrumpir la línea y evacuar a los pasajeros. En abril de 2014 una formación provocó un cortocircuito en Alem. En agosto de ese año, un principio de incendio dejó fuera de servicio a un tren y una situación análoga se vivió en septiembre. En octubre de 2015 otro CAF 5000 sufrió el desprendimiento de uno de sus patines colectores en la estación Dorrego, dañando nuevamente una máquina de cambio de vía. En septiembre de 2016 ocurrió un incidente análogo en cercanías de la estación Rosas. Fuentes sindicales llegaron a denunciar que una de las formaciones estaba siendo canibalizada para extraer repuestos para otros trenes. La lista no es exhaustiva: comprende únicamente los incidentes más graves, que fueron oportunamente informados por este medio.
Desde fines de 2016 los CAF 5000 comenzaron a ser apartados de servicio temporalmente debido a razones de seguridad operativa. Los discos de freno, que eran los mismos que habían traído colocados de España, se encontraban al límite de la tolerancia admitida. Les fueron reemplazados y paulatinamente los trenes volvieron a la línea desde mayo del año pasado.
Sin embargo, no todos habían sido reincorporados: la mitad de la flota estaba fuera de servicio. Así lo confirmó SBASE días atrás cuando anunció que por el caso del asbesto serían apartados “18 coches” de este modelo.
La denuncia penal
Las operaciones de compra de los CAF 5000 y CAF 6000 por parte de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) son objeto de una denuncia penal presentada en 2015 contra el entonces presidente de Subterráneos, Juan Pablo Piccardo, y “contra todo aquel que haya ejercido cargo o función determinada en el Directorio de SBASE” en relación a esas adquisiciones. Los denunciantes plantearon entonces “la posible comisión de los delitos de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública, cohecho e incumplimiento de los deberes de funcionario público“.
Los denunciantes, tomando como referencia informes de la Auditoría Porteña, alegan la existencia numerosas irregularidades en la operación (debilidad de la justificación, omisiones en los documentos, ausencia de cotizaciones para contrastar los precios del material rodante, omisión de análisis de obsolescencia, ausencia de análisis de sustentabilidad, entre otras). Algunas de ellas también pueden encontrarse en el caso de los CAF 6000, operación que también fue objetada por la Auditoría.
Futuro incierto
El Metro de Madrid admitió días atrás que los CAF 5000 contienen asbesto en sus componentes eléctricos, luego de que se le reconociera como enfermedad laboral la asbestosis (un tipo de cáncer) a un empleado de mantenimiento de la red española. Más de cien coches de las subseries primera y tercera están siendo rematados para el desguace en su país de origen.
La exposición prolongada a este tipo de material y la falta de medidas de seguridad para manipularlo es altamente riesgosa para los trabajadores. El Metro ya fue multado por más de 190 mil euros por esta razón. El asbesto está prohibido en España desde 2001, al igual que en la Argentina, donde también se encuentra vedada la importación de cualquier producto que lo contenga.
La revelación de la presencia de este componente preocupó a los trabajadores de la línea B y SBASE decidió retirarlos preventivamente de circulación, a la vez que exigió al Metro de Madrid que confirme la presencia de asbesto en las formaciones. A poco de que se cumplan cinco años de su puesta en marcha en Buenos Aires, los CAF 5000 se hallan fuera de servicio y su retorno a la línea es por demás incierto.EnelSubte.com
No veo por qué esta compra no ameritaría un juicio a los funcionarios del PRO implicados, similar al que pasaron los funcionarios del gobierno anterior por la compra de los trenes portugueses usados.
ResponderEliminarJuan Agustín Pirozzi
cuanto disfruto las fotos de estos garcas posando junto a estas porquerías en plena "inauguración"...habría que mandarles el asbesto en bolsa a sus casas hdp! ahjajaja
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