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Copan terrenos entre los cañaverales y desembarcan con muebles, lo que complica las obras
Situada en el partido de Berazategui pero a metros del límite con La Plata, la estación Pereyra es desde hace décadas el centro de un minúsculo poblado rural en el que durante la mayor parte del día -excepto en las horas de clase del vecino colegio María Teresa- predominan el verde, la tranquilidad y el silencio. Pero eso está a punto de cambiar. Al menos, así lo aseguran quienes frecuentan el lugar, afectado por la paulatina usurpación de terrenos y edificaciones ferroviarias, y la súbita explosión demográfica de un asentamiento.
“Existe una especie de ’pueblo oculto’ entre los cañaverales, que en su momento frenó la instalación de los andenes provisorios para la electrificación, que iban a ser montados ahí, y ahora se está llenando de casillas con gente que llega, según dice, desde el barrio La Cañada, de Bernal Oeste” revela uno de los padres del establecimiento educativo, que prefiere no revelar su identidad para evitar represalias: “hay preocupación porque están avanzando sobre las tierras del ferrocarril, que son nacionales, y entonces nadie actúa”.
Estación Jaqueada
La estación Pereyra fue creada a mediados de la década de 1870 para abastecer a la estancia “San Juan”, y fue intermedia del ramal entre la capital federal y Ensenada hasta que se fundó La Plata y se tendió un empalme a la nueva capital; en 2015, cuando se cancelaron los servicios diesel de pasajeros para empezar la electrificación del Roca-Vía Quilmes, era poco más que un apeadero, ya que no se vendían boletos.
“Hay preocupación porque están avanzando sobre las tierras del ferrocarril, que son nacionales, y entonces nadie actúa”, denuncian los vecinos.
Sus recintos principales y sus construcciones auxiliares -que datan de 1888-, así como su histórica playa de maniobras, están siendo tomados y modificados con prisa y sin pausa. Además, en un espacio rectangular de poco menos de una hectárea, rodeado por cercos y una espesa cortina de caña tacuara, junto a la cabecera norte de los andenes, el movimiento de autos y camionetas descargado elementos para la construcción y mobiliario es incesante.
¿Los venden?
“Están desmalezando y tomando nuevos lotes, que luego son comercializados por un personaje turbio de acá” dicen quienes conocen la zona: “y es vox pópuli que hay actividades ilegales bastante pesadas; los guardaparques poco pueden hacer, si no tienen recursos para evitar los vuelcos de basura, menos para desbaratar esto”.
En un entorno de quintas y monte arbolado, Pereyra está a siete kilómetros y medio de Hudson y a 2,2 de Villa Elisa, entre los restos de lo que fueran las espléndidas tierras de los Pereyra Iraola. El Instituto María Teresa tiene una matrícula de 1.200 estudiantes de todos los niveles, provenientes de familias de clase media de Villa Elisa, en menor medida de Hudson, e hijos becados de quinteros.
“Hace un tiempo hubo una denuncia ante la Justicia provincial por la toma de tierras, porque el parque es de jurisdicción bonaerense, pero pasó a la federal porque los terrenos del tren son nacionales” recuerda un villaelisense vinculado con la vida institucional de la localidad: “ahí se frenó el expediente. Hay inquietud entre varias ONGs porque el parque es Reserva de Biosfera y este tipo de intrusiones no hace otra cosa que deteriorarlo más de lo que está”.
La parada ferroviaria de Pereyra fue noticia a fines de marzo pasado, cuando los operarios que se encontraban en el obrador de la estación, aprestándose para iniciar los trabajos de elevación de andenes que les permitirían a los convoyes eléctricos detenerse, fueron sorprendidos por la llegada de un grupo de colegas platenses que copó la parada al mejor estilo “far west”, y paralizó los avances. Ese conflicto quedó en manos de la Justicia, y el campamento fue abandonado. Ya no queda ni personal de seguridad.
El parque Pereyra incluye más de 10.200 hectáreas distribuidas entre los distritos de Berazategui -en su amplia mayoría-, Florencio Varela, Ensenada y La Plata. Entre ellas, poco más de un millar están cedidas a agricultores, 950 son de uso público y el resto se reparte entre unas 5.900 de bañados ribereños y decenas de cesiones temporarias o definitivas a organismos e instituciones de todo tipo. Unas 2.200 corresponden a la antigua estancia Santa Rosa, y otras 2 mil, a la estancia San Juan. Las zonas productivas son administradas por Agroindustria, y en su mayoría están desde el camino Centenario hacia el oeste; los bañados ribereños, y las tierras situadas desde el Centenario hacia el río, son manejadas por el OPDS.DiarioElDía.com
Copan terrenos entre los cañaverales y desembarcan con muebles, lo que complica las obras
Situada en el partido de Berazategui pero a metros del límite con La Plata, la estación Pereyra es desde hace décadas el centro de un minúsculo poblado rural en el que durante la mayor parte del día -excepto en las horas de clase del vecino colegio María Teresa- predominan el verde, la tranquilidad y el silencio. Pero eso está a punto de cambiar. Al menos, así lo aseguran quienes frecuentan el lugar, afectado por la paulatina usurpación de terrenos y edificaciones ferroviarias, y la súbita explosión demográfica de un asentamiento.
“Existe una especie de ’pueblo oculto’ entre los cañaverales, que en su momento frenó la instalación de los andenes provisorios para la electrificación, que iban a ser montados ahí, y ahora se está llenando de casillas con gente que llega, según dice, desde el barrio La Cañada, de Bernal Oeste” revela uno de los padres del establecimiento educativo, que prefiere no revelar su identidad para evitar represalias: “hay preocupación porque están avanzando sobre las tierras del ferrocarril, que son nacionales, y entonces nadie actúa”.
Estación Jaqueada
La estación Pereyra fue creada a mediados de la década de 1870 para abastecer a la estancia “San Juan”, y fue intermedia del ramal entre la capital federal y Ensenada hasta que se fundó La Plata y se tendió un empalme a la nueva capital; en 2015, cuando se cancelaron los servicios diesel de pasajeros para empezar la electrificación del Roca-Vía Quilmes, era poco más que un apeadero, ya que no se vendían boletos.
“Hay preocupación porque están avanzando sobre las tierras del ferrocarril, que son nacionales, y entonces nadie actúa”, denuncian los vecinos.
Sus recintos principales y sus construcciones auxiliares -que datan de 1888-, así como su histórica playa de maniobras, están siendo tomados y modificados con prisa y sin pausa. Además, en un espacio rectangular de poco menos de una hectárea, rodeado por cercos y una espesa cortina de caña tacuara, junto a la cabecera norte de los andenes, el movimiento de autos y camionetas descargado elementos para la construcción y mobiliario es incesante.
¿Los venden?
“Están desmalezando y tomando nuevos lotes, que luego son comercializados por un personaje turbio de acá” dicen quienes conocen la zona: “y es vox pópuli que hay actividades ilegales bastante pesadas; los guardaparques poco pueden hacer, si no tienen recursos para evitar los vuelcos de basura, menos para desbaratar esto”.
En un entorno de quintas y monte arbolado, Pereyra está a siete kilómetros y medio de Hudson y a 2,2 de Villa Elisa, entre los restos de lo que fueran las espléndidas tierras de los Pereyra Iraola. El Instituto María Teresa tiene una matrícula de 1.200 estudiantes de todos los niveles, provenientes de familias de clase media de Villa Elisa, en menor medida de Hudson, e hijos becados de quinteros.
“Hace un tiempo hubo una denuncia ante la Justicia provincial por la toma de tierras, porque el parque es de jurisdicción bonaerense, pero pasó a la federal porque los terrenos del tren son nacionales” recuerda un villaelisense vinculado con la vida institucional de la localidad: “ahí se frenó el expediente. Hay inquietud entre varias ONGs porque el parque es Reserva de Biosfera y este tipo de intrusiones no hace otra cosa que deteriorarlo más de lo que está”.
La parada ferroviaria de Pereyra fue noticia a fines de marzo pasado, cuando los operarios que se encontraban en el obrador de la estación, aprestándose para iniciar los trabajos de elevación de andenes que les permitirían a los convoyes eléctricos detenerse, fueron sorprendidos por la llegada de un grupo de colegas platenses que copó la parada al mejor estilo “far west”, y paralizó los avances. Ese conflicto quedó en manos de la Justicia, y el campamento fue abandonado. Ya no queda ni personal de seguridad.
El parque Pereyra incluye más de 10.200 hectáreas distribuidas entre los distritos de Berazategui -en su amplia mayoría-, Florencio Varela, Ensenada y La Plata. Entre ellas, poco más de un millar están cedidas a agricultores, 950 son de uso público y el resto se reparte entre unas 5.900 de bañados ribereños y decenas de cesiones temporarias o definitivas a organismos e instituciones de todo tipo. Unas 2.200 corresponden a la antigua estancia Santa Rosa, y otras 2 mil, a la estancia San Juan. Las zonas productivas son administradas por Agroindustria, y en su mayoría están desde el camino Centenario hacia el oeste; los bañados ribereños, y las tierras situadas desde el Centenario hacia el río, son manejadas por el OPDS.DiarioElDía.com
Se tendrían que tomar medidas para que no se ocupen estos terrenos porque sabemos como termina esto,con gente viviendo al borde de la vía. Entiendo el problema habitacional que tiene mucha gente pero tendrían que ubicarlas en otro lado.Después con respecto a la obra de remodelación es una pavada que se peleen por un problema de límites de jurisdicción,no está mal haya un gremio,el problema es como lo dirigen,se manejan como barras bravas y no como trabajadores,sólo les interesa llevar agua para su molino.por este tema no se construyen los andenes que son tan necesarios.ZZTOP
ResponderEliminarLos gremios, desde hace mucho, no representan a los trabajadores. Sólo representan a sus propios intereses ... O los intereses de los políticos que les ponen 'la teka'. Y si, se manejan como patoteros ...
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